domingo, 6 de junio de 2021

Fin de curso

Como todos los años, llega junio y toca mirar atrás y hacer memoria de lo acontecido a lo largo del curso. Un curso diferente a cualquier otro, aunque no tan severo como el último trimestre del curso anterior, cuando estábamos confinados en nuestros domicilios.

A pesar de las dificultades, este ha sido un año de colaboración intensa en nuestro centro. Hemos participado en cuatro concursos interCEPA: Ortografía, Lectura en voz alta, Murales y Certamen literario. Y el fruto que han recogido nuestros alumnos ha sido el Premio especial del jurado (para el alumnado de secundaria) y el Premio de Español para extranjeros del Concurso de Murales. Estos premios son el resultado de una sinergia (del griego συνεργία –synergía– 'cooperación') entre los profesores y entre los alumnos. Quien escribe estas líneas impulsó y realizó la inscripción del centro en los concursos. José Contreras puso sobre la mesa una idea original y rompedora para un mural, además de todo su saber hacer y creatividad en el terreno plástico y visual. Rosa Calatayud motivó a los alumnos y amplió el plan inicial al alumnado de Español para extranjeros, resultando al final premiado el mural de esa categoría. Cristina del Álamo aportó rigor científico y pasión por la toma de conciencia en torno al cambio climático y la necesaria responsabilidad personal y empresarial. Los alumnos respondieron con entusiasmo e implicación, y dedicaron tiempo a la creación del trabajo. En secundaria, además de los alumnos inscritos oficialmente en el concurso, muchos otros colaboraron en la tarea y son igualmente responsables del éxito logrado.

Pero en los concursos, no siempre se gana (de hecho, perder es mucho más probable estadísticamente). Participar en estos concursos didácticos forma parte del proceso de aprendizaje, en un sentido amplio, y eso es lo más valioso. Por ello hay que felicitar también y agradecer su implicación y esfuerzo a los alumnos que representaron a nuestro CEPA en los otros concursos: David Rodríguez Alarcón (concurso de Lectura en voz alta), Alberto Aguado Muñoz (concurso de Ortografía) y Juana Taboada Siguero (ganadora de nuestro certamen de Literatura, que compitió en la fase interCEPA). Otros alumnos participaron igualmente con sus textos en el concurso literario (los podéis leer en este mismo número de la revista). Por iniciativa de José Contreras, iniciamos asimismo los premios de periodismo CEPA PABLO GUZMÁN.

Este curso, además, hemos dado un nuevo impulso a las tertulias literarias vespertinas: Marianela, de Benito Pérez Galdós (10/11/2020), El hereje, de Miguel Delibes (26/01/2021), Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán (09/03/2021), Thérèse Raquin, de Émile Zola (11/05/2021) e Intemperie, de Jesús Carrasco (15/06/2021). Recordemos que el año pasado se celebraron los centenarios de la muerte de Galdós y del nacimiento de Delibes. En 2021 conmemoramos el centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán. A lo largo de junio anunciaremos en la web del CEPA y mediante carteles cuál será la novela de la primera tertulia del curso 2021-22.

Esperemos que el próximo curso la pandemia remita y podamos ir recuperando toda la actividad presencial. Deseamos igualmente aprovechar nuevas propuestas y oportunidades que sirvan para enriquecer la vida escolar de nuestro centro (y de los centros de adultos en general) y que sigamos contando con un alumnado tan diverso e implicado. ¡Nos vemos en septiembre!

O. Sobral


martes, 1 de junio de 2021

Salida al parque del Buen Retiro



Celestino López
El lago lo mandó construir Felipe IV. La construcción fue llevada a cabo por Cristóbal de Aguilera a mediados del siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV. En la actualidad pertenece al Ayuntamiento de Madrid.

¿Por qué se construyó el lago del Retiro?

El valido del rey Felipe IV, el Conde Duque de Olivares, lo hizo para agradar al rey. Era como un retiro de placer. Los terrenos eran de la corona. En su aspecto original, contaba en el centro con una isleta de forma ovalada que se utilizaba para pescar. Pero también para llevar a cabo representaciones teatrales.

Sus dimensiones son 280 metros de largo por 140 de ancho. En su interior caben 55.000 metros cúbicos. En su punto más profundo mide 1,81 metros; en el menos, 60 cm.

En este estanque se hacían originalmente simulacros de batallas navales y espectáculos acuáticos en los que muchas veces participaba el propio monarca. Antiguamente contaba en sus orillas con 6 norias que alimentaban de agua al estanque y al palacio que le construyeron con una estructura hidráulica. El agua procedía de varios arroyos.

Hasta el siglo XVIII, en el reinado de Carlos III se dejaba entrar al público, pero solo en una orilla. Fue Isabel II la que lo abrió al público.

Tiene una superficie de 3724 m2.

Al principio de 1982 se vació para repararlo, pero no fue hasta el año 2001 que se vació por completo. Al desaparecer toda el agua salieron a la luz, entre otros, los siguientes tesoros: 192 sillas, 40 barcas, 41 mesas, 20 papeleras, 9 bancos de madera, 3 contenedores, 19 vallas del ayuntamiento, 50 teléfonos móviles, una máquina expendedora de chicles, varios carros de la compra, numerosos monopatines y una caja fuerte, abierta y vacía.

La estatua de Alfonso XII fue diseñada por José Grases Riera en 1902 y terminada en 1922 por José López Sallaberry y Teodoro de Anasagasti.

Durante la época romántica se produjeron en el Retiro varios intentos de suicidio que resultaron complicados debido a la escasa profundidad del estanque (1,81m-0,60m).

El estanque se vació porque perdía 5.000 litros de agua al día.

Todas las embarcaciones renovadas se fabricaron en un astillero de la Comunidad de Madrid.

El mirador de Alfonso XII se abrió en 1987. No se ha vuelto a abrir.

Si Madrid hubiera logrado ser sede de los Juegos Olímpicos de 2020, estaba previsto vaciarlo, cubrirlo de arena y que en él se disputara la competición de vóley playa.