miércoles, 30 de noviembre de 2016

Eduardo Mendoza Príncipe de Asturias

Cinco novelas de Eduardo Mendoza que no te puedes perder


Otros de los dos candidatos del Premio Cervantes lo han definido -no sin segundonería- como "correcto" o "digno". Pero a Mendoza se le conoce leyéndole. Aquí cinco de las obras que conforman su perfil.
El Español

Satírico, humorístico, esperpéntico, transgresor sin perder la mesura, carnavalesco sin renunciar a la elegancia. Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) es el Premio Cervantes 2016. Luis Goytisolo, el eterno candidato, lo ha definido como un narrador "muy correcto", y Álvaro Pombo, otro de los aspirantes al premio más importante de las letras españolas, ha tildado la elección de "digna". Pero Mendoza es un autor prolífico que ha hecho de Barcelona su cuartel general y la ha exprimido hasta traducirla en un sardónico retrato del ser humano, en un dibujo social que sólo tiene grietas en forma de coñas.

Se mueve por los páramos más extraños: la novela negra, la gótica, la picaresca, coquetea con el absurdo, con el surrealismo y hasta con el folclore. Aquí cinco de las obras que no se puede perder nadie que quiera conocer al nuevo heredero de Cervantes.

1. LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA

La primera. La imperdible. La publicó en 1975, estando en Estados Unidos -en 1973 se marchó a Nueva York como traductor de la ONU-. Su título original era Los soldados de Cataluña, pero la censura franquista le obligó a rebautizarla. Su protagonista, Javier Miranda, es un chico vallisoletano que viaja a Barcelona a principios del siglo XX en busca de trabajo. Entra a trabajar en un despacho de abogados y pronto conoce a su mentor, el empresario francés Paul André Lepprince. La verdad sobre el caso Savoltase desenvuelve en un mosaico de sucesos turbios, de ambiciones, de recuerdos, y, por qué no, de amor, gracias a la fascinante María Coral -que enloquece a Lepprince-.

El Premio Cervantes 2016 le ha sido concedido a Mendoza, precisamente, porque con esta novela "inaugura una nueva etapa en la narrativa española en la que se devolvió al lector el goce por el relato y el interés por la historia que se cuenta, y que ha mantenido a lo largo de su brillante carrera como novelista". Muchos llaman a esta obra "la primera novela de la transición democrática", ya que recoge el panorama de luchas sindicales de principios del siglo XX y la realidad social, cultural y económica de la Barcelona de la época.

A los pocos meses de su publicación murió el caudillo. Al año siguiente, recibió el Premio de la Crítica. Marcó un hito.

2. EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA

Es la primera novela de la serie del detective anónimo y se mueve entre la parodia hilarante, la novela negra y la gótica. Se publicó en el año 1978, y su estela late hasta 2015, con El secreto de la modelo extraviada -ese libro que se leyó Rajoy y de cuyo nombre, siguiendo la doctrina cervantina, no quiso acordarse. Para escribirla, necesitó abandonar esa España "triste, amarga y violenta" y sólo así pudo escribir "divirtiéndome como nunca antes lo había hecho".

La obra arranca cuando el comisario Flores, inspector de la Brigada de Investigación Criminal, asume el caso de la desaparición de una niña de un colegio internado de madres lazaristas. Decide buscar ayuda en un antiguo criminal depravado, que está interno en un manicomio. El trato es este: encontrar a la cría a cambio de su libertad. Pero, ¿habrá recuperado el control de sí mismo un demente que ha estado cinco años interno?

3. EL LABERINTO DE LAS ACEITUNAS

Es la segunda novela protagonizada por el detective sin nombre y es la que consolida a Mendoza como uno de los autores con más éxito de ventas allá en 1982. Este trabajo es un atentado contra las normas del realismo, e incluso de la verosimilitud: ahora el detective demente cuenta, heterodoxo, su aventura. Se enfrenta a una red desconocida de maleantes que trata de recuperar a toda costa un maletín repleto de dinero y perdido en curiosas circunstancias. Vuelve a dibujar el autor una sociedad que, sólo existiendo, es parodia de sí misma, y que se desenvuelve incoherente y ridícula en diferentes registros expresivos. La imaginación de Mendoza salta como un resorte, y, tras superar el humor y absurdo, cae en triple salto mortal en el esperpento, en el puro surrealismo.

4. LA CIUDAD DE LOS PRODIGIOS

Este trabajo -publicado en 1986- está considerado por la crítica literaria como su obra cumbre. No quiere ser una novela histórica y el autor lo deja claro en el prólogo. Pretende ser una "transcripción de la memoria colectiva de una generación de barceloneses". La ciudad de los prodigios es un retrato vivo de la ciudad de Barcelona entre las expos de 1888 y 1929. Habla del estancamiento inicial, del desarrollo industrial, de la vorágine económica y social a través de Onofre Vouvila, representante del ideario colectivo de las clases sociales más bajas: un chaval de origen humilde que, a base de esfuerzo y de un carácter sórdido y cruel, sin escrúpulos, se convierte en uno de los hombres más ricos e influyentes no sólo de Cataluña, sino de toda España. Onofre, que da el pistoletazo de salida como personaje repartiendo panfletos anarquistas, muta en especulador inmobiliario. La novela fue adaptada al cine en 1999 por Mario Camus.

5. SIN NOTICIAS DE GURB

De nuevo, humor y surrealismo. Publicada en 1991, Sin noticias de Gurb cuenta la búsqueda de un extraterrestre que ha desaparecido tras adoptar la apariencia de la cantante Marta Sánchez -cómo no, en la ciudad de Barcelona-. La historia la narra otro alienígena que, después de mutar en el conde-duque de Olivares, se convierte en Miguel de Unamuno, Paquirrín, Isoroku Yamamoto, el duque de Kent o Alfonso V de León. Es una novela de cambio, de adaptación a la vida de este planeta, que oscila entre la sátira y la paradoja. Mendoza vuelve a extraer de su ciudad la versión más satírica y carnavalesca del ser humano para trazar un retrato social en el que entremezcla su personal conciencia artística.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Desde mi atalaya

Hermosa mañana primaveral. Sentado a la sombra de unos prunos que inician el paso de la floración al nacimiento de la hoja. Bellos sonidos de pájaros que revolotean junto a una fuente cercana, y en lontananza unos jóvenes que juegan con un balón. Mira por donde al viejo setentón que desde la lejanía los contempla le da por pensar:

Estamos en la actualidad con una gran crisis, y los de vuestra edad o parecida quizás la acuséis más si cabe, pero cuidado porque la mayoría de la gente solo piensa en la económica y no se da cuenta de la crisis de valores que venimos padeciendo desde mucho antes de que conociéramos a la "prima" de ese tal "riesgo". Hoy el concepto que se tiene de honradez, humildad, caridad, honor, patriotismo etc., es el de algo ya pasado de moda o algo peor como puede ser que el honrado es tonto, el humilde idiota, y si queda algún patriota será "facha".

No soy dado a dar consejos, pero si pudiera os diría tres cosas que creo importantes. Cultivad valores.  Estudiad. Divertíos sanamente —y eso descarta el exceso de alcohol y otras sustancias—. ¡Como me gustaría hablar con vosotros acerca de los motivos más frecuentes que alegáis para no estudiar! En cualquier caso si me gustaría que pensarais en algo que yo asumí desde hace muchos años, y es que: no todo el mundo puede estudiar cualquier cosa, pero si todo el mundo puede estudiar algo.

Como jubilado obediente todavía tengo que hacer dos recados esta mañana y por tanto tengo que marcharme. ¡Ah, y comprar el pan!. Adiós chavales.

David

Pobreza energética


El caso de la anciana encontrada muerta en su casa a consecuencia de prenderse su habitación por unas velas, me ha indignado. Llevaba dos meses alumbrándose con velas, porque la compañía le cortó la luz por impago; no aplicaron el protocolo adecuado en estos casos y se llevó a cabo una injusticia.

Me parece indignante que falte solidaridad con los más desfavorecidos, por parte de las grandes empresas. ¿No ganan lo suficiente ya? La crisis está dejando muchos damnificados, ojalá la justicia actuara firmemente en contra de estas compañías usureras, las empresas deberían estudiar cada caso individualizado.

Somos números para las grandes compañías, no empatizan con las historias trágicas que sufren muchas personas.

¿En qué mundo vivimos? estamos deshumanizados totalmente.

Yo espero que nos demos cuenta antes de que sea demasiado tarde, deseo que haya más comprensión a todos los niveles y sobre todo de nosotros los ciudadanos de a pie, para denunciar estos casos de abuso de las grandes fortunas.

Puede que se produzcan más casos, pero hay que sentar las bases para que no ocurra más. Todavía estamos a tiempo de vivir en un mundo mejor.

Carmen P.

El cielo tiene color "panza burra"



¿Habéis oído alguna vez esta expresión…?

La primera vez que me la dijeron me quede perpleja, no tenía ni idea de lo que significaba.

Mire al cielo y comprobé que tenía un color gris oscuro que no asocié a nada en absoluto.

Seguramente la persona que me dijo esto, al ver mi cara de poker tuvo a bien explicarme que en su pueblo y desde la historia de los tiempos, cuando el cielo se tornaba de este color y hacía mucho frío, era lluvia o nieve segura.

Como el color del cielo se asemejaba tanto a la panza de estos tiernos animalitos se les atribuyó de lleno su nombre.

Hoy en día casi nadie utiliza esta expresión, al menos yo no la oigo por ahí, pero sí que hay gente que la conoce.

Yo misma la digo cuando en esos largos y gélidos días grises de invierno me asomo a la ventana y miro al cielo con desesperanza.

Para mis adentros me digo: Hoy, el cielo tiene color panza burra, lluvia o nieve segura.



Paloma

¿Qué hemos perdido?


¿Qué hemos perdido con respecto a costumbres familiares y sociales con el abuso en el uso de las redes sociales?

Hemos perdido la capacidad de relacionarnos de tú a tú con otras personas, incluso estando físicamente juntos cada cual atiende los mensajes que van entrando en nuestro wassap, en nuestra bandeja de correo o en nuestro perfil de facebook.

No apreciamos una buena compañía o una buena conversación. Hemos perdido el contacto físico con nuestros seres queridos, esto conlleva que no haya tertulias familiares, que tanto nos enriquecen, y a la vez la importancia de saber escuchar las opiniones de todos los miembros de una familia , tanto pequeños como mayores.

Hemos perdido la tradición de al menos hacer una comida en familia, eso facilitaba el diálogo.

Hemos perdido privacidad, pero en este caso cada cual es responsable de lo que cuelga en la red. Se ha perdido la relación con los abuelos, fuente de sabiduría, en esta generación se están perdiendo tardes enteras escuchando embelesados historias increíbles sobre las vivencias de nuestros mayores.

Los jóvenes y no tan jóvenes deberían recapacitar sobre todo lo que se están perdiendo y pensar si merece la pena perderse cosas tan maravillosas para crecer como personas.

Por el contrario también veo cosas positivas en el uso de las redes sociales, como que podemos contactar con los seres queridos que están lejos de nosotros, a veces nos reencontramos con personas que hace tiempo que no vemos, conectamos con la información a tiempo real y algo muy importante , que moviliza a una gran cantidad de personas en llamadas a la solidaridad.

Carmen P.

Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías



¿Nos estamos haciendo adictos a las nuevas tecnologías? Es cierto que, sin movernos de casa podemos recorrer el mundo por medio de Google. Los móviles se están haciendo los grandes protagonistas de la fotografía y con el libro electrónico (en poco espacio) se pueden acumular un montón de ellos.

A pesar de todo esto ¿tenemos que olvidarnos de lo clásico, de lo que todavía existe y seguirá existiendo?

A mi, personalmente, sentada en mi sillón, un libro de papel entre las manos me sirve de compañía.

Reporteros y profesionales de la fotografía siguen estando con sus cámaras allí donde están los grandes acontecimientos. Hace poco recibió el premio Princesa de Asturias de la Comunicación y Humanidades el fotógrafo James Nachtwey que, desde que cogió una cámara hace 40 años, decidió ser fotógrafo de guerra. Él mismo dice que si una fotografía no está bien es que no te has acercado lo suficiente, que la fotografía no es apretar un botón, que hay que llegar donde no hay nadie para poder hacerlo y poder conseguir esa cercanía personal y compositiva.

Todo el progreso es estupendo si se sabe aprovechar bien. Internet nos está llevando a cosas extraordinarias, facilita el trabajo y todo se hace con más rapidez. Pero ojo… también pone en peligro a niños y adolescentes (lo escuchamos todos los días).

A mi me parece que alguno de estos instrumentos nos ha quitado intimidad. Ya no se escribe una carta, una postal que tanto gustaba recibirla de algún lugar donde estaban familiares o amigos. Los christmas navideños resultaban entrañables; ahora todo son whatsapp.

En el metro todo el mundo mira el móvil. Estás con amigos en cualquier parte y siempre el móvil está presente en todas las conversaciones. Entras en Facebook y sin buscarlo te enteras de la vida de personas que conoces.

Disfrutemos del progreso, pero con moderación.

Pilar Santoyo. Noviembre 2016

Hacer clic es demasiado fácil

Llevo décadas celebrando la felicidad que, en mi opinión, nos han traído las nuevas tecnologías. Yo vi nacer Internet allá por los noventa. Vi mis textos y mis fotos reducidos a formas de almacenamiento que no ocupaban más espacio que un dedal. Vi mejorar la comunicación entre seres humanos cada año en proporciones geométricas. Pero, también, vi cosas que no me gustaron.

He descubierto que en un mundo donde se puede comunicar tantas cosas con tanta facilidad, sigue habiendo poco que contarse, y que el rencor y los silencios siguen siendo tan extensos como lo fueron siempre. Que da igual una cara larga que un doble tic de whatsapp que jamás se pone de color azul.



Todo lo que hemos ganado en capacidad de divulgación, lo hemos perdido en intimidad. Seguimos siendo igual de idiotas, pero ahora, el hecho, es constatable por muchas más personas. Usamos twitter y facebook como si fuéramos las estrellas de un reality show en horario de máxima audiencia. Acariciamos nuestro ego con la sensación de que nuestro desayuno y la última frase que cruzó nuestra mente son tan importantes como la paz en Oriente Medio. La humildad, esa virtud que tienen los sabios y los prudentes, no se duplica al mismo ritmo que los megahercios de los procesadores.


Nos empeñamos en ignorar los peligros de tanta visibilidad. El pequeño odio, la frase fuera de contexto y la que es fruto de un momento de ira, se quedan ahí, colgadas para siempre. Igual la foto de los amantes desinhibidos, la chica que en un momento de frenesí se deja hacer una foto comprometida y ya no podrá frenar su divulgación aunque destruya todos los dispositivos del mundo. Esas cosas también perduran para siempre. Creo que en ninguna época anterior la información fue tanta, y creo que en ninguna época, igualmente, las afrentas y la vergüenza tuvieron las dimensiones que han alcanzado en la  nuestra. Creo, también, que los adolescentes que aprenden a usarla con tanta facilidad no llevan incorporado en el kit de sus habilidades el mismo grado de responsabilidad que requiere semejante poder.

José C.

Nuestros jóvenes



Todos sabemos que nuestros jóvenes son el futuro y que los estamos preparando para ello. Pero hay un porcentaje de jóvenes y que son los menos -pero hacen mucho ruido- Que desacreditan al resto, no hace falta enumerar cada una de las trastadas y cosas peores que están en la mente de todos nosotros.

Está es una juventud sana y todos conocemos a cantidad de muchachos estupendos que tenemos; nuestros chavales algunos son deportistas ,estudian, trabajan , defienden lo que consideran justo y también reclaman lo contrario, se divierten todo lo que pueden y están educando a sus niños , están alerta de todo lo que pueden abarcar -La mayoría trabajando- otros muchos también ayudan en las ONG's por ejemplo .

Y sabéis una de las cosas que más me gusta de nuestra juventud es que, tienen criterio propio desde muy pequeños porque se lo hemos permitido cada uno de nosotros en su justa medida. A diferencia con lo que nos hicieron a nosotros. Y sabéis que como nos llaman a nosotros dicen que somos la generación del SI porque en su momento nos dijeron a todo que NO.

Y estos chavales están llevando como pueden las trabas que les está poniendo esta Sociedad.

Nosotros tuvimos “nuestras” complicaciones y ellos por más que les hemos facilitado una vida mejor tienen que resolver las SUYAS.

Así es que, seamos optimistas y no caigamos en meter a todos los jóvenes en el mismo saco cada vez que oímos y vemos cantidad de cosas raras que nuestros chavales no se merecen.


Amelia

martes, 22 de noviembre de 2016

Conejo-perro

Tengo un conejo perro, es un amigo, es fiel, es cariñoso, es obediente, hace caso a la llamada del amo, en este caso de la ama, ¡¡¡es un amor!!! agradecido, es feliz, y se le nota en sus orejitas gachas en su alegre mirada, da besitos con calma, con esa calma de saberse querido y protegido.

Cuando estoy trajinando en mis quehaceres por la cocina él sale de su cobijo y me persigue, me compromete, me levanta las patitas y me dice con su gesto, amiga estoy aquí, gracias por cuidarme, por quererme y yo le doy mis caricias, mis palabras de amor al animalito que me hace feliz, le compenso en ese momento con lo que más le gusta con trocitos de fruta y el tranquilo se va su madriguera (detrás de un frutero) a distrutar de su premio, y es feliz y yo soy feliz de tenerlo como un miembro más de la familia.





M. Carmen P.

La bicicleta

Ahí está con su porte señorial, a la vista de todos, sintiéndose importante, admirada; la gente la mira con curiosidad, transportándolos a otra época, mirándola recuerdan los momentos infantiles y eso les hace pensar que otra vida fue mejor.

Ahí está, libre, sin ataduras, elegante le falta contonearse, hacer una llamada de atención; pero en el fondo no es feliz, porque nadie comparte con ella para lo que ha venido a este mundo, a correr a volar por los caminos. La admiran sí, pero no se atreven a emprender ese camino que ya no tendría vuelta, porque en ese camino descubrirían que el aire de libertad que respiran es tan gratificante que renunciarían a verse ahogados en un mar de estrés y de conflictos. ¡Ay bicicleta orgullosa de serlo! ¡cuánto envidian tu porte y majestuosidad!





M. Carmen P.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Autobús

Entro en el autobús camino de mi casa, y voy hacia un asiento que con suerte está libre. Es ese asiento que va doble en la segunda mitad del autobús.

¿Y con que me encuentro? . Pues a un par de jóvenes que van naturalmente sentados y llevan estirados sus pies, poniendo sus zapatos y pisando el asiento que yo voy a ocupar que, a su vez, son los dos asientos los que van en sentido opuesto a la dirección de la marcha y me dirijo a ellos.

-Perdonad ¿Por favor retirar los pies de los asientos que voy a sentarme?- silencio…… -Es que no comprendéis que yo o cualquiera que se siente aquí tiene que utilizar este asiento y lo estáis manchando.

Ellos no contestan y ni me miran, se ponen a hablarse entre ellos como si yo no les hubiera comentado nada y como si no estuviera alli. Yo por el contrario los miro a los ojos para que por lo menos se sientan un poco avergonzados de su actitud (ni me miran) pero ellos siguen a lo suyo tan tranquilos llegan a su parada se bajan y ya está.

Siento que no pude hacer más que lo que hice porque entiendo que estos jóvenes de entre 14 y 16 años se limitaron a hacer que no escuchaban pero, en otras situaciones y no sería la primera vez que te encuentras con que te contestan de con malos modales e incluso agresivos.

Y pienso que aporté mi pequeño granito de arena aunque no dejas de ser triste. ¿Tan mal estamos enseñando a nuestros niños?

Amelia

martes, 15 de noviembre de 2016

El poder de los medios de comunicación

¿Como los medios de comunicación han llegado a tener tanto poder?

No lo sé, pero me pregunto ¿como un o todos los medios de comunicación, prensa, radio y televisión pueden mover masas y cambiar hasta nuestra manera de pensar?

¿De hacernos ver que unas actitudes del todo reprobables, lleguemos a verlas casi normales?

Como veréis me hago tantas preguntas que no tengo respuesta para casi ninguna.

Puedo comprender que en adolescentes que no tengan las ideas muy claras para casi nada, sean moldeables y cambien de posición, como si fueran hojas de papel llevadas por el viento.

¿Pero esas personas mayores que ahora somos, y que se supone tenemos unas vivencias, algunas dolorosas, otras alegres ! Faltaría mas! Nos dejamos llevar los medios y no tengamos un criterio propio?.

De verdad que no lo puedo entender.

Que estamos viendo como personas que se suponen se metieron en política para ayudar al pueblo o a su nación, y lo único que han hecho es robar y llevarse el dinero de todos los españoles a paraísos fiscales, (ahora se están sentando algunos en el banquillo de los acusados).

Pero no reaccionamos, lo vemos casi como natural diciendo “siempre ha sido así”.

Claro que siempre ha sido así, pero lo mismo que hemos evolucionado en muchas materias, como en medicina, educación y progreso para tantas cosas, con las corrupción nos hemos quedado estancados.

Y yo creo, particularmente que de esto tiene muchas culpa los medios de comunicación que nos lavan el cerebro tan sutilmente que nos mueven como si fuéramos marionetas.

Nos hacen ver, lo blanco, casi negro, lo negro, gris claro y mientras tanto las grandes fortunas campando a sus anchas.

Pero !ojo! No cometas tu un pequeño desliz que todo el peso de los medios y la justicia caerán sobre ti.


Por Laura O.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Orgullo y prejuicio

Jane Austen nació en 1775, su padre, un párroco anglicano, la animaba a escribir. Compuso cinco novelas que han quedado como obras inolvidables en la historia de la literatura.

La mejor de todas es la primera. Cuando acabó el primer borrador de “Orgullo y Prejuicio”, Jane Austen tenía veintiun años.

La protagonista de la novela es Elizabeth Bennet, la segunda de cinco hermanas que no pueden heredar la hacienda donde viven porque todas son mujeres.

Dos hombres apuestos y con fortuna llegan al vecindario y Elizabeth tiene un desencuentro con Mr Darcy, el más inaccesible de los dos. La relación sube de tensión hasta tal punto que llegarán a descubrir que no pueden vivir el uno sin el otro.

El personaje de Elizabeth Bennet tiene un sello femenino. Su imagen y su felicidad depende de quienes son los miembros de su familia. Por eso cuando su hermana menor se escapa de casa con un soldado, toda la familia sufre las consecuencias. Todo lo que ocurre tiene un peso colectivo, la liviandad de la madre y las hermanas menores desmerecen la belleza de la hija mayor y la prudencia de la segunda. Y cuando al final resuelvan sus problemas, serán los problemas de todas las hermanas, y no sólo los suyos los que encuentren satisfacción.

Mr Collins

A mitad de la novela aparece un Párroco, Mr Collins, que heredará la hacienda de los Bennet por ser el único descendiente masculino. Para resarcir a la familia ofrece casarse con una de las hijas. Pero su oferta es ridícula porque viene dictada por su hipocresía, porque es un adulador de su señora y, sobre todo, porque no es capaz de entender que cuando Elizabeth dice que no, no está coqueteando con él como una damisela, le está diciendo, simplemente, que no.

El episodio del rechazo de Mr Collins es un elemento imprescindible de la novela. Es el primer pretendiente que rechaza, y Austen nos está enseñando que un rechazo no es un juego, es una respuesta seria a un trato que puede cambiar el futuro de una dama. Mas adelante, cuando Elizabeth rechace a Darcy nadie pensará que coquetea.

Mr Darcy

Mr Darcy ha dado pie a ríos de tinta, por el modo en que encarna como pocos otros personajes de la literatura al príncipe azul. Darcy no hace sólo el papel de hombre ideal, él es también el hada madrina. Es el personaje que le ofrece las galas y la carroza para ir a la fiesta. Cuando la hermana menor se va a vivir con el militar sin estar casados, el buen nombre de la familia Bennet ha caído en desgracia, pero Darcy, con sus contactos y con su dinero puede reparar la afrenta y, de ese modo el honor de toda la familia.

Austen

La ironía de Austen es deliciosa, su sarcasmo implacable con los defectos de sus criaturas. Austen fustiga por igual al padre y a la madre por no ejercer la autoridad que deberían con sus hijas, a las hijas menores por su liviandad, a los amigos falsos, a las conquistadoras rivales que intentan dejar en mal lugar a la protagonista. Y al final nadie, ni siquiera la misma Elizabeth, se salva de la mirada inflexible de la autora. Pero sufren unos castigos tan merecidos y divertidos que nadie se arrepentiría de caer bajo la mirada inconformista de un ser tan exquisito como Jane Austen. Esa crítica tan incisiva y cabal hace de Austen una de las voces más irrepetibles de la literatura.

El final

Proyectamos la película para hablar de libro. Discutimos sobre ese final sin beso. Unos opinaron que la película había elegido el mejor final cuando ellos juntan sus frentes.

Pero los productores rodaron un segundo final con un beso. Si escaneas el código QR con tu móvil podrás verlo.



José C.