miércoles, 23 de enero de 2019

La leyenda del hilo rojo

Una historia, una leyenda japonesa

La primera vez que oí hablar sobre esta leyenda fue viendo la serie de “Estoy vivo”. Aun siendo ficción, la trama de la serie deja muy claro el significado de la leyenda y me pareció muy curioso indagar sobre el tema y conocer la verdadera historia.

Esta leyenda existe desde hace muchas generaciones en la tradición budista de los japoneses. Ellos tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse en esta vida se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. El hilo rojo invisible conecta a todos aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias.

La historia en sí cuenta que entre dos o más personas que están predestinadas a tener un lazo afectivo en la vida, existe un “hilo rojo” que viene de serie con ellas desde su nacimiento. El hilo rojo no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso.

Hace mucho, mucho tiempo, el emperador de un gran reino se enteró de que en una de sus provincias vivía una bruja muy poderosa, que tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino. El emperador mandó a sus emisarios a buscar a la bruja para después llevarla ante su presencia.

Cuando la bruja llegó, el emperador la ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado a su dedo meñique y lo llevara ante la que sería, sin duda, la persona amada. La bruja accedió a la petición del emperador y comenzó a seguir y seguir el hilo acompañada del propio emperador y todo un sequito de soldados. 



La busqueda fue muy larga hasta que al fin las pesquisas de la bruja acabaron en un miserable mercado, donde una pobre campesina con un bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba el puestecillo de la campesina, la bruja se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y señalandola a ella, le dijo:

—“Aquí termina tu hilo”.

El emperador al escuchar esto y mirar a la campesina montó en cólera y creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeñina en los brazos y la hizo caer haciendo que la niñita se hiciera una gran herida en la frente. Luego ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y que le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que el emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor sería que desposara a la hija de un general muy poderoso de su enorme ejército.

El gran emperador aceptó esta sugerencia y comenzaron todos los preparativos para esperar a la elegida, a la que sin lugar a dudas sería después su esposa. Llegó el día de la boda, pero sobre todo había llegado el ansiado día de ver por primera vez el rostro de su futura esposa.

Ella entró en el templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente el rostro.

El emperador al levantarle el velo pudo ver por primera vez, que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. Era la cicatriz que él mismo había provocado al rechazar su propio destino años antes, un destino que la bruja había puesto frente a él y que decidió rechazar.

La enseñanza de la leyenda del hilo rojo tiene que ver con la comprensión de nuestro destino y el papel dominante que juega el amor. Muestra claramente cómo los amores destinados son eso, sin más, no podemos escapar de la persona que nació para amarnos.

Todos estamos predestinados a conocer a nuestra otra mitad, a nuestra media naranja, a nuestra alma gemela, aquella persona que nos falta para que estemos realmente completos.

—“Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte…”­ Paulo Coelho

P. Sardinero

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