miércoles, 9 de diciembre de 2020

Aterrazamiento de jardines con taludes de tierra



Sobre el autor

Para que sepáis quién soy, y para futuros artículos, os diré que soy Victoriano Castellanos Hoyos (V.C.H.), jubilado y alumno de inglés del C.E.P.A. Pablo Guzmán.

Cuando estuve en activo, y antes de ser funcionario, desarrollé mi carrera actualizando catastro de viñedo, olivar y, sobre todo, de rústica. Fue en este último donde pude ver y comprobar sobre el terreno la importancia de los aterrazamientos en la conservación de los suelos y su fertilidad. También pude ver la diversidad de cultivos y formas de cultivar de muy distintas provincias españolas, conocer a sus gentes y darme cuenta sobre el terreno de lo muy diverso que es nuestro país en muchos aspectos.

Espero que este artículo, y los que vengan, sean de vuestro interés, os entretengan y en algunos casos los llevéis a la práctica si necesitáis hacer lo que en ellos se dice.

Un saludo cordial y hasta pronto (espero).

Victoriano Castellanos Hoyos

ATERRAZAMIENTO DE JARDINES CON TALUDES DE TIERRA.

El aterrazamiento de los suelos de cultivo en general tiene dos objetivos principales, que son: la conservación del suelo, evitando la erosión hídrica por escorrentía superficial del agua de lluvia, y la retención al máximo del agua de riego o de lluvia.

La capa superficial de los suelos de cultivo es la más fértil; en terrenos inclinados, el agua de lluvia que no se infiltra discurre por su superficie arrastrando la capa superior del suelo; como consecuencia de ello, a lo largo del tiempo dicha capa se va reduciendo, y por ende, también la fertilidad del suelo, al ir perdiendo minerales, materia orgánica y nutrientes. Evitando la escorrentía superficial se evita la pérdida de suelo y se aprovecha al máximo el agua; esto se consigue aterrazando los suelos.

Según el razonamiento anterior, los suelos deberían aterrazarse. El aterrazamiento puede hacerse con taludes de hormigón, con bloques de hormigón, con rocas (rocalla) o con tierra; esta última opción es la más barata de establecer pero también la más cara de mantener, pues los taludes (muros de tierra) se erosionan con el tiempo y hay que ir reparándolos, además de tener el inconveniente de que a medida que el talud es más alto su anchura también es mayor, con lo que, en estos jardines, los taludes de tierra solamente serían idóneos para pequeñas alturas.

Los taludes de hormigón, con bloques de hormigón o con rocas (rocalla) serían permanentes y no necesitarían apenas mantenimiento.

En las figuras se muestra, en un corte transversal, cómo quedarían los jardines una vez aterrazados con taludes de tierra. Se compara la diferencia entre unos trabajos ejecutados incorrectamente y los mismos trabajos ejecutados correctamente.

Hay que hacer notar que para que los taludes no se erosionen tanto y duren más sin tener que repararlos, es conveniente que en ellos se dejen crecer las “malas hierbas”, pues estas, con sus raíces, ayudan a fijar el terreno, ralentizando la erosión del mismo, y también, con sus hojas, disminuyen la erosión hídrica, impidiendo que las gotas de lluvia caigan directamente sobre el terreno del talud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario