miércoles, 10 de octubre de 2018

Italia y la Capilla Sixtina




Madrid, octubre del 2018

Italia y la Capilla Sitina


He visitado recientemente Italia. El país es verdaderamente impresionante, ¡que riqueza atesora! ¡y toda esa cultura desde miles de años atrás por cada uno de sus rincones!, sus monumentos, sus ciudades. La guía que nos acompaño nos fue relatando la historia de su país y empezó diciéndonos que en Italia,  a diferencia de los españoles que mantienen su monarquía, ellos son diferentes ya desde muchos años atrás y aunque los orígenes su monarquía son imprecisos. Los datos que hay son que en Abril del 753 a. de C. y cuando el último rey Lucio Tarquinio el Soberbio fue expulsado, y se instauro la República Romana en el 509 a. de C. (existen estos datos son poco claros) fue abolida y sustituida por la actual república, consolidándose lo que se mantiene así actualmente.


Me llamó mucho la atención cuando comentó que en aquellos primeros años reclutaban a los jóvenes mayores de 22 años de todas las familias nobles e ingresaban en las distintas cámaras que gobernaban en ese momento en su país para iniciarse en política y con los años dirigir el país –bueno más o menos– yo lo cuento como lo entendí, y,  no debemos extrañarnos que actuaran así con sus jóvenes, porque, ¿quiénes sino ellos podrían tener acceso a la cultura?, los bendecidos por la fortuna de sus mayores y los varones de cada familia naturalmente.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue "pero que listos, tantos años atrás, y que visión de futuro". A diferencia nosotros después de nuestros 40 años archiconocidos por todos… Y después de tanto trabajo y de tantos avatares pues algunos nos encontramos aquí con unas cuantas dudas. Al iniciarse el reinado del Rey emérito Juan Carlos I, ya sabíamos de las andanzas de los Borbones pero bueno como veníamos de dónde veníamos… Y nos encontramos con un Rey le vimos algunos de nosotros una familia “bien”, “normalita”, pero en algún momento se nos torció. Se hizo como muchas muy grande y en este momento actual y viendo como está el devenir de todos sus miembros tenemos algunos muchas dudas si estamos mejor. No dudo en ningún momento que tenemos un Rey Felipe VI (tan bien preparado) claro si solo fuera él quizás. Pero arrastra tras de sí cada familiar que vaya. Un ejemplo de todos ellos podría ser Froilán de todos los Santos; otro, el consorte de la Infanta Cristina, el Sr. Urdangarín,  que tan solo con decir su nombre ya está dicho todo; la Reina emérita, intentando que a la Infanta se la restituya de nuevo sus privilegios (porque como no ha sido condenada), y la actual Reina también de aquella manera, pues se me ocurre que algunos nos preguntamos si estamos mejor que otros muchos países manteniendo esto y además todo el gasto que se deriva naturalmente con nuestros políticos unos muy buenos y otros muy regulares.


Bueno, volvamos a Italia. Ya nos advirtieron que en Venecia las autoridades se estaban planteando limitar el número de turistas que iban a permitir el acceso para visitar la ciudad que casi todos conocemos aunque solo sea de referencias, y, si nos centramos en la maravillosa obra de arte que dejo Miguel-Angel para la posteridad pintando la Capilla Sixtina dentro del Capitolio de Roma, tuve el privilegio de verlo hace 19 años y el recuerdo que tenía era de una obra maravillosa. Pero esta vez a consecuencia del volumen de turistas, lo que me encontré fue tremendo. Cuánto siento por los turistas que iban por primera vez a conocerla, porque se sintieron estafados con esa visita; porque no fue malo, fue peor. Qué agobio de visita. Nosotros llevábamos una guía estupenda que nos retrató antes de entrar cada uno de los detalles de las pinturas, y eso nos ayudo mucho. Pero para entrar solo nos faltó entrar tirando de una cuerda como llevan a los niños de guardería al parque o donde quieran llevarlos para que no nos dispersáramos y entrábamos en tropel. Tenemos que aclarar que también la fecha fue mediados de septiembre, pero aun así no podíamos apenas detenernos y contemplar un poco aquella maravilla, porque el recinto estaba completamente lleno, y la impresión de algunas de las personas que nos acompañaban fue decepcionante. Qué triste que no limiten el número de personas a visitar incluso limitando el tiempo –pero no fue así–, y poder apreciarlo como se debería. Está bien claro que solo les importamos para hacer caja. La experiencia,  aún así, fue estupenda y descubrimos algo de su cultura y de sus ciudades. Pero tenemos que reconocer a nuestro favor que en esta España nuestra se come divinamente y tienes que salir de nuestros territorios para comprobarlo. Somos mejores.

Amelia G. Luengo

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