sábado, 17 de marzo de 2018

Un poco de historia de España




Surgió este verano en el pueblo. Después de una comida donde los mayores habíamos estado hablando de cosas relacionadas con temas históricos, tres de mis nietos aprovechando la sobremesa me soltaron: abuelo, háblanos de historia de España que tú sabes mucho. Es cierto que la historia en general y la de España en particular siempre me han interesado tanto de oídas como de leídas.
Me pusieron en un “aprieto”. No es nada fácil explicarles a unos niños que rondan la decena de años lo relacionado por ejemplo con la guerra civil –por referirme a algo relativamente cercano en el tiempo–, sobre todo si se quiere ser imparcial y entendible para su mentalidad. Ese tema lo tocaremos escuetamente al final. Lógicamente muchas de las cosas que les decía tenia que matizarlas, cosa que omitiré en este breve relato.

Empecé por decirles que de nuestra época contemporánea seria interesante conocer algo del siglo XIX y primer tercio del XX, ya que opino pudiera tratarse de lo más convulso de toda nuestra larga historia, y al mismo tiempo ser el germen de lo ocurrido en tiempos posteriores.

Como digo, en ese convulso tramo de nuestra historia se sucedieron diferentes regímenes o formas de gobierno, pues hubo monarquía borbónica y de la casa de Saboya, regencias, dictaduras y repúblicas. Todo ello aderezado con guerras como las carlistas, independentistas, la de Marruecos y por último la civil. Políticamente hablando yo diría que todo un recital de despropósitos por darle un calificativo suave.

De forma muy resumida diríamos que empieza el siglo XIX reinando Carlos IV, un rey falto de carácter que deja el pésimo gobierno en manos de validos entre ellos Godoy, de quien se rumoreaba era el amante de su esposa que quizás batiera el récor de embarazos, veinticuatro, aunque de ellos solo catorce partos.



En 1808 y con el comienzo de La Guerra de la Independencia contra Francia, el Emperador Napoleón impone el reinado de su hermano José I Bonaparte. Terminada la guerra llegaría el reinado de Fernando VII, hijo de Carlos IV y al que alguien dio en llamar “el Deseado”, cuando en realidad lo más apropiado hubiera sido llamarle “el Indeseable”.  Posiblemente el reinado más funesto de la historia de España. Restauró el absolutismo, derogó las Cortes de Cádiz, mandó fusilar a cuanto liberal aparecía y fue responsable directo o indirecto de las Guerras Carlistas que vendrían después de su muerte. Al no dejar descendencia masculina había nombrado heredera a su hija Isabel que tenia tres años, y para ello había abolido la llamada “ley Sálica” de Felipe V, originando como digo las guerras carlistas entre partidarios de Isabel y los del hermano del fallecido rey, Carlos María Isidro.
Durante la minoría de edad de Isabel II se sucederían las regencias de M.ª Cristina de Borbón y del general Espartero. El mal reinado de Isabel II terminaría con la llamada revolución del 68 que la llevaría al exilio de París. Tras dos años de “quítate tu que me pongo yo”, llaman para que ocupe el trono a un príncipe italiano Amadeo de Saboya, que aguanta tres años hasta decir: “ahí os quedáis que yo me voy a mi tierra”.

En febrero de 1873 y hasta noviembre de 1874 se instaura la Primera República, que ostentó el “flamante récor” de haber tenido cuatro presidentes en once meses, a su vez Estanislao Figueras, Pi y Margal, Salmerón, Castelar y por último el general Serrano, que me imagino se nombraría él solito. Por cierto, que pasó a la historia la frase pronunciada por Figueras en el último Consejo de Ministros que presidio: “Señores ya no aguanto más, voy a serles franco, ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros!”


En 1874 un nuevo golpe militar dirigido por el general Martínez Campos acaba con la república y se restaura la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Ella todavía vivía, pero había abdicado en su hijo en 1870. Reinaría solo diez años, pues murió muy joven y le sucedió su hijo Alfonso XIII que no había nacido cuando murió su padre, y por tanto no pudo reinar hasta cumplidos los dieciséis años (1902). Hasta esa fecha, fue regente su madre M.ª Cristina de Habsburgo.

A finales de siglo durante la regencia de la reina-madre, se produce un hecho importante como es la guerra que supone la independencia de las últimas colonias que pertenecían a España y con lo que se pone fin a lo en su día dio en llamarse el Imperio español. Son Islas Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Solo le quedarían Marruecos, Sahara y Guinea Ecuatorial que adquirirían la independencia mediado el siglo XX y que en el caso de Marruecos costó otra larga guerra que duró del 1909 al 1927 que ocasionó gran pérdida de bienes materiales, y lo más importante la pérdida de muchas vidas humanas.

Debido a varios factores, pero fundamentalmente la inestabilidad política reinando Alfonso XIII se proclama la dictadura que encabeza el general Primo de Rivera del 1923 al 1930, y lo que se dio en llamar “dictablanda” durante 1930-1931.

Y así llegamos al 14 de abril de 1931. Se celebran unas elecciones municipales y aprovechando que los partidos republicanos ganan en las grandes ciudades, se proclama la Segunda República que provoca la huida de Alfonso XIII, que duraría cinco años 1931-1936 y seria preludio de la guerra civil. La república era algo esperado sin duda por una mayoría de españoles, que veían en aquella monarquía algo incapaz de solucionar los graves problemas de gobierno que se iban acumulando de mucho tiempo atrás.

El problema estuvo en que la república no solo no solucionó lo que se esperaba de ella, sino que algunas cosas las empeoró. Prueba de ello es que varios intelectuales profundamente republicanos como es el caso del filósofo Ortega y Gasset que llegó a ser diputado, llegaran a decepcionarse por los muchos problemas que se acumulaban sin que las soluciones fueran acertadas, si es que se intentaban solucionar. El primer presidente fue Alcalá Zamora (1931-1936), y el segundo y último Manuel Azaña (1936-39).

El 17 de julio de 1936, gran parte del ejercito español inicio un movimiento o levantamiento con el fin de hacerse con el poder de la República. La exitosa resistencia en lugares como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y País Vasco significó el comienzo de una guerra civil fratricida y prolongada durante casi tres años. Ello quizás fue debido a que ambas partes –el llamado ejercito nacional y el republicano–, recibieran ayuda militar extranjera. Los primeros de la Alemania nazi, la Italia fascista y la dictadura de Portugal, y los segundos de Rusia, del partido de la Revolución Mexicana y de las Brigadas internacionales constituidas por socialistas, comunistas y anarquistas llegados de diferentes países.



La guerra fue encarnizada en ambas zonas en las que se dividió España. Una llamada nacional donde triunfó el levantamiento y otra republicana donde no lo hizo. En ambas se cometieron asesinatos y fusilamientos fuera de las trincheras o frentes de combate, y según fuera en una u otra se perseguía a determinados civiles, eclesiásticos, simpatizantes de tal o cual estamento, sindicalistas, etc. Tras la contienda, que ganaron los nacionales, y la en que murieron decenas de miles de personas, gran cantidad de republicanos fueron represaliados y otros muchos partieron hacia el exilio.

El régimen del general Franco duraría hasta su muerte en 1975 (39 años), fecha en la que se vuelve a reinstaurar la monarquía borbónica ya parlamentaria y con la Constitución de 1978, en la persona del nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I que reinaría hasta 2014 (38 años), fecha en la que abdicó para que pasara a reinar su hijo, nuestro actual rey Alfonso VI desde el 19 de junio de 2014.

Daviz Díaz L.

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