martes, 20 de marzo de 2018

Holly Golightly

¿Quién es Holly Golightly? ¿Es una campesina con aires de condesa que vive en el mismo edificio que Truman Capote en 1943? ¿Es una actriz con el porte de una condesa (Audrey) que interpreta a Holly por una carambola de Hollywood en 1961? ¿Es una encarnación de los ideales del feminismo, la mujer que no es posible enjaular en los estereotipos de mujer mala / mujer santa del machismo tradicional?

Su representante, O.J. Berman piensa que es una farsante, pero, a diferencia de las demás farsantes, ella es una farsante que se cree lo que dice.

Dos de sus vecinos, el sr. Yunioshi y la vecina la odian por las fiestas que da hasta altas horas de la noche, y porque lo despierta cuando olvida la llave del portal.

El barman, Joe Bell la adora y lucha por sacarla de la cárcel, cuando el propio narrador, un cobarde, o un hombre sin sangre, se queda cruzado de brazos.

Poco después de esta novela corta, Capote se aventura en un nuevo tipo de novela. Escribe “A sangre fría” a costa de una larga labor de documentación. La llama novela de no-ficción.

La película es, aparte de un icono de los años sesenta, una pequeña traición al fondo del libro. El escritor homosexual es sustituido por un galán que vive de una mujer, George Peppard. El gato sin nombre que simboliza la provisionalidad de Holly en un mundo de fantasía, en la película pasa a representar su capacidad o no de entregarse y de pertenecer.

¿Quién es Holly Golightly? Yo creo que Holly es un personaje real capaz de superar con su personalidad arrolladora la imaginación de un escritor incapaz de abarcarla con palabras. Capote, el iniciador del género de no-ficción en la novela, descubre en esta joven de 19 años que la realidad, con sus seres perdidos, es infinitamente más rica que toda la ficción que él está intentando representar con su literatura.

En la tertulia se habló del tren de vida de Holly. Vive cómo Paris Hilton, con fiestas deslumbrantes, pero ¿de qué vive Holly? Visitas al tocador, y un mafioso de Sing Sing que le da un parte meteorológico.

Se habló de las grandes diferencias entre el libro de Capote y la obra de Holywood. El gato, en el libro, no es la expresión de la necesidad de posesión. Holly, cuando deja ir al gato está proclamando que ella tampoco pertenece a nadie. ¿Puede vivir sin pertenecer a alguien?

La película se abre con una pregunta dramática apasionante. Holly quiere sentirse estable como la sensación que le da Tiffany’s, y mientras no lo consiga no comprará muebles, y no pondrá nombre al gato. Por eso, el final abrazando al gato y a George Peppard, no nos deja convencidos de que por fin desaparezca para siempre la malea y bautice al animal.

Algún terco guionista quiso atrapar a Holly en una jaula patriarcal, el mismo que convirtió la figura del gato en una necesidad de tener dueño, que, según estuvimos de acuerdo en la tertulia, no era el problema de Holly.

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