martes, 2 de abril de 2019

Los Amores de la Madre y las desventuras de la Hija


Recientemente he leído dos libros relacionados; Lo que escondían tus ojos de Nieves Herrero y Deje de pronunciar tu nombre por Luis Herrero.

Lo que escondían tus ojos son los amores de la Marquesa de LLanzol de soltera Sonsoles de Icaza con Ramón Serrano Suñer, 6 veces ministro de Franco y casado con Zita Polo la hermana de Doña Carmen Polo, por tanto, cuñadísimo del General Franco.

La familia de Sónsoles de Icaza era una familia de intelectuales venida a menos. Con 22 años Sonsoles se casa con Francisco de Paula y Diez de Rivera, Marques de LLanzol, héroe de guerra y un aristócrata mayor que ella 24 años.

En el año 1940 y en plena posguerra de nuestro país, está pareja protagonizo el mayor escándalo entre la clase alta con sus amores. En aquellos años era muy importante codearse con la alta burguesía, con los nobles y los aristócratas. En su momento comentó la propia hija de los Marqueses de LLanzol (Sonsoles) que su padre era la persona más tierna de su casa. De su madre dijo que era una mujer fría y muy frívola, moderna y adelantada a su tiempo. Era reconocida en el “mundillo” de aquella época como la mujer más elegante de España, vestida por su amigo el famoso modisto Balenciaga.

Se enamoraron. A él le gustaban las damas y la marquesa se enamoro perdidamente de él. En un principio pudieron esconder sus amores, puesto que se movían en el mismo circulo de amistades y tener relación con Serano Suñer era importantísimo. El marqués de Llanzol no vio venir el peligro y estaba muy orgulloso de su amistad con el político, porque para el marqués, como para todo el mundo, formar parte de su grupo de elegidos era muy importante,  tanto es así, que llegaron a veranear juntas las familias en el mismo lugar de vacaciones y consiguieron pasar inadvertidos durante un tiempo; pero a la larga, empezaron los rumores por todo Madrid de la aventura de Serrano Suñer con una marquesa. Cuando informaron al general Franco de los rumores le llamó al orden, pero Serrano Suñer no atendió. En 1940 Serano Suñer tuvo que afrontar unas negociaciones durísimas porque Alemania e Italia pretendían que España participara en el Eje de la segunda guerra mundial, y, cuando Franco acudió a Hendaya, a su cita con Hitler, se negó. Su cuñado le había asesorado muy bien, y así se comprende esta frase "mama quién manda en España papa o el tío Ramón". Por aquel entonces ya tenía Ramón muchos enemigos en el gobierno, y el resultado fue que,  aprovechándose de una negociación, que no salió demasiado bien, cesaron al político automáticamente. Pero dicen que la razón principal era que,  a esas alturas, estaba acumulando demasiado poder, lo que se conoce por hacer sombra al general Franco.

A estas alturas del rumor, todo el mundo ya le ponía nombre a la marquesa y eran la comidilla en las altas esferas. Tanto fue así que, al marques,  ya en su entorno, se lo hicieron más que evidente. Pero él, como un caballero que era, en ningún momento se dio por aludido, y, justo en ese preciso momento,  en 1941, fue cuando la marquesa se quedo embarazada.

El marqués comprendió perfectamente que él no era el padre de esa criatura, pero, como a su vez Serrano Suñer le dejo muy claro a la marquesa que en ningún caso iba a hacerse cargo de la criatura que estaba en camino, pues el Marqués de LLanzol, por el cariño que tenía a su mujer, y la generosidad que le caracterizaba, la perdono, y le ofreció su apellido igual que a todos sus hijos, dando así por zanjado el problema que se había creado. Y en su entorno se comentó que a Carmen Diez de Rivera la quería igual, o más, que a sus propios hijos. El cariño fue reciproco. Así fue como se calmó todo, pero, aunque no se pudo demostrar nada, en el mentidero de la Villa todo Madrid sabía que el hijo no era suyo.


Dejé de pronunciar tu nombre relata la vida de Carmen Diez de Rivera. La vida de esta mujer que no fue muy normal se movía en el nivel más alto de este país, con una educación exquisita, muy formada en idiomas, estudios en el extranjero a los que, en esos años, pocas mujeres tenían acceso. Pero se encontró con el primer problema de su vida y sufrió lo que ella llamaba una “tragedia familiar”. Murió con 57 años de un cáncer de mama, en 1999, y, unos 8 meses antes, dicto para que sus memorias salieran a la luz.

Esta novela comienza cuando ella vuelve a Madrid después de tantos años. Acude al hotel Ritz para acompañar a un amigo húngaro Juan Gyenes,  el amigo que la ayudo con su “drama” y a sonreír, en unos momentos tan difíciles, cuando la arrebataron el sueño de casarse. Le hacían un homenaje fue el fotógrafo que hizo la primera foto real de los Reyes de España don Juan Carlos I y doña Sofia de Grecia. En la citada recepción se encuentra de nuevo con su amor. Sus miradas se cruzan a lo lejos de lo que fueron para ella y para él "sus amores prohibidos".

Cuando iban a sus domicilios, los dos tan contentos, para anunciar a sus familias la intención de casarse, Carmen Diez de Rivera, hija de los Marqueses de Llanzol con 17 años, y Ramon Serrano Suñer con 19, hijo de Zita Polo y sobrino del general Franco por parte de madre, se desencadenó su tragedia. Su tía y madrina Carmen de Icaza, pasó el trago de explicarle que no podían casarse porque eran hermanos. Ella era hija biológica de Sonsoles de Icaza y de Ramón Serrano Suñer y su padrastro le había puesto sus apellidos igual que a sus hermanos de madre.

Este impacto fue tan fuerte que necesito 11 años aproximadamente para reponerse. Si tenemos en cuenta que Carmen y Ramón jugaban juntos desde la infancia y a medida que pasaba el tiempo se iba afianzando su amistad más y más, y,  que ya con 13 y 15 años, eran inseparables, su destino se iba trazando poco a poco, y ya deciden juntos con 17 y 19 años no esperar más y preparar la boda.

Fue tan fuerte el impacto y como tenía una prima en el convento de monjas de Arenas de San Pedro , se marcho allí por un periodo de 3 años. Después se fue a un hospital en Africa de primeros auxilios. Allí estuvo 8 años; se encontró con chabolas, camastros y una pobreza infinita, y, fue ahí donde realmente empezó, por fin, a cicatrizar su herida. Recuperó su entusiasmo, empezó a sentirse más libre y más feliz.

Ya en Madrid y reinando Juan Carlos I, en los primeros nombramientos del nuevo gobierno, eligen a 24 hombres y la única mujer que es, a su vez, la más joven. Tiene 34 años, y un curriculum de 9 hojas, el más extenso de todos los elegidos, según El País ed. 30/1/1976. La nombran directora del gabinete de la presidencia del gobierno de 1976 para conducir la reforma política, tuvo mucho poder en la administración española en esos años. Trabajo con Adolfo Suarez, abogo por los avances democráticos y la legalización del partido comunista. Fue la musa de la reforma, una mujer única, una mujer relevante, que influyo decisivamente en las decisiones del Rey. Carmen despreciaba la España distinguida y según le contó uno de sus buenos amigos "El poder va a pasar a otras manos y va a cambiar de bando, por fin esto se acaba el pueblo tiene hambre de cambio". El libro refleja las dudas, y todo lo que Carmen tuvo que batallar, porque Adolfo Suarez y el mismo Rey no terminaban de dar el paso para legalizar el partido comunista y ella tenía información de que Carrillo en un momento clave estaba por no esperar ya más y les presionó. Esta mujer trabajó, junto con tantos y tantos nombres muy importantes en este país, codo con codo, para que fuera posible la transición; y, en parte, la reconciliación de los españoles de las llamadas las dos Españas.

Se murió sin que su padre biológico la reconociera, se llevo siempre fatal con su madre, vivió en su casa, mientras su padrastro estuvo enfermo. Esa era la única razón de peso, el cariño que se tenían. De pequeña su madre la utilizaba siempre, y,  cuando estaban de vacaciones le decía "¡Llama al tío Ramón y dile que ya estamos aquí!" Mas o menos; y Carmen, en un momento de pequeña, recuerda que le dice a su tío Ramón: "Creo que mi madre no me quiere". "¡Anda no digas eso!"

Amelia Glez Luengo

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