lunes, 13 de noviembre de 2017

Mindfulness

Es fácil que usted haya oído hablar del mindfulness. Viene en la estela de esas prácticas orientales como el zen, o el yoga y la meditación, y no está alejado de ellas.

Básicamente, el mindfulness elimina toda la retórica y la preparación que hacía de las primeras una materia difícil y restringida a unos pocos, y la sitúa en un plano asequible a cualquier persona sin preparación.

Mindfulnes significa vivir el presente, el aquí, el ahora. Porque somos, en cierto modo, esclavos de nuestras mentes. Vivimos atrapados en una red de recuerdos, de tensiones por cosas que tenemos que hacer, y sobre todo, somos esclavos de emociones que se apoderan de nosotros sin que podamos responder a ellas desde nosotros mismos.

El mindfulness se practica en un lugar tranquilo para poder entrar en contacto con nuestras sensaciones. Suele transmitirse con una voz, grabada o no, que nos pide que nos relajemos y que tomemos conciencia de nuestra respiración y de cada una de las partes de nuestro cuerpo que solemos tener olvidadas en el trajín de nuestras vidas diarias.

La parte más difícil del mindfulness es detener nuestra mente. Recuerdos, planes, sentimientos que nos dominan. Luchar contra ellos es una batalla perdida. Por eso el mindfulness nos pide que seamos amables con los intrusos, que los tratemos como un cachorro, dominándolo sin tensiones, sin ira, sin conflicto.

La práctica del mindfulness requiere poco tiempo de nuestra parte, tres minutos son suficientes para una pequeña parada, quince componen un descanso ideal para llenarnos de equilibrio y dominio una jornada completa.

No se trata, como ocurre con los libros de autoayuda, de llenar la cabeza con más y más instrucciones. No se trata de un breviario, de los que leemos cada día en nuestras redes sociales, con instrucciones resumidas para conseguir el éxito, la sabiduría, o alguna de esas gemas rutilantes que perseguimos en nuestra vida diaria sin saber a donde vamos. Se trata, más bien de lo contrario, de quitarnos lastre de la cabeza.

El mindfulness es una parada, un descanso, un dejar de buscar, de lamentarse y de sentirse arrastrado por las fuerzas incesantes de nuestras vidas. Por eso si alguien ve un rótulo, una conferencia o un audio de mindfulness le recomiendo que no pase de largo, que le de un poco de tiempo, no mucho, y luego siga adelante con sus preocupaciones.

José Contreras


Mindfulness. 7 beneficios

1 Muestra curiosidad por las cosas del día y las disfruta.

2 Perdona los errores de los otros, sean pequeños o grandes.

3 Muestra gratitud por los buenos momentos y aprende de los malos.

4 Practica la compasión y fomenta las relaciones.

5 Hace las paces con su imperfección y con la de los demás.

6 Acepta la vulnerabilidad confiando en los otros.

7 Acepta y aprecia que las cosas vienen y van.

1 comentario:

  1. Una buena filosofía de vida. Siento que me he perdido grandes cosas en mi vida por mirar el pasado con cierto rencor y vivo con cierta ansiedad lo que me proveerá el futuro y siempre estoy alerta, esta forma de vivir la vida no es sana. Espero que la práctica de mindfulness ayude a mi paz interior y de paso a mi relación con los demás. Voy a llevarlo a la práctica, aunque al principio no vea resultados estoy segura que si lo hago con constancia y perseverancia lo lograré.
    Jose, gracias por tu artículo

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