miércoles, 18 de abril de 2018

El sitio de mi recreo

"Donde nos llevó la imaginación / donde con los ojos cerrados / se divisan infinitos campos. / Donde se creo la primera luz / germinó la semilla del cielo azul / volveré a ese lugar donde nací..." Escuchando esta canción de Antonio Vega retrocedo muchos años en el tiempo y  vuelvo a esos sitios de mi recreo. Esos días de mi infancia y juventud en los que la cosa mas sencilla nos hacia feliz.

  Cuando llegaba la primavera, los jueves por la tarde (si lo habíamos merecido) el profesor nos llevaba de excursión: no a esquiar ni a ningún viaje exótico, simplemente a pasar la tarde a un prado con la merienda. Felices corríamos, jugábamos y cogíamos las primeras flores silvestres. Pasando por una huerta nos parábamos  en una noria para refrescar con el agua que caía por sus vasos, mientras observábamos al burro como daba vueltas con los ojos vendados.

  Desde entonces aun retiene mi memoria esas sensaciones: el olor a pan recién hecho al pasar por la panadería, como el herrero ponía una herradura al caballo en sus cascos, el zapatero con esa mezcla de olores a cuero y betún... pero sobre todo lo que yo trataba de descubrir era como podía vocalizar mientras sujetaba con sus labios las tachuelas, dando martillazos a una media suela. O los paseos a la estación por ver pasar los trenes y volver contentas porque algún viajero nos saludaba asomado a la ventanilla del vagón. 

  Los fines de semana formábamos nuestra propia discoteca en la panera de casa, con esos discos de vinilo que todavía conservo. Las meriendas en la bodega con amigos y mis hermanos. Yo soy la número seis de diez.

  El alma de las personas la constituyen los aromas de la niñez, de las primeras visiones de la luz, los sabores que antes del uso de la razón ya anidaban en los entresijos del paladar. Fueron años dulces, llenos de perfumes y sabores que aun me sustentan. con ellos se ha formado el núcleo de la vida.

  ¿Pero otros tiempos fueron mejores? NO. Simplemente distintos, hemos avanzado en muchas materias. Todo ha evolucionado: vida, costumbres, diversiones y ratos de ocio. Pero a pesar de todo nos hemos ido adaptando a las circunstancias y también ahora (como no) soy feliz.

  En el caminar de la vida el gozo y el dolor se va entretejiendo, para dar lugar a los acontecimientos que marcan nuestra historia.


P. Santoyo
Abril 2018
Resultado de imagen de tierra de campos

2 comentarios:

  1. Muy bonito Pilar,
    De vez en cuando hay que cerrar los ojos y dejarse llevar por los recuerdos de nuestra infancia, cuántas emociones, risas, juegos inventados, historias de rodillas raspadas que todavía duelen al recordarlas..... verdad....??

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  2. Pilar me emociona saber que muchos niños de otras generaciones vivíamos nuestra niñez con una felicidad sublime con las pocas cosas que teníamos a nuestro alcance, comparándolo con lo que tienen los niños de esta generación, como siempre Pilar, enhorabuena por tu artículo

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