miércoles, 24 de mayo de 2017

Compartiendo emociones




Pese a que el dichoso tiempo nos esté despistando con sus continuos cambios, el verano está a la vuelta de la esquina. Quedan muy pocos días ya para que este curso finalice, es tiempo de celebrar el termino de las clases y de recapacitar sobre todo lo aprendido durante este último año.

Hemos compartido muchas experiencias a lo largo de este curso y todos nos llevamos con nosotros un poquito más de conocimientos, cada uno en su materia escogida.

En mi caso, en este año en particular y que siento tanto que se acabe, he aprendido a compartir muchas emociones y sentimientos con mis compañeros y con todos vosotros, los lectores.

El otro día, en clase de prensa, una compañera, muy querida, sentía pudor por haber reflejado en su artículo su andadura como redactora. Yo la quiero decir, desde aquí, que no hay nada más bonito que escribir para liberar y compartir emociones, que a veces es bueno recapitular y sobre todo hay que sentirse orgulloso de lo que se ha conseguido. Yo he aprendido que escribir es la mejor terapia que existe, y por supuesto la más barata, tan solo se requiere un poquito de tiempo, una hoja en blanco, un lápiz y un poquito de imaginación y corazón.

Pues bien recapitulemos. Gracias a una personita muy peculiar yo llegue un día hasta aquí, sin querer, sin saber muy bien por qué ni para qué, ella y solo ella es la responsable de que, durante todo este tiempo, os haya estado acribillando con mis artículos. Allí me reencontré con Jose y al instante me contagio con su inmenso entusiasmo y pasión por la literatura y la escritura. Nunca en mi vida hubiese pensado que un día me estrenaría con la pluma y mucho menos que me convertiría en redactora, que así es como él nos llama. A estas alturas me siento muy feliz y satisfecha de todo el recorrido realizado, sobre todo cuando me paro a pensar en lo que he conseguido generar en los lectores. Mi intención no es otra que provocar reflexiones, emociones, dilemas, y entretenimiento, al igual que yo misma disfruto y me emociono cuando leo y escucho a mis compañeros de clase. Unos y otros nos apoyamos y nos animamos, mientras Jose, con su infinita paciencia, nos enseña cada día, clase a clase, el camino para conseguir nuestro estilo.

Durante las clases hemos tenido momentos de auténtica polémica, momentos conmovedores y momentos divertidos, pero lo más hermoso es que en esta clase, entre nosotros, reina el respeto mutuo y la aceptación de las diferentes formas de pensar de cada cual, condición fundamental que, desde el primer día, nuestro profesor nos ha inculcado a todos y cada uno de nosotros.

Os aseguro, que, en esta hora tan cortita, en esta clase de taller de prensa reina la felicidad y la ilusión. Os diré que en este mi primer taller de prensa he descubierto que la escritura es una maravillosa herramienta para desenterrar nuestros pensamientos y conflictos, todos aquellos que nos afectan a diario tanto psíquica como emocionalmente. Después de esta experiencia tan gratificante soy consciente de que existe un antes y un después, es decir, la persona que era antes y la persona en la que me he convertido.

Una vez me dijeron que la mente de las personas es un universo infinito y propio, sin cotas, sin límites impuestos, si aprendemos a explotarlo y somos pacientes para desenredarlo nos encontraremos a nosotros mismos.

Ahora sé que he encontrado la llave para abrir mi mundo interior. Gracias a todos por haberme enseñado a liberarlo.




P. Sardinero

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