La tumba negra
Editorial: Umbriel (14 abril 2008)
448 páginas
ISBN-10 : 8489367388
SIGNAGURA: 8 UMI | tum
Al sur de Turquía, el equipo de arqueólogos que dirige la joven Esra Beyhan acaba de realizar un descubrimiento histórico: una colección de veintiocho tablillas de barro que podría revelar las claves de la súbita desaparición del imperio hitita hace casi 3.000 años. No obstante, mientras el grupo trabaja en la traducción de los textos (el diario privado de un escriba real llamado Patasana), el asesinato de uno de sus colaboradores pone en peligro la empresa. ¿Quién lanzó a Hacı Settar desde lo alto del alminar? ¿Fueron los enemigos que el fallecido se había ganado en una región de costumbres aún feudales? ¿El independentismo kurdo? ¿O se trató quizá de una venganza de radicales islámicos por la profanación de la Tumba Negra?
Destacan los personajes, ese mapa de almas en constante superación resultado de múltiples guerras y conflictos, ¿Cómo es que logran convivir con todo ese dolor y tantas pérdidas? ¿Es posible seguir adelante cuando has asesinado a numerosas personas, aunque sea bajo una bandera? No todos seríamos capaces de mantener la cabeza fría después de ver cómo la mayor parte de tu familia muere a manos de tus “enemigos” o están desaparecidos en el exilio.
Se ha combinado perfectamente la historia con el género
policíaco, invitándonos a reflexionar de dónde surge tanta maldad en las
personas y describiéndonos a esa Turquía testigo de infinidad de guerras y unos
habitantes con múltiples cicatrices. Una
obra bien escrita y ambientada, estableciendo dos líneas argumentales, una
presente y otra pasada, que dan calidad a toda la novela, por lo que los
amantes de ambos géneros pueden verse recompensados.
La piedra angular
La piedra angular trata de un tema de calado político y social que ocupaba por aquellos años (1890-1891) a los polemistas de la época y apasionaba en todas las clases sociales: la pena de muerte. El tema había sido caldeado en el imaginario popular por la ejecución de Higinia Balaguer (ejecución a la que asistió Pardo Bazán, para escándalo de la burguesía y aristocracia madrileñas). Aún queda una cierta memoria de este crimen, conocido como "El crimen de la calle de Fuencarral", cuyo juicio seguirá muy de cerca Benito Pérez Galdós; de hecho, sus crónicas serán luego publicadas, constituyendo casi una novela negra.
Pardo Bazán considera la pena de muerte como una ley atávica
incompatible con la modernidad y ajena (recuérdese que doña Emilia era católica
declarada) a la piedad cristiana y su prédica de perdón. Ella, que defendía la
creación de un estado moderno que aunara las tradiciones y los nuevos tiempos
que corrían por Europa, pensaba que la
pena de muerte no podía ser la piedra angular del edificio del orden social. Es
más, que lo fuera constituía una muestra de impotencia de las élites dirigentes
a la hora de mantener ese orden social que solo seguía en pie, pero siempre
tambaleante, no por convencimiento contagiado a las otras clases, sino por una
represión de tintes medievales.
Pese a lo que pueda sugerir lo dicho, la novela no es una novela de tesis, si bien en una escena en el casino de Marineda, las fuerzas vivas del lugar discuten agriamente mostrando los dos argumentarios de la época. De hecho, la novela desplaza el tema de la pena de muerte hacia la situación social de su ejecutor, el verdugo.