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miércoles, 12 de febrero de 2020

Fortunata y Benito

 

12 de febrero de 2020
En 2018 se cumplían 175 años del nacimiento de Benito Pérez Galdós. En este 2020 se conmemoran los 100 años de su muerte. Las bibliotecas municipales han marcado esta doble efemérides en sus calendarios de actividades bajo el título genérico de Bienio Galdosiano, pero será este año el que se colme de homenajes como el que ya el 4 de enero (fecha del fallecimiento del escritor) tuvo lugar en el Parque de El Retiro, una ofrenda floral en el monumento que recuerda al autor. Además, el Ayuntamiento ha creado una aplicación móvil para seguir las huellas de Galdós por la ciudad. Porque don Benito, hoy, lo tendría ciertamente difícil, como lo tuvo en su tiempo, siendo como era declaradamente anticlerical, antimonárquico y antitaurino. Y un hombre que demostró una sensibilidad nada habitual en su época hacia las mujeres, a las que hizo protagonistas de muchas de sus historias.



El Año Galdós hace parada en los teatros del Canal de la mano de esta producción de LaJoven que ha dirigido Laila Ripoll a partir de un texto suyo que bebe de algunas obras del escritor canario. El montaje es casi un musical donde se ha tratado de desempolvar esa imagen adusta de anciano respetable de Galdós, para explorar esa otra imagen, más lejana, del Galdós imberbe, de un Galdós joven descubriéndonos el Madrid al que llegó en 1862 desde Gran Canaria y alentándonos a levantar los ojos del móvil y redescubrir la ciudad que habitamos, que como la que él conoció, guarda una historia en cada esquina.

(Texto extraído del folleto explicativo)

lunes, 3 de febrero de 2020

Visita al Museo del Prado

13 de enero de 2019

Marta Mena


La Mesa de los pecados capitales
Es un óleo sobre tabla de Jerónimo Bosch (1450-1516), más conocido como "El Bosco", nacido en los Países Bajos. Fue Felipe II el primero y más insigne coleccionista de sus obras, las cuales adquiere para el Palacio de El Pardo y el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

En este cuadro el autor representa los siete pecados de una forma original:

En La lujuria se nos muestra una tienda de color rojo intenso plantada en el campo, donde dos parejas de enamorados celebran una comida campestre. A un lado, dos juglares o bufones. En primer plano, instrumentos musicales.

La Gula se representa en una escena de interior con cuatro personajes. En una mesa hay un hombre gordinflón comiendo. A la derecha, de pie, otro que bebe ansiosamente de una jarra, lo que hace que el líquido se le caiga pos las comisuras de los labios. A la izquierda, una mujer presenta una nueva vianda en una bandeja. Aparece un niño obeso, simbolizando el mal ejemplo que se da a la infancia, que reclama la atención de su obeso padre. En primer plano, una salchicha se asa al fuego.

La Avaricia. Se escenifica mediante un juicio donde el juez, lejos de impartir justicia, acepta un soborno de una de las partes o incluso de ambas.

La Pereza. Se reproduce una escena donde un eclesiástico duerme ante la chimenea, mientras que una mujer (la Fe), trata de despertarlo para que cumpla con sus deberes de oración.

La Ira se muestra con dos campesinos borrachos peleándose a la puerta de una posada, con jarras de bebida. Uno de ellos es detenido por una mujer, mientras el otro tiene un banco en la cabeza.

La Envidia se manifiesta con una pareja de enamorados (un burgués intenta seducir a la mujer de otro), dos señores (un mercader que mira a un joven noble que lleva un halcón en el puño), y en la calle, dos perros con un hueso.

La Soberbia se representa mediante una mujer en un interior con pequeños objetos de uso cotidiano. Se mira en un espejo que hay en un armario, sostenido por un demonio; a un lado, se ve otra estancia con figuras.

El centro del cuadro lo preside una imagen de Cristo saliendo de su tumba. Se dice que toda la circunferencia es el ojo de Dios, y la imagen de Cristo es su pupila. Bajo esta imagen hay una inscripción en latín: CAVE CAVE DNS (DOMINUS) VIDET ("Cuidado, cuidado, Dios lo ve"). Es una referencia a la idea de que Dios lo ve todo, hasta los comportamientos que se esconden a los ojos de las personas.

En cada una de sus esquinas, hay cuatro pequeños círculos que representan "La muerte", "El juicio", "El infierno", y “La gloria". Están representadas según la iconografía tradicional en la pintura medieval. De todas ellas, la más llamativa es la del infierno, ángulo inferior izquierdo. Con tenebrosos tonos rojos vuelve al tema de los siete pecados capitales, representando siete diferentes formas en que los demonios torturan a los condenados por incurrir en cada uno de los pecados capitales. Aquí se percibe un tono típicamente bosquiano, pues es esta una representación, en menor tamaño, de los otros infiernos que pueden verse, entre otros, en los postigos derechos del Juicio Final de Viena, el Carro del Heno y el Jardín de las Delicias. La muerte aparece representada a través de una imagen típica del Ars moriendi: el lecho de un moribundo con la cabeza vendada, al que rodean un médico, tres religiosos, una monja, un ángel y la muerte; en otra estancia se ve a los familiares. El juicio se representa al modo medieval, con Dios entre ángeles, y los muertos saliendo de sus tumbas. La Gloria tiene forma de un palacio en el que está Dios con ángeles. Se representa también al arcángel San Miguel y a San Pedro.

Arriba y abajo hay dos inscripciones en latín, que provienen del Deuteronomio (capítulo 32):
32, 20 "Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, / para ver en qué terminan" (parte inferior)
32, 28 "Porque esa gente ha perdido el juicio / y carece de inteligencia"
32, 29 "Si fueran sensatos entenderían estas cosas, / comprenderían la suerte que les espera" (parte superior)

Juana Taboada

La historia se repite, volver al Museo del Prado es muy gratificante, pensar en descubrir cuadros nuevos, detalles que en otras ocasiones no has visto.

En esta ocasión hemos ido con Ruth, nuestra profesora de Sociales, con sus explicaciones todo es más fácil de entender.

No soy ninguna experta en arte, pero entre todas las obras vistas este día, me gustaría comentar el cuadro de “La anunciación”, realizado en 1430 por Fra Angélico, pintor del Quattrocento italiano, que tardó dos años en ejecutarlo.

Se trata de un retablo más bien pequeño comparándolo con otros lienzos del Museo. Durante la Segunda Guerra Mundial fue sacado de Italia por los alemanes, regresando de nuevo al país por mediación de Rodolfo Siviero.

Me parece un cuadro precioso, con sus colores finos y elegantes, entre los que destacan el rosa, el azul y el oro. La túnica del ángel de color rosa, marcando los pliegues tan perfectos y definidos, y toda bordeada en pan de oro. La Virgen lleva un manto azul, también con detalles de oro. Las dos caras son dulces y aniñadas. Todo esto contrasta con la representación al lado izquierdo del retablo de Adán y Eva, en el momento en que son expulsados del Paraíso por comer la fruta prohibida.

En mi opinión el pintor quiso reflejar en este retablo “el bien, la bondad” contra “el mal, el pecado”.

He comentado esta obra, pero cualquiera de ellas es digna de mención. Ir de visita al Museo del Prado es un lujo.



Celestino López

El día 13 de enero hicimos una visita al Museo del Prado, dos profesoras, varias alumnas y un solo alumno. ¿Por qué pongo un solo alumno? Porque me gustaría que participaran más jóvenes y mayores en este tipo de actividades, para así enriquecernos mucho más culturalmente.

La profesora de Sociales, Ruth, fue una excelente guía, conocedora del Museo, que nos guio por algunas de las obras más notables, catalogadas como obras maestras, de pintura flamenca, alemana, italiana y española de los siglos XV y XVI.

Tengo muy poca idea de pintura, pero sí puedo decir “cuántos genios hay en este Museo”

Las obras que más me gustaron fueron: “El lavatorio” de Tintoretto, el “Autorretrato” de Durero, el “Descendimiento” de Van der Weyden (portada), “Carlos V en la batalla de Mühlberg” de Tiziano, y “Una fábula” de El Greco (portada).

No pudimos ver la cantidad de obras que nos hubiera gustado, ya que íbamos con la hora muy ajustada.

Además de pintura, hay unas esculturas de mármol colosales, de las que me impresionó una que estaba situada en el centro de una sala, que representa unas águilas.

Os podría decir que a mí antes me daba igual ver un cuadro que otro, pero cuando llevas una guía que te explica tan bien, de esa manera tan técnica, que te introduce en el cuadro y te hace sentir la pintura, se percibe de otra manera.

Me gustaría que la próxima vez que hagamos una visita fuéramos más alumnos.



Mercedes Gozálvez

El carro de heno (El Bosco)

Esta obra de estilo flamenco fue realizada a principios del siglo XVI por El Bosco, un pintor nacido en 1450 y fallecido en 1516, pocos años después de pintar este cuadro. Fue adquirido por Felipe II en 1570 y llevado a El Escorial. Posteriormente se hizo una copia para su disfrute, que se quedó en El Escorial, y el original está en el Museo del Prado.

En España es donde más obras se pueden admirar de El Bosco, gracias a Felipe II, gran admirador de este pintor.

"El carro de heno" es una obra en forma de tríptico dedicada al pecado. Con este cuadro El Bosco nos quiere mostrar cómo el ser humano, independientemente de su clase social y de su lugar de origen, está tan poseído por el deseo de gozar y de acaparar riqueza que se deja engañar por el demonio. La lección que nos quiere dar es que debemos alejarnos de los bienes terrenales y de los placeres del cuerpo para evitar la condenación eterna.

En la tabla de la izquierda nos presenta cómo los ángeles caídos del cielo, conforme se van acercando a la Tierra, se van convirtiendo en monstruos, así como la creación de Eva, la tentación con una serpiente con cabeza de mujer, y la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.

En la tabla central, con un gran amasijo de personajes, parece que quiere plasmar la eterna felicidad con una pareja en lo alto del carro, al que todos aspiran a subir, incluso con escaleras. Todo vale con tal de llegar a alcanzar la felicidad. Desde el Papa al Rey, desde los nobles a la gente del pueblo; todos quieren alcanzarla. Los enamorados en lo alto están escoltados por un ángel y por un demonio, los dos tratando de llevarse sus almas. El ángel es el único que parece darse cuenta de que Dios los está contemplando desde el cielo y le está pidiendo ayuda. Nadie más lo mira. A la derecha de la carreta, una serie de monstruos tira de ella conduciéndola hacia el infierno.

En la tabla de la derecha, está representado el infierno, con sus llamas en la parte de arriba, y abajo algunos condenados que ya están sufriendo diversas torturas.

Cuando este tríptico está cerrado, vemos pintado un hombre que camina por el sendero de la vida apartando con un palo a las tentaciones que le acosan. Esta parte está pintada con una técnica llamada “grisalla”, que consiste en que, con un solo color de diversas tonalidades, se da volumen a la imagen, con un resultado final que parece un resultado escultórico.

Es un cuadro un tanto caótico debido a la gran cantidad de personajes representados, muchos de ellos mitad humanos, mitad animales. Es necesario fijarse mucho en cada detalle y muy difícil saber interpretar lo que quiso decirnos El Bosco con ellos. Es admirable con qué imágenes tan extrañas y extravagantes expresa sus sátiras y críticas a la sociedad del momento, incluida la Iglesia, representada por un cura barrigón, con un vaso de vino en una mano y el rosario en la otra.




Mercedes Raposo

Venus y Adonis 

"Venus y Adonis" es una obra del pintor italiano Paolo Veronese. Es un óleo sobre lienzo, pintado hacia 1580.

Hasta una restauración efectuada hacia 1988, el cuadro medía 2,12 metros de alto y 1,91 m de ancho. En dicha intervención, se le retiraron unos añadidos fechables en el siglo XVIII, que aumentaban la presencia del cielo y falseaban sus proporciones originales. Su formato actual es horizontal o apaisado, no vertical como se ve en muchas imágenes antiguas.

Este cuadro fue adquirido por Velázquez para el rey Felipe IV de España durante su segunda estancia en Italia (1649-51). Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid. Se cree que hacía pareja con otro cuadro, "Céfalo y Procris", ahora conservado en el Museo de Bellas Artes de Estrasburgo.

Veronés trata aquí un tema mitológico. Se representa a Venus, que tiene sobre su regazo a Adonis durmiendo. Ella le acaricia y le da aire. La postura de Adonis es un escorzo. Viste ropajes rojos, que contrastan con la piel blanca de Venus. Otra diferencia entre ellos es la luz: Venus aparece iluminada, mientras que Adonis permanece más bien a la sombra. Adonis era un joven aficionado a cazar, y la diosa intuye que él morirá en una de sus incursiones, por lo que intenta retenerle. La diosa mira a Cupido, que está acariciando a un galgo. También se ha interpretado que ese perro, a diferencia del que está en el suelo durmiendo, está deseoso de salir a cazar, y Cupido lo retiene a la fuerza, para impedir que despierte al joven. Si Adonis despierta, creen que irá de caza. Estas tres figuras se enmarcan en un paisaje vivo, de sombríos tonos verdes y azules en el cielo.

El punto de vista adoptado por el pintor es más bien bajo, obligando al espectador a mirar de abajo arriba. Esto sugiere que pudo estar pensado para colocarlo en la parte alta de la pared.

La escena posterior, cuando Adonis sale a cazar y Venus intenta retenerlo, la representó Tiziano en otro famoso cuadro también en el Museo del Prado.



Celestino López

En la puerta del Prado
a las once hemos quedado,
con una docena de flores
muy bonitas, de colores.
En la Puerta de Murillo,
frío hace un poquillo.
En la puerta un caballero
las espera con sombrero.
No era la hora de entrar:
un cafecito en el bar.
A la hora de entrar
nos quitamos el gabán,
recorremos el Museo
como si fuera un paseo.
Buena guía llevamos,
que fue muy bien explicado.

lunes, 14 de mayo de 2018

Madrid medieval



  1. Recepción del grupo y presentación de la ruta, expliación de la maqueta de Madrid Medieval y el recorrido a realizar. Explicación de la Puerta de la Vega y los restos de la muralla. 5 minutos
  2. Traslado a pie hasta los restos de la muralla bajo el viaducto. 5 minutos.
  3. Explicacion del paisaje del Madrid medieval en base a la orografia (cerros de palacio y las Vistillas partidos por el arroyo de San Pedro (Calle Segovia). 10 minutos.
  4. Traslado a pie hasta los restos de Ia iglesia de la Almudena. 5 minutos.
  5. Explicacion de la iglesia de la Almudena. 10 minutos.
  6. Traslado a pie hasta la iglesia de San Nicolas. 5 minutos.
  7. Explicacion de la iglesia de San Nicolas. 10 minutos.
  8. Traslado a pie hasta los restos de Ia iglesia de San Juan Bautista. 5 minutos.
  9. Explicacion de la iglesia de San Juan Bautista. 10 minutos.
  10. Traslado nasta los Restos de la torre de los nuesos. 5 minutos.
  11. Explicacion de la torre de los huesos. 10 minutos.
  12. Trasiado nasta la Plaza de Isabel! ||]. 5 minutos.
  13. Explicacion de la fuente de los canos del Peral. 25 minutos.
  14. Traslado hasta la Puerta de Guadalajara, siguiendo el trazado de la muralla cristiana. 5 minutos.
  15. Explicacion de la Puerta de Guadalajara. 10 minutos.
  16. Traslado hasta la Puerta Cerrrada, siguiendo el trazado de la murallia cristiana. 5 minutos.
  17. Explicacion de la Puerta Cerrrada. 5 minutos.
  18. Tralado hasta el Museo de San Isidro, siguiendo el trazado de la muralla cristiana. 5 minutos.
  19. Visita a las salas de historia medieval del Museo de San Isidro. 20 minutos.

sábado, 13 de enero de 2018

Giorgio De Chirico en CaixaForum


La exposición que ha reunido CaixaForum sobre la obra del pintor italiano nacido en Grecia (Volos 1888, Roma, 1978), abarca 142 obras divididas en pinturas y esculturas.
 
De Chirico se definió como pintor metafísico, y con el término quiso confesar su intención de hacer que el espectador de sus cuadros se cuestione la realidad, su mundo cotidiano, lo que percibe y lo que entiende.
 
A lo largo de su vida volvió una y otra vez sobre el autorretrato. Intentó llegar más allá de la imagen externa y adentrarse en la psicología. Si nos fijamos hay elementos teatrales como una cortina. Otros autorretratos posteriores recogen a un Chirico más maduro por fuera y también distinto en su visión del mundo, a los 40 comienza su etapa neobarroca y lo vemos disfrazado con ropa de otros siglos e imitando la pintura paisajística del barroco. Busca la maestría técnica.
 
En el cuadro de La Española podemos ver ese dominio de la técnica. También sus fondos azul verdosos, indefinidos, que hacen al visitante preguntarse qué hay detrás.


En su juventud, De Chirico viaja a Alemania y entra en contacto con la filosofía. La pintura metafísica de Chirico pertenece a una época anterior a los retratos, pero la exposición sigue un orden cronológico, sino temático. En sus cuadros metafísicos, Chirico se cuestiona lo divino y lo real, lo que hay y su apariencia. Influido por la lectura de Nietzsche y Schopenhauer, sus cuadros responden a una necesidad de mirar a la realidad con unos ojos nuevos, destapando lo que hay en ella de insólito, de misterioso. Chirico busca la extrañeza en las cosas cotidianas, a veces poniéndolas juntas y descubriendo la sorpresa en dos objetos que no imaginamos así. Por ejemplo ese sofá, la silla y el armario en mitad de un paisaje desierto, sin tabiques ni referencias que nos ayuden a entenderlo.
 
Su etapa metafísica está dividida en tres temáticas, los interiores llenos de objetos familiares de su taller, los maniquíes, y las plazas desiertas.


Sus interiores muestran ventanas que dan a exteriores sorprendentes. A veces elige un cuadro pintado dentro de sus cuadros, como una ficción dentro de una ficción que lo acerca al trabajo de su hermano Andrea (que firma sus novelas con el seudónimo de Alberto Saviano), escritor de profesión, en la gran narratividad que cobra la imagen. Sus interiores están llenos de objetos que sólo imaginamos en un espacio exterior, como grandes estatuas, o bien aberturas de los muros a espacios urbanos y abiertos que provocan al espectador. Las llama habitaciones de pensamiento.
 
Los maniquíes carecen de rasgos humanos. Son una expresión de la deshumanización con la que intenta explorar el ser del hombre en el mundo.

Sus plazas, de perspectivas imposibles, desiertas de vida salvo por pequeños detalles no quieren mostrar la realidad, quieren que el espectador la viva, la construya por sí mismo. ¿Están hechos por la mañana, por la tarde? Los colores de Chirico no ofrecen ayuda al espectador.
 

De Chirico vivió en París hasta 1915. Fue recibido con entusiasmo por el círculo surrealista y en especial por el escritor Guillaume Apollinaire.

En 1929, al igual que su hermano, De Chirico escribió una novela, “Hebdomeros”, cuyo protagonista es un alter ego del pintor. El año señala también una transición en su carrera. Después de ser ensalzado por todos los círculos surrealistas, el pintor elige volver a la tradición. Se deja influir por el paisajismo romántico, la pintura clasicista y la capacidad narrativa de pintores como Rubens. La ruptura, a veces dramática, demuestra la capacidad que tuvo el pintor de reinventarse y de no dejarse doblegar a la hora de seguir su propia voz. Elige seguir la  influencia clásica, abundan los temas de la antiguedad como Ulises,  los gladiadores del Circo, y la mitología griega y romana. Y también pinta bodegones y naturalezas muertas que titula en inglés: “Still life”. Después de su camino metafísico, cabe observar que su pintura clasicista nunca está desprovista de un elemento transgresor.
 
Muchos pintores han reconocido la influencia que De Chirico ha ejercido sobre ellos como Ives Tanguy que eligió dedicarse a la pintura después de ver sus cuadros. Salvador Dalí, René Magrite, Max Ernst, también reconocen su deuda con el pintor. 

domingo, 31 de diciembre de 2017

Giorgio de Chirico en Caixaforum



Enlaces

Giorgio de Chirico, el pintor metafísico. Cultura. El mundo. «La pintura metafísica, que él inauguró en 1910 con El enigma de un atardecer de otoño, fue pionera de esa vuelta al orden, al pasado, al clasicismo -como reacción frente al disloque de las vanguardias precedentes.»
La pintura metafísica de Giorgio de Chirico, en el CaixaForum. El Nacional.cat. «En 1910, una tarde, cuando estaba en Florencia, Giorgio de Chirico (Volos, Grecia, 1888 - Florencia, Italia, 1978), creó la llamada "pintura metafísica", que tenía en los paisaje desiertos y en los maniquíes uno de sus elementos más característicos. En la obra de De Chirico, la realidad se vuelve enigmática, y se confunde con el sueño y con la memoria. Y este tipo de creación tuvo una influencia decisiva en los surrealistas (como André Bréton, Paul Éluard, Guillaume Apollinaire o incluso Salvador Dalí) y en otras corrientes artísticas.»
De Chirico y su metafísica. Vanesa Graell. El Mundo. Cultura.El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad construye ese universo metafísico en un teatro de pórticos blancos en los que quedan suspendidos los cuadros del pintor: sus plazas italianas, sus musas silenciosas, sus trobadores con bustos clásicos a los pies... Y, entre ese mar de lienzos y arquitectura, en el ágora de la exposición, se alzan sus esculturas de terracota y bronce -plateadas y doradas-, los maniquíes sin rostro, arlequines de la metafísica con formas geométricas.

jueves, 23 de noviembre de 2017

El museo romántico



Benigno Vega-Inclán (Valladolid, 1858-Madrid, 1942), llevó a cabo infinidad de proyectos culturales y, en 1924, con el apoyo de importantes intelectuales como Ortega y Gasset, inauguró el Museo Romántico. Se inició con su colección personal.

Se trata de una casa-museo y por ello, ofrece la posibilidad de llegar a conocer aspectos de una sociedad y de un periodo artístico como el Romanticismo –que se sitúa en España durante el reinado de Isabel II (1833- 1868)–, además de recrear cómo se desarrollaba la vida cotidiana del momento: gustos, tendencias decorativas, moda, creencias, jerarquías sociales, ocio, nivel de tecnología, etc.



Las primeras salas recogen cuadros de la historia de Isabel II y su reinado.

La reina tenía tres años cuando murió su padre Fernando VII. Comenzó su reinado bajo la regencia de su madre la Reina María Cristina. Para ello, el rey Fernando VII tuvo que suprimir la Ley Sálica que privaba a las mujeres del derecho al trono. Esta irregularidad en la sucesión, se convirtió en el detonante de las guerras carlistas. Carlos María Isidro, hermano del monarca fallecido, se sentía más legitimado que ella para acceder al trono.

Las pinturas de la contienda y las figuras políticas de la época decoran los ante salones y el salón principal.



Mas adelante hay salas de temática costumbrista. En especial, la andaluza y la madrileña que imita claramente a Goya.

Más adelante está la Salita. En esta habitación de paso se exhiben diversas piezas que tienen que ver con la higiene masculina más íntima. La burguesía no se mostró muy interesada en tener un cuarto apropiado para su aseo, de modo que era habitual colocar una jofaina para lavarse en cualquier parte de la casa, o bien sacar los orinales para que fueran utilizados por los caballeros una vez se habían retirado las señoras.

Al otro lado tenemos el comedor. Tanto éste como el servicio de mesa, de porcelana de París, o los rituales y costumbres que se desarrollaban en la misma, solían seguir modelos extranjeros, especialmente franceses.

El oratorio concentra la pintura religiosa del museo. El lienzo de Francisco de Goya “San Gregorio Magno, Papa” preside la sala.

La sala de juegos de los niños recoge juguetes de la aristocracia de la época y cuadros con temática infantil.

El boudoir comienza el itinerario por las dependencias femeninas.



El gabinete Larra está dedicado a la emblemática figura del escritor Mariano José de Larra. Conocido también por los seudónimos de «Fígaro» y «El Pobrecito Hablador», fue seguramente el mejor literato y periodista de la época romántica. Su temperamento sarcástico y decepcionado con la realidad española, junto a sus turbulentos amores con Dolores Armijo, fueron las causas de su suicidio. Además de pintura y diversos objetos pertenecientes a Larra -depositados desde el año 1924 por sus descendientes– se mostrarán algunos otros temas como la literatura (que se continuará en la sala siguiente), el periódico y la prensa, así como el suicidio y la muerte prematura del genio.

En la literatura romántica siempre está presente el tema de la muerte y especialmente la idea de suicidio. Pero no todos estaban de acuerdo con esta fúnebre “moda”: Leonardo Alenza confirma esta tendencia crítica en sus dos cuadritos –Sátiras del suicidio romántico–, seguramente las imágenes más emblemáticas de todo el Romanticismo español.



En el dormitorio masculino los muebles son menos elegantes y más prácticos: cama de estilo Carlos IV, cómoda tocador o lavabo, que suponía un ahorro de espacio porque, una vez cerrada, su función higiénica no era evidente; tocador masculino para guardar los útiles de aseo, orinal o Dompedro, mesita de noche, donde depositar la botella y el juego de agua y un psiqué o espejo basculante de cuerpo entero, que presenta un par de candeleros para colocar las velas, lo que permite su utilización por la noche.

Otro espacio característico de la sociabilidad masculina fue la sala de billar, que debía estar situada cerca de los salones nobles y del comedor –se solía jugar después de comer, para “bajar” los alimentos o en las interminables tardes de asueto–. El billar moderno llegó a España con la dinastía borbónica y fue un juego vinculado a la aristocracia.

jueves, 24 de agosto de 2017

Campamentos de verano



En este verano que está próximo a acabar, han habido, como siempre, cantidad de campamentos para niños y jóvenes, suelen haber diferentes tipos, según las necesidades de los padres. Los hay urbanos y deportivos, éstos suelen desarrollarse en el mismo centro escolar los primeros y en los centros deportivos los segundos, en estos tipos de campamentos los niños vuelven a casa, volviendo al día siguiente a disfrutar de las actividades; y luego existen los campamentos en los cuales los niños están fuera de sus casas por unos días y en los cuales disfrutan de numerosas actividades al aire libre, por citar algunas: gimkanas, tirolina, etc. También desarrollan juegos de estrategia, manualidades, bueno un sinfín de juegos lúdicos que hacen que el niño desarrolle toda su creatividad.

Pero los más interesantes y provechosos son los campamentos de inglés, éstos son un gran refuerzo de inglés, ya que cuentan con monitores nativos, en ellos todas las actividades están dirigidas a practicar lo más posible esta lengua, y a la vez, familiarizarse con el bilingüismo lo antes posible ya que en un futuro las personas deberán desenvolverse en inglés con soltura sobre todo en el terreno laboral y es muy importante que se adquiera un nivel muy alto de inglés.

La edad más idónea para comenzar a asistir a los campamentos de inglés sería a los 2 ó 3 años, puesto que a esta edad los niños son esponjas y absorben con gran facilidad todo lo que se les enseña, pero si no puede ser, cuanto antes mejor, ya que cuánto más mayores sean los niños más les costará asimilar, tanto el aprendizaje del inglés, como de cualquier idioma en el cual se les quiera iniciar.

El aprendizaje de un idioma o varios en la infancia tiene beneficios en la edad adulta, tanto cognitivos, como de superación personal.

Así que por los beneficios adheridos al aprendizaje de un idioma a edad temprana, se deben fomentar en todos los colegios el bilingüismo, y que el 100% de las materias sean impartidas en inglés y se debería comenzar en las escuelas infantiles.

El conocimiento de un idioma de una manera fluida, en concreto el inglés, es una asignatura pendiente en nuestro país, y ojalá en futuras generaciones se pueda superar.

Maricarmen Prieto