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lunes, 25 de enero de 2021

The Gold Rush



No me lo expliques, muéstramelo 

The Gold Rush
(La quimera del oro) Charles Chaplin, 1925
En la mitología griega, la quimera era un animal con cuerpo de cabra, cola de serpiente y cabeza de león; pero el castellano usa esta figura para hablar de sueños irrealizables, como, por ejemplo, el que llevó a miles de mineros a las orillas del Yukon en busca de oro. Menos literaria que la nuestra en este caso, la lengua inglesa se abstuvo de metáforas y llama a esa avalancha “The Gold Rush”, literalmente, “la premura del oro”.

Es tan conocida como chocante la oposición que despertó en Chaplin la llegada del cine sonoro; pero viendo algunas obras maestras de su cine uno entiende que la falta de sonido se convirtió para él en un verdadero desafío artístico. Atrapados en una fría cabaña de Alaska dos mineros sienten la desesperación del hambre, pero no oímos lo que dicen. Una frase quejándose por la comida habría sido una expresión bastante pobre de lo que sufrieron esos dos infelices. En un alarde de inventiva visual, Chaplin aparece como un pollo delante de Big Jim que no puede contenerse. No me lo expliques, muéstramelo, decía Antón Chejov.

Charlot interpreta a un vagabundo (tramp en inglés) que se enamora de una chica de la taberna minera. Ella no sabe lo que él siente hasta que, junto a sus tres amigas, le dan plantón en la cena de noche vieja. En un paseo por su cabaña descubren que había preparado una cena para ellas y había trabajado durante días para comprar regalos. Cuando Chaplin protesta por el cine sonoro quizá está quejándose de cuántos matices se perderían si unas escena como esta se sustituyera por un actor haciendo promesas de amor.


José Contreras

domingo, 17 de enero de 2021

Recursos teatrales


"Ball of Fire"
(Bola de Fuego)
Howard Hawks, 1941
Guión: Charles Brackett, Billy Wilder
Gary Cooper, Barbara Stanwyck
Como comentaba en el artículo anterior, en Bola de fuego, Blancanieves se convierte en una corista deslenguada que pone patas arriba una residencia de ocho sabios enclaustrados hasta la fecha con la tarea de escribir una enciclopedia.

La cínica corista siembra el caos, pero el ingenuo Gary Cooper consigue llegar a su corazón. ¿Cómo? Ella duerme en la habitación número 9 del motel pero al entrar con un portazo, el número se da la vuelta y parece un 6. ¿Alguien lo recuerda? Así que Gary Cooper entra en su oscura habitación pensando que está hablando con el profesor Robinson y le cuenta que desea demasiado a la chica para contenerse y ella, que lo oye, cae rendida a sus pies; lo hace porque el error le ha permitido conocer al hombre verdadero, le ha permitido espiar en su corazón. Es un recurso que vemos en muchas obras de teatro clásico, una cortina, un descuido, y alguien que escucha una conversación que no va dirigida a él. En inglés, escuchar conversaciones que no van dirigidas a ti sin intención se denomina “overhear”, y no hay que confundirla con “eavesdrop”, donde el que escucha es un cotillo.

El guionista de la película se llama Billy Wilder (Trueba lo comparó con dios cuando le dieron el Oscar) que un año más tarde rodaría “El mayor y la menor” desarrollando ese mismo recurso. Ginger Rogers se hace pasar por niña para pagar la tarifa infantil en el trayecto del tren y conoce a un mayor del ejército que cree que es de verdad una niña, por lo que se muestra tal como es, y ella… bueno, pueden imaginar como sigue.

La palabra inglesa “major” se puede traducir por mayor del ejército, o por comandante, también significa gran; y es fácil confundirla por “mayor” que significa alcalde.

“She is the man”
(Ella es el chico)
Andy Fickman, 2006
Amanda Bynes, Laura Ramsey, Channing Tatum
En “Twelfth Night”, de Shakespeare, que leímos en clase el año pasado, Viola se hace pasar por chico y consigue un puesto de paje del Duque Orsino, y al ver como es realmente, se enamora de él. De las versiones cinematográficas de este clásico no hay ninguna tan alejada del originial ni tan chispeante como la comedia adolescente de “Ella es el chico”, donde Channing Tatum hace de Orsino y Amanda Bynes hace de Viola. Los castillos y palacios se convierten en un campeonato de fútbol donde ella quiere participar a pesar de ser chica. Y esta película también la vimos el año pasado.


José Contreras

sábado, 28 de noviembre de 2020

Princesas confinadas


Hay películas de dibujos animados que abordan temas universales, como es, por ejemplo, el liderazgo, pero cuando la película trata de princesas, Disney arroja todas sus cargas de profundidad

Literal y figurado


“Aladdin”. Ron Clements, John Musker, 1992.
En su lucha por conseguir a la chica que le gusta, Aladdin tiene al enemigos más peligroso del mundo que se llama Jaffar, pero también tiene aliados. El genio lo trata como un joven sin cabeza, pero le tiene cariño; la alfombra parece mendigar un poco de atención hasta que él se vuelca en ella; Abú, su monito, es travieso pero no malvado como Iago, el loro de Jaffar. Aladdin es el líder que suma fuerzas. Aladdin nos enseña que la gente se mide, no solo por sus aspiraciones, sino por cómo trata a sus subordinados.

Convertido en el mago más poderoso del mundo Jaffar puede lanzar sus hechizos “Don’t toy with me” le dice a Abú, y lo convierte en un juguete (a toy), “things are unravelling fast” le dice a la alfombra mientras la deshilacha (unravel: deshilachar, desmoronarse) y con la princesa Jasmine, ¿lo recuerdan? La convierte en un reloj de arena “Princess, your time is up” (el tiempo se terminó).

Las venganzas de Jaffar tienen un toque travieso porque usa a la vez el sentido literal y el sentido figurado de las palabras.

Si hay algún lector de Mortadelo recordará que Ibáñez jugaba una y otra vez a esos juegos de palabras. El Súper daba una orden y el agente la ejecutaba literalmente o bien confundía una palabra por otra. A falta de trucos de magia, Mortadelo usaba disfraces.

Hay una novela inglesa que abusa de ese juego hasta la extenuación, se trata de Alicia en el país de las maravillas. Y tiene su interés lingüístico porque uno aprende un sinfín de frases hechas y de expresiones figuradas que Carrol reinterpreta en un sentido literal.

Vikingos y debiluchos


“How to train your Dragon” (Como entrenar a tu dragón). Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010
Después del entrenamiento de dragones, Hipo consigue el privilegio de poder matar su primer dragón. El problema es que Hipo es un cerebrín, pero no es capaz de matar una mosca. ¿Es Hipo un mal vikingo? Él quiere que se sientan orgullosos de él, pero parece que no encaja en el pueblo donde le ha tocado nacer.

En la ceremonia de iniciación, el dragón de Hipo, Desdentado, se enfrenta con su padre y podría matarlo si no interviene Hipo. Es como si el dragón representara el instinto del muchacho, su rabia por vivir en una tribu donde nadie lo comprende. El grito desesperado del muchacho es su intento de controlar su rabia, y supone el sacrificio del pobre animal.

“Cómo entrenar a tu dragón” es la epopeya de un un joven que lucha contra un gran dragón, pero que para vencerlo tiene que vencer otros dragones como la intransigencia y los prejuicios de la tribu, una tribu instalada en la guerra y la ceguera. El gran enemigo de Hipo es una visión estrecha de la realidad donde los dragones roban comida y hay que matarlos a primera vista. La película debería plantearnos una gran pregunta a todos: ¿somos vikingos o somos domadores de dragones? ¿Resolvemos nuestros problemas derrotando y sometiendo al adversario, o somos capaces de integrar a todos los demás en nuestros proyectos?


Cínicos e ingenuos


“Tangled” (Enredados). Nathan Greno, Byron Howard, 2010
Flynn Rider es un cínico, un hombre que no cree en la bondad y se ríe de la joven Rapunzel cuando escucha su forma de hablar. Si bien la mayoría de los héroes evolucionan de la inocencia al desengaño, Flynn tiene que aprender que en el mundo hay personas inocentes, como Rapunzel.

En el camino a las luces él quiere disuadirla de su empeño así que la lleva a una taberna de bandidos intimidantes, pero difícilmente podría imaginar que esos bandidos iban a simpatizar con la joven nada más oírla. Puede que los lectores tengamos el cinismo de Rider para entender que esos delincuentes tengan corazón, pero lo tienen. Un delincuente no tiene por qué ser un cínico.

Rapunzel vive atrapada en una torre bajo la cadena del miedo a los peligros del mundo exterior y la obediencia a una mujer que ella cree que es su madre; dos mentiras que sirven para controlar su juventud. La falsa madre necesita retenerla, pero no paga el precio que tiene un ser humano, que sería amarla. Las bromas desagradables que le hace demuestran que desprecia a la joven.


Prisiones invisibles


“Snow White and the Seven Dwarfs” (Blancanieves y los siete enanitos). William Cottrell, David Hand, 1937
Las princesas de Disney no son como los héroes. Ellos quieren vencer, hacer aliados, y derrotar al villano. Para ellas, la cuestión es menos obvia e igual de emocionante. Ellas quieren entregarse de verdad a una nueva vida, pero no a un engaño.

Belle está atrapada en el castillo de Beast porque ha dado su palabra. Y se escapa cuando él la insulta. Jasmine está encerrada en un palacio, es una princesa pero no puede elegir compañero. Rapunzel vive atrapada en una torre a trueque de mentiras. Todas las princesas necesitan despertar y sus gestas no consisten en vencer a un monstruo, sino en descubrir la verdad, en construir un proyecto al cual entregarse.

Snow White es anterior a todas. El número siete se repite en otra obra maravillosa donde una sola mujer se enfrenta a siete mugrientos leñadores, “Siete novias para siete hermanos”. Y también inspira una película de Howard Hawks, “Bola de fuego”, donde una corista entra en una residencia de sabios despistados y siembra el caos.

“Snow White and the Seven Dwarfs” es el primer largometraje de dibujos animados de la historia. Y se gana nuestro corazón cuando aparecen los enanitos. Para un espectador actual, ella puede resultar blanda con sus canciones y sus modales, pero tiene dilemas morales. Necesita ganarse a Grumpy, y tiene una bondad natural que le hace morder la manzana.

Si las princesas del Disney de nuestros días viven en una prisión, la de Snow White es igual pero invisible. Ella es esclava de la mentalidad de una época. Canta, barre, conquista a todo el mundo, y luego limpia la casa de los enanitos, igual que hacía en palacio. Cada plano de Blancanieves está ahí para gustar a los demás, su voz meliflua, sus modales, su peinado. Blancanieves se gana con ternura a cada uno de los animales del bosque que luego correrán a salvarla. No tiene ningún conflicto con ninguna criatura salvo la madrastra envidiosa. Le gusta un príncipe azul, pero algo del personaje viene a decirnos que no es una mujer que elige y hace lo que ella quiere. Algo nos dice que el beso de amor rompe el hechizo de la muerte dormida, pero no rompe la cadena de sumisión que sí rompieron las princesas modernas.


José Contreras

jueves, 5 de diciembre de 2019

Beauty and the Beast


Why does Belle decide to save the fallen Beast wounded by wolves after he has been so tough, so coarse and so brutal? She is on the verge of running away but then, she turns her head. Are there not such moments in our lives when we have to choose whether to be good or evil? Why do we choose what we choose? Why are we who we are?

The spell puts Beast in the plight of an imposible endeavour. He needs the acquiescence of a woman whom he is retaining against her will. He needs her to love him, which is the same as loving her own jail. It’s necessary that he releases her, and, in doing so, the story touches a string, for all our lives possit a similar conundrum. What we want from others can only be obtained by their consent. The Beast’s bad temper is nothing but a shortcut.

We love the beast’s surroundings, servants, books and petty arguments, and hate the villagers with their prejudices and narrow-minded view of Belle. We know she chose the best of the two worlds. We need those two characters to reunite so much that our suspension of disbelief is paramount when the end strikes us with the death of one of them. Magic here is not only acceptable, but a must.



jueves, 21 de noviembre de 2019

Seven Brides for Seven Brothers


La película plantea que las personas deben ser queridas y respetadas no solo utilizadas como mano de obra. Milly, la protagonista exige ser considerada como persona y no solo ser usada como fuerza de trabajo.

No hay que cuestionar otras culturas sin conocer sus orígenes. Adam, el protagonista, al vivir en el medio inhóspito y duro del Oregón de 1850, no tiene tiempo para cortejar y pide casarse con Milly en el mismo momento que la conoce. La joven se crece ante las dificultades, siendo el centro vital tanto de su casa como del pueblo, por su carácter y forma de comportarse. Todos la quieren y buscan su consejo y ayuda.

Los buenos modales y aspecto cuidado nos hacen ser más aceptados en la sociedad; cuando los desgreñados hermanos se afeitan, asean y muestran buen comportamiento, son bien recibidos en el poblado. Deseados por las jóvenes y envidiados por los rivales masculinos. En la pelea no hay ganadores: Lo que empieza en una fiesta solidaria en el pueblo, para construir el granero acaba en pelea, destrozos, fin de fiesta, perdida de la ternera y dolor y malestar para todos.

Aparte de ser divertida la estupenda escena de baile, me recordó alguno de los bailes entre rivales del film “West Side Story”, también el argumento me llevó al cuento de “Blancanieves y los 7 enanitos”, y el film, “La leyenda de la ciudad sin nombre”.

Toda la película recrea escenarios naturales hechos en los estudios, claro que se entiende porque dicen en internet, que la película se rodó en 48 días.


Olivia Morales



Millie has two bones to pick with the family Pontipee. First bone with the unpolished brothers whom she will have to teach manners and courting, and a bigger bone with the eldest, her husband, who does not appreciate a woman because he takes her for granted since he got her for marriage in just one day.

The Pontipees have one bone to pick with the villagers because they fall in love with six girls which they are being courted by the locals. Following Millie’s advice they renounce to fighting. And the barn sequence works, because rivalry transcends into dancing, and everyone looks innocent and naive. Fights in this movie look like a cartoon: unrealistic, fun, and void of spite.

Maybe the film would not stand the sexist standards of our times but, who cares? We want the brothers to get away with their mischievous kidnapping and the sabines to stay there for ever as in elation.

José C.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Gigi



Todas las historias tienen un conflicto. ¿Lo hay en Gigi? Lo hay, pero no entre individuos, sino entre dos modos de ver el mundo. Honoré Lachaille y Aunt Alicia son dos maestros del mundo cortés. Él sabe cómo tratar a una novia infiel y cómo ser portada en las revistas de sociedad. Honoré es un comprador y comprende el mercado. Sabe lo que compra y dónde pone su dinero.

Ella sabe que los príncipes ricos regalan joyas pequeñas porque no necesitan destacar, son los pequeños los que regalan joyas caras. Ella conoce el mercado y sabe cuánto dinero debe exigir.

Del otro lado, los dos pupilos son dos inocentes que no entienden de precios. Se divierten juntos jugando a las cartas, y no les gusta el mundo de sus mentores. Gastón se aburre en ese mundo de cocktails y de cotilleos. Gigi es una pésima alumna comiendo caracoles.

¿Y Madame Alvarez? Ella es el pasado. Tuvo un romance con Honoré y “she remembers it well”. Ella es la inocencia de los jóvenes pero se ha hecho mayor.

Gastón propone a al joven ser otra portada de revista, y ella accede a vender su amor cortesano con la misma cara de aburrimiento que tiene él. Todo está bien, pero todo carece de sentido. Necesita ese largo paseo por París para dar sentido a lo que ocurre. Él está jugando a las reglas del tío Honoré y tía Alicia, con el poder de un dinero que a él le sobra. Pero lo que quiere es vivir como Madame Álvarez.

La película es el espejo de tantas vidas que revolotean de agitación por parecer felices sin serlo, de tantas vidas que parecen felices pero no han buceado en sí mismas para encontrar lo que han encontrado Gastón y Gigi.







Prince Charming

Is Gaston a Prince Charming in this fairy tale? A definition is required. Prince Charming is no the archetype of an ideal husband, instead, it is the man who sees further in you. Prince Charming is the knight who values you when everybody else doesn’t. It is the counterpart to the frog-kissing princess who discovers the prince in disguise. Gigi gives herself as one courtesan for Gaston’s record. Then he changes and realizes that he wants more than trading after she has sold herself cheap in the exchange world of Aunt Alicia. That makes him no other thing than Prince Charming.

José Contreras