Si tienes déficit de Vitamina D puede que tu cuerpo te esté avisando.
¿Por qué la población española no es consciente de esta carencia?
¿Qué intereses oscuros habrá detrás de este hecho?
La vitamina D es una vitamina esencial y necesaria para la absorción del calcio, el desarrollo óseo, el control del crecimiento celular, el funcionamiento neuro-muscular y de nuestro sistema inmune, así como para el alivio de la inflamación y el dolor. La vitamina D es conocida como “la antirraquítica” y también como “la del sol”. La razón de su primer apodo es que su presencia es fundamental para evitar el raquitismo en niños, sobre todo en los recién nacidos. Su segundo nombre se debe a que el 90% de esta vitamina la generamos los humanos a través de un proceso tan simple como es tomar el sol. El otro 10% procede, generalmente, de una adecuada alimentación con productos que la contengan.
Los cambios sufridos en países industrializados y por tanto en nuestros hábitos cotidianos, el abuso de cremas de protección solar, una inadecuada alimentación y el prolongado tiempo que permanecemos en nuestros puestos de trabajo quizá tengan mucho que ver con este preocupante aumento de déficit en vitamina D.
En un país con las horas de sol de España, el nivel de vitamina D en sangre desciende año tras año. Según los expertos la población española sufre un alarmante déficit en vitamina D. Se calcula que prácticamente el 70% de los españoles presentan un nivel muy bajo de esta vitamina. Está más que demostrado que los niveles en nuestro país son incluso inferiores a los que tienen los habitantes de países nórdicos, como Suecia, Finlandia y Noruega.
La vitamina D es un elemento clave para nuestra salud. Hasta ahora se conocían los beneficios de la vitamina D, especialmente, por fortalecer los huesos. Sin embargo, ahora se sabe a ciencia cierta que casi todos los órganos y tejidos son receptores de la vitamina D, siendo esta la única vitamina que tiene efectos a largo plazo en los procesos metabólicos del intestino, cerebro, corazón, páncreas y de la piel. Científicos y médicos la consideran ya como una autentica hormona y fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Una buena alimentación rica en vitamina D y la exposición al sol serían más que suficientes para obtener unos niveles óptimos de esta vitamina. El sol debe tomarse de forma moderada, los rayos ultravioletas necesarios para la obtención de la vitamina D son los denominados UVB, no confundir con los UVA. Esta exposición al sol se hará siempre y cuando no haya contaminación ni el cielo este nublado. La mejor hora para tomar el sol sería sobre las 12:00, hora solar, con quince o veinte minutos tendríamos más que suficiente. La duración de la ingesta de sol dependerá de nuestro color de piel, es decir, cuanto más blancos y rubios menos tiempo y más tiempo cuanto más morenos. Este periodo de exposición al sol debe hacerse sin cremas de protección solar. Estos rayos de sol (UVB) nos deberán llegar sin barreras que impidan atravesar nuestra piel.
Por otro lado, recordar, a pesar de que el sol es la principal fuente de vitamina D, que una exposición al sol en exceso no es nada recomendable por el riesgo a sufrir cáncer de piel. Hay que evitar la exposición al sol durante las horas más intensas del día y si vamos a hacerlo no hay que olvidar aplicar la crema de protección solar.
¿Cómo detectar una carencia en vitamina D?
La fatiga y el cansancio, un estado bajo de ánimo, nerviosismo, excitabilidad, insomnio, necesidad de comer dulces, debilidad muscular, miopía, caries y gingivitis. Todos estos síntomas pueden ser los primeros en hacer saltar la alarma y nos estén indicando un posible déficit en vitamina D. Únicamente realizando un análisis de sangre podremos saber si el nivel de vitamina D en nuestro organismo es el adecuado.
Si tienes carencia de vitamina D es el momento de poner remedio. Los médicos recomiendan el suministro de 400 UI para los bebés de hasta 1 año de edad, y 800 UI en el caso de los niños, adolescentes, adultos, ancianos, mujeres embarazadas y lactantes, aunque realmente estas cantidades, según algunos expertos, se quedan bastante cortas.
¿Dónde encontrar fuentes de vitamina D?
En productos animales, especialmente en los pescados grasos (arenque, salmón, atún, sardinas), aceite de hígado de bacalao, en la yema de huevo, el queso, la leche entera y sus derivados, cereales fortificados (contienen vitaminas y minerales añadidos). Estos alimentos contienen pequeñas cantidades de esta vitamina. Además, muchos alimentos en el mercado, dirigidos principalmente a niños o a la tercera edad, presentan una fórmula enriquecida en vitamina D y otros minerales y vitaminas.
Todas las vitaminas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, vitaminas que encontramos en todos los alimentos. Ahora se sabe a ciencia cierta que de entre todas ellas la vitamina D, a causa de su funcionamiento y comportamiento, es vital para nuestra salud.
Si tienes déficit de vitamina D es hora de incluirla en tu dieta lo antes posible. Realizar controles periódicos te confirmara si tus niveles son los correctos y, sobre todo, lo más importante, toma el sol en las horas indicadas, aunque sea invierno.
Del control y prevención de la vitamina D en nuestro organismo dependerá nuestra salud y bienestar y sobre todo nos ayudará a no ser dependientes de medicamentos que tan solo favorecen a la industria farmacéutica.
P. Sardinero