siempre seca y dolorida
esperando con templanza
la llegada de un nuevo día.
Haga frío o calor,
te abren siempre tus carnes
con la ayuda del labrador.
Al cielo miras de noche.
Al cielo miras de día.
Para que caiga la lluvia
y apague tu agonía.
(Celestino López, Secundaria N1)
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