jueves, 1 de junio de 2017

El estilo

Yo he oído hablar muchas veces del estilo de los grandes autores. El estilo es ese sello que hace único a un texto, y, reconocible la voz del autor. En el recorrido de un año entero de prensa que ha sido la revista del CEPA, he ido escuchando las distintas voces de los redactores con mucha atención, y, al final, no sé si alguien ha experimentado lo mismo, he ido acostumbrándome a esas voces.

De esas voces, que siguen colaborando con la revista, he ido haciéndome aficionado a la de David, a quien le gusta la remembranza, y el contraste generacional. David Díaz habla con desparpajo, y con humor. Le gusta la complicidad, y adelanta una respuesta para todos los posibles debates con el lector.

Pilar Santoyo esconde una poetisa en sus textos. Su magia suele estar en el movimiento de sus pensamientos. Es capaz de empezar hablando de un tubérculo o de un episodio histórico y luego volver nuestra mirada a una puesta de sol o a los ojos de un bebé.

Carmen Prieto es tan variada en sus temas como en sus enfoques. Habla de cosas cotidianas, de salud, y de cultura. Detrás de un estilo casi imparcial no puede ocultar su sensibilidad hacia todo lo que le rodea y su amor por las cosas grandes y pequeñas.

Paloma Sardinero tiene un estilo inconfundible. Sus primeros textos tenían un toque poético, parecían cuentos para niños. Y ha conservado gran parte de su delicadeza hacia lector abordando temas de candente actualidad y un repaso variado por los problemas del mundo. En su planteamiento siempre hay un rayo de esperanza. Su voz es tan clara y contrastada que es difícil añadir una palabra más.

Laura Oñoro tiene un estilo casi oral. No se calla lo que piensa cuando habla y, mucho menos, lo hace cuando escribe. Estemos de acuerdo con ella o no, no podemos dejar de reconocer la franqueza de una voz sin dobleces.

Amelia elige temas cercanos, relacionados con las personas que conoce, o bien sobre la más rabiosa actualidad. Si algo no vamos a encontrar en sus textos es indiferencia. Cada una de sus historias nos obliga a tomar partido. Amelia maneja el conflicto y la polémica a veces involucrándose, a veces involucrando al lector.

Sonia Sánchez se pone a sí misma objetivos muy altos en sus textos, nos explica cuestiones intelectuales de índole económica, literaria, psicológica. Sus palabras están muy escogidas y sus frases extensas piden un esfuerzo al lector que merece la pena hacer.

Eusebio fue el último en incorporarse a la plantilla, pero hace un gran papel con el ánimo que infunde. Ha publicado dos textos, uno sobre Onassis y Callas de carácter histórico, y otro sobre una posible huelga del reino vegetal que puede ser leído como una broma, o bien, como un cuento serio. Eusebio cuida cada detalle de sus textos y tiene un gran vivero creativo para seguir escribiendo.

Esta es la nómina de mis compañeros de redacción. Espero no dejarme a nadie en el tintero. Tengo que decir que me siento realmente arropado con la compañía de una plantilla tan variada y tan estimulante.

Mi planteamiento cuando inicié el taller de prensa era mucho más modesto. He sido testigo de voces que empezaron a hacerse oír tímidamente y que ahora suenan como una música consciente de sí misma. Quizá no sean las voces más famosas, pero el hábito y los buenos lazos hacen que sean las voces que más me gusta escuchar cada mes cuando sacamos a la imprenta el nuevo número de la revista.

Este curso acaba con este número. Para el curso que viene invito a todos los redactores y a aquellos que sientan esa tentación de la palabra escrita, a sumarse al taller de la revista.

Gracias a todos.
José C.



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