martes, 12 de junio de 2018
Visita al Real Sitio del Buen Retiro
El monasterio de los Jerónimos de Madrid fue inicialmente construido junto al río Manzanares y desplazado a su actual emplazamiento en el año 1502, debido a la alta mortandad que causaba la cercanía del río. De sus dos claustros sobrevivió uno que fue reconvertido en una sección del museo del Prado tras una reconstrucción de Rafael Moneo en 2001. El monasterio tenía dependencias para albergar a reyes, y a invitados augustos que con el tiempo fueron ampliándose. La escalinata se construyó para la boda de Alfonso XIII.
En 1561 la corte se traslada a Madrid y con ello se amplían aún más los cuartos reales. El conde duque de Olivares convenció al rey Felipe IV para destinar el terreno circundante al monasterio y los cuartos reales como finca de recreo. De todo el complejo queda hoy el salón de reinos donde estuvo el museo del ejército que ahora ha sido trasladado a Toledo y el Casón del buen Retiro. A falta de planificación, el recinto se fue ampliando en sucesivas ampliaciones. Tenía tres patios, el del Emperador, la Leonera, y el de los Oficios. El Salón de Baile, que hoy se conoce como Casón del Buen Retiro, sirvió de lugar de reunión del Estamento de Próceres en 1834 y, desde 1841, albergó elGabinete Topográfico.
El estanque fue construido en el siglo XVII. Proveía agua para regar la finca y estaba rodeado de norias. El lugar del monumento de Alfonso XII, era un embarcadero. En 1902, la regente María Cristina convocó un concurso para construir un monumento a Alfonso XII. Ganó José Grases Riera. Se financió con una suscripción popular y la estatua ecuestre es de Mariano Benlliure. La obra se terminó en 1922, y algunos detalles del proyecto inicial se dejaron inacabados por falta de dinero.
Dentro de su inquietud mercantilista de los monarcas borbónicos, Carlos III creo en el retiro la Real Fábrica de Porcelanas al igual que otras famosas como la de tapices, la Real Fábrica de Cristales de la Granja, o platería. Queda la noria que fue reconstruida. La fabrica fue destruida durante la guerra de independencia por los británicos, quizá para evitar un competidor de sus productos.
La excursión acaba en la Cuesta de Mollano. Desde allí se ven varios ejemplos del proyecto de mecenazgo de Carlos III de las ciencias y las artes. A un lado el Observatorio Astronómico. Al otro lado el Jardín Botánico. Y más arriba el Museo del Prado que fue construido como Gabinete de Historia Natural por Juan de Villanueva.
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