Hay muchos inventos españoles que cambiaron el mundo y que no son muy conocidos, o quizá
simplemente, pensamos que fueron obra de un ingeniero americano o de un
científico alemán de mente privilegiada.
Cientos de personas dedicaron su vida a la ciencia y a la tecnología en diferentes puntos de nuestro planeta, pero pocos son los que pasaron a la historia, o quizá haya sido la historia la que no ha sido tan justa con ellos. De sus mentes y su esfuerzo disfrutamos hoy en día. Algunos de ellos quemaron sus vidas por sacar adelante sus diseños. Algunos de ellos, incluso, tuvieron que cambiar su nombre por otro, perdiendo su propia identidad.
Muchos inventores españoles invirtieron muchas horas y mucho esfuerzo
trabajando en sus proyectos, a veces poniendo dinero de su propio bolsillo,
pero son pocos los que son recordados por haber contribuido a construir el
futuro, y por supuesto, algunos de ellos son totalmente desconocidos y
permanecen en un total olvido.
Todos sabemos que Isaac Peral fue
el ingeniero murciano que diseñó el primer submarino de acero impulsado por
energía eléctrica, toda una revolución. El problema es que la historia no nos
ha enseñado, o al menos yo lo desconocía, que sobre mediados del siglo XIX,
concretamente en el año 1859, el catalán Narciso Monturiol sorprendía al mundo
con el primer buque sumergible. Era de madera y su propulsor era manual.
Lo que ahora conocemos como helicóptero tuvo en su día un nombre mucho más peculiar: Autogiro. Los primeros modelos realizados son de Juan de la Cierva, quien los diseñó en los años 20, aunque la idea central de este invento fue del mallorquín Pere Sastre Obrador.
Buscando, buscando, me he topado
con el caso de la leonesa Ángela Ruiz Robles, a la que recientemente el Ayuntamiento de Madrid ha reconocido
dándole su nombre a una calle. Un nombre que quizá no sea
tan popular como el de Bill Gates o Steve Jobs, pero no por ello menos
importante. Ella fue la verdadera precursora del e-book en 1949. Ella misma,
como otras muchas mujeres de su época, tuvo que registrar su patente con un
seudónimo masculino. Lamentables los roles de género de la época.
Celia Sánchez Ramos consiguió que
la realidad superase la ciencia ficción. Lo que hoy aparece en películas
como «Misión Imposible» fue
ideado por esta zaragozana nacida en 1959. Ella inventó un sistema para
autentificar la identidad a través del reconocimiento por córnea, un método de
seguridad biométrica utilizado por gobiernos, bancos, y grandes empresas.
En 2012 Teresa Gonzalo desarrolló un gel vaginal de acción microbicida y antiinflamatoria. Es de uso tópico e inhibe en un 80% el contagio por VIH en mujeres sanas. Junto con otros colegas, Teresa obtuvo un premio del Instituto Tecnológico de Massachusetts por haber desarrollado este método de prevención del VIH. Se prevé tendrá un impacto importante en países con menos recursos donde las mujeres encuentran dificultades para poder utilizar preservativos de manera consentida.
Los más mayorcitos recordaréis la odisea
que se organizaba cada vez que acudíamos a ponernos una inyección. El panorama
era desolador. Te daban ganas de salir corriendo mientras esperabas a que el
practicante hirviera la jeringa con aquel quemador antediluviano. Esto sucedía
alrededor de los años 70, cuando las jeringuillas hipodérmicas eran de cristal.
Impensable en nuestros días.
En el año 1975 el ingeniero riojano Manuel Jalón puso en marcha Febersanitas, una fábrica de jeringuillas hipodérmicas desechables hechas con plástico. Desde entonces, se han fabricado y distribuido por todo el mundo miles de millones de estas jeringuillas. Estas jeringuillas supusieron todo un avance en materia de seguridad sanitaria y a día de hoy no ha habido nadie que haya presentado ninguna alternativa mejor.
Quizás, de todos los inventos españoles que cambiaron el mundo, la fregona no sea el más revolucionario, pero sí supuso un antes y un después en la vida diaria de millones de personas. Inicialmente bautizado como «lavasuelos», este palo con un penacho de tiras de algodón en un extremo fue inventado en 1956 también por Manuel Jalón, el mismo de las jeringuillas. Brillante.
El Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, más conocido como Talgo, fue una auténtica revolución en el mundo del ferrocarril. Inventado en 1942 por Alejandro Goicoechea e impulsado por José Luis Oriol, alcanzó fama internacional durante los años 60. Su mayor avance supuso un sistema de rodadura completamente diferente al de los trenes convencionales, lo que permitiría lograr una mayor velocidad con la misma potencia.
El traje de astronauta. Pues sí, lo inventó un español. La “Escafandra Estratonáutica”, que fue la base de los trajes de astronauta que llevaron al hombre a pisar por primera vez la Luna, la diseñó en 1935 el granadino Emilio Herrera Linares.
Podría seguir y seguir… Hay muchos más, como por ejemplo el teleférico, un prototipo inventado por Leonardo Torres Quevedo. Registró la primera patente de lo que él llamó “Sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples”, aunque no fue hasta 1907 cuando el primer teleférico para el transporte de personas entrara en funcionamiento en el Monte Ulía (San Sebastián).
La calculadora, diseñada por el inventor español Ramón Verea quien, en 1878, logró
diseñar la primera
calculadora mecánica capaz de realizar las cuatro operaciones aritméticas
básicas: suma, resta, división y multiplicación.
El futbolín, diseñado por Alejandro Campos para poder disfrutar de su deporte favorito tras haber sido herido durante la Guerra Civil.
Invenciones que parecen no encajar con la época en que se produjeron, como la epidural de Fidel Pagés que se sigue utilizando en el presente, aunque su nombre lo hayamos olvidado.
Y cómo no, mi favorito, un invento de origen español que ha dado la vuelta al mundo y que se popularizó a raíz de la serie televisiva «Kojak». Se trata de un caramelo con un palito diseñado para que los niños no se atragantaran. Por su puesto os estoy hablando del Chupa Chups, inventado por Enric Bernat en 1957.
Aquí os he descrito algunos inventos
que cambiaron el mundo, pero me dejo muchos más en el tintero. Todas estas
personas trabajaron muy duro para mejorar nuestras vidas y, por supuesto, sí, todos
ellos fueron y son Made in Spain,
aunque a primera vista no lo parezcan.
Brillantes inventores, en diferentes épocas de nuestra era, unos quedaron en la cuneta y otros gozaron de una fama de cinco minutos. Salvo excepciones, se puede decir que la gran mayoría han sido los grandes olvidados de nuestra historia.
Gracias a todos por vuestro talento, esfuerzo y pasión incansable por la ciencia.
Cientos de personas dedicaron su vida a la ciencia y a la tecnología en diferentes puntos de nuestro planeta, pero pocos son los que pasaron a la historia, o quizá haya sido la historia la que no ha sido tan justa con ellos. De sus mentes y su esfuerzo disfrutamos hoy en día. Algunos de ellos quemaron sus vidas por sacar adelante sus diseños. Algunos de ellos, incluso, tuvieron que cambiar su nombre por otro, perdiendo su propia identidad.
Lo que ahora conocemos como helicóptero tuvo en su día un nombre mucho más peculiar: Autogiro. Los primeros modelos realizados son de Juan de la Cierva, quien los diseñó en los años 20, aunque la idea central de este invento fue del mallorquín Pere Sastre Obrador.
En 2012 Teresa Gonzalo desarrolló un gel vaginal de acción microbicida y antiinflamatoria. Es de uso tópico e inhibe en un 80% el contagio por VIH en mujeres sanas. Junto con otros colegas, Teresa obtuvo un premio del Instituto Tecnológico de Massachusetts por haber desarrollado este método de prevención del VIH. Se prevé tendrá un impacto importante en países con menos recursos donde las mujeres encuentran dificultades para poder utilizar preservativos de manera consentida.
En el año 1975 el ingeniero riojano Manuel Jalón puso en marcha Febersanitas, una fábrica de jeringuillas hipodérmicas desechables hechas con plástico. Desde entonces, se han fabricado y distribuido por todo el mundo miles de millones de estas jeringuillas. Estas jeringuillas supusieron todo un avance en materia de seguridad sanitaria y a día de hoy no ha habido nadie que haya presentado ninguna alternativa mejor.
Quizás, de todos los inventos españoles que cambiaron el mundo, la fregona no sea el más revolucionario, pero sí supuso un antes y un después en la vida diaria de millones de personas. Inicialmente bautizado como «lavasuelos», este palo con un penacho de tiras de algodón en un extremo fue inventado en 1956 también por Manuel Jalón, el mismo de las jeringuillas. Brillante.
El Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, más conocido como Talgo, fue una auténtica revolución en el mundo del ferrocarril. Inventado en 1942 por Alejandro Goicoechea e impulsado por José Luis Oriol, alcanzó fama internacional durante los años 60. Su mayor avance supuso un sistema de rodadura completamente diferente al de los trenes convencionales, lo que permitiría lograr una mayor velocidad con la misma potencia.
El traje de astronauta. Pues sí, lo inventó un español. La “Escafandra Estratonáutica”, que fue la base de los trajes de astronauta que llevaron al hombre a pisar por primera vez la Luna, la diseñó en 1935 el granadino Emilio Herrera Linares.
Podría seguir y seguir… Hay muchos más, como por ejemplo el teleférico, un prototipo inventado por Leonardo Torres Quevedo. Registró la primera patente de lo que él llamó “Sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples”, aunque no fue hasta 1907 cuando el primer teleférico para el transporte de personas entrara en funcionamiento en el Monte Ulía (San Sebastián).
El futbolín, diseñado por Alejandro Campos para poder disfrutar de su deporte favorito tras haber sido herido durante la Guerra Civil.
Invenciones que parecen no encajar con la época en que se produjeron, como la epidural de Fidel Pagés que se sigue utilizando en el presente, aunque su nombre lo hayamos olvidado.
Y cómo no, mi favorito, un invento de origen español que ha dado la vuelta al mundo y que se popularizó a raíz de la serie televisiva «Kojak». Se trata de un caramelo con un palito diseñado para que los niños no se atragantaran. Por su puesto os estoy hablando del Chupa Chups, inventado por Enric Bernat en 1957.
Brillantes inventores, en diferentes épocas de nuestra era, unos quedaron en la cuneta y otros gozaron de una fama de cinco minutos. Salvo excepciones, se puede decir que la gran mayoría han sido los grandes olvidados de nuestra historia.
Gracias a todos por vuestro talento, esfuerzo y pasión incansable por la ciencia.
Paloma Sardinero
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