domingo, 31 de diciembre de 2017

Giorgio de Chirico en Caixaforum



Enlaces

Giorgio de Chirico, el pintor metafísico. Cultura. El mundo. «La pintura metafísica, que él inauguró en 1910 con El enigma de un atardecer de otoño, fue pionera de esa vuelta al orden, al pasado, al clasicismo -como reacción frente al disloque de las vanguardias precedentes.»
La pintura metafísica de Giorgio de Chirico, en el CaixaForum. El Nacional.cat. «En 1910, una tarde, cuando estaba en Florencia, Giorgio de Chirico (Volos, Grecia, 1888 - Florencia, Italia, 1978), creó la llamada "pintura metafísica", que tenía en los paisaje desiertos y en los maniquíes uno de sus elementos más característicos. En la obra de De Chirico, la realidad se vuelve enigmática, y se confunde con el sueño y con la memoria. Y este tipo de creación tuvo una influencia decisiva en los surrealistas (como André Bréton, Paul Éluard, Guillaume Apollinaire o incluso Salvador Dalí) y en otras corrientes artísticas.»
De Chirico y su metafísica. Vanesa Graell. El Mundo. Cultura.El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad construye ese universo metafísico en un teatro de pórticos blancos en los que quedan suspendidos los cuadros del pintor: sus plazas italianas, sus musas silenciosas, sus trobadores con bustos clásicos a los pies... Y, entre ese mar de lienzos y arquitectura, en el ágora de la exposición, se alzan sus esculturas de terracota y bronce -plateadas y doradas-, los maniquíes sin rostro, arlequines de la metafísica con formas geométricas.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Los dibujos, Programas y series más bonitos e interesantes de la historia de la televisión

Hemos tenido series infantiles o dibujos muy bonitos a lo largo de la historia de la televisión en los años ochenta, la verdad es que la transición democrática de los años setenta a los años ochenta, fueron series entrañables con mucho toque familiar, dulzura, valores, respeto al medio ambiente o de carácter religioso., Y esto se notaba desde los anuncios cómo Las muñecas de famosa, la colección Salvat de Félix Rodríguez de la Fuente, o cartas o álbumes de Heidi y Marco que sorteaban viajes a Suiza, o Argentina con la serie Marco de Los Apeninos a los Andes. Fueron coproducciones con la televisión Japonesa.
Series más divertidas las de la Warner Bross, con el famoso Buggs Bunny, el conejo  de la Suerte, Correcaminos y el Coyote, o El Cerdito Porqui o el tío Sam.
Se quedaron grabadas en nuestras mentes, frases cómo… ¿qué hay de nuevo viejo? En   el caso del conejo, ¡abuelito te quierooo!, en el caso de Heidi ,  ¡Ahí va el abejaruuuco ¡de Félix Rodríguez  de la Fuente En el Hombre y la Tierra tantas veces imitado.
Siguieron viniendo más series como Orzowei, El Osito Mizza mascota de las olimpiadas de Seúl, en Corea, o el robot justiciero Mazinger Z.
Banner y Frappy, La Abeja Maya, El Bosque de Tallac, Comando G.
Orzowei fue una serie franco-italiana, era un muchacho blanco justiciero adoptado por una tribu de Massais de Kenya, África.
Mazinger Z fue retirada por considerar Valerio Lazarov que era una serie infantil muy violenta para los niños, ya que Mazinger Z destruía los robots del doctor infierno a base de misiles, y rayos laser, además el doctor infierno provocaba, tempestades y desastres naturales, muriendo gente y todo su afán por conquistar el mundo.
Tampoco podía faltar La Casa de la Pradera, la famosa familia Ingells, que nos pasábamos todo el día llorando con el pañuelo y llorábamos más que el Bustamante en operación triunfo, aunque a veces nos reíamos con las travesuras de Laura a Nelly, su rival celosa y mimada de la rica familia Olenson.
Comando G, era un grupo de jóvenes héroes alados con poderes extraordinarios, Banner y Frappy,  eran dos ardillas, en la que Banner es adoptado por un búho, y se enamora de una presumida ardilla hija de un jefe de una manada de ardillas.
El bosque de Tallac, era un niño indio que adopta a dos osos huérfanos llamados Yakee y Nuca, Nuca la hembra  se pasaba todo el día llorando y censurando a su hermano Yakee.
Series más para adultos fueron Los Ángeles de Charlie, Fama, El Increíble Hulk, Con Ocho Basta, Los Walton, La Familia Apple, Arriba y Abajo, series policiacas Como Los Hombres de Harrelson, Bareta, Starsky y Hutch, La mujer Policía, Mike Hammer,Kojak,Mccreud, etc.
Luego vinieron ,Dallas ,Dinastía,  Falcon Crest, Muñecas de Papel, Flamingo Road la serie V, Santa Bárbara, Mujeres de Hollywood, el Equipo a y el Halcón callejero y el Coche Fantástico ya entrando casi en los años noventa.
La famosísima Jane Badler, miss New Hampshire, Diana comiéndose ratones y lo que pillaba y no tenía ninguna indigestión ya que era una lagarta con afán de conquistar el planeta tierra, y un auténtica lagartona en todos los conceptos, en la que el terrícola Donovan no paraba de robarla sus naves y ella el agua a los terrícolas.
Tampoco podían faltar el Naranjito con el mundial de fútbol en el año ochenta y dos, y las series como, La Isla de Ellis, Jefes, La fabricante de muñecas con la famosísima Jane Fonda, o Charlton Heston como el superdetective en busca del asesino en la serie Jefes, Vientos de Guerra con Robert Mitchum y Lee Remick, o Wagner con Richard Burton, Vacaciones en el Mar, o La Isla de La Fantasía, con Ricardo Montalban y el famoso actor enano que imitó a Felipe González presidente, en Viaje con nosotros con el polémico Gurruchaga.
En España, Cañas y Barro y La Barraca del autor valenciano Blasco Ibáñez, muy duras y gran interpretación  de Victoria Abril y Victoria Vera, que iniciaron la época del destape y la provocación.
Los británicos apuntaron muy fuerte con series como Yo Claudio, Arriba y Abajo, Reilly as de Espías, y los alemanes con Los Buddenbrooks y la Montaña mágica del autor Thomas Man, La Clínica de la Selva Negra, los británicos también con Poldark, Cumbres Borrascosas, El Bastardo y Las Viudas.
Comedias como Benny Hill, Madre e Hijo, La Superabuela, Doctor en Casa, Los Roper, y Un Hombre en Casa, Dentro del Laberinto, etc.
Italia con la famosa Claudia Cardinale y Sophia Loren, la primera con La Historia, ambientada en la ocupación americana de Roma en el año 1944, y Mamá Lucía ,drama de Sophía Loren que se enamora de un hombre humilde y maltratado en su infancia. Norte y Sur, Azules y Grises, ambientadas en la guerra de Secesión, dos series norteamericanas de gran éxito.
Hay muchísimas más, pero como me conozco y me enrollo mucho, sólo quería apuntar, que si éstas series se nos han quedado en nuestras pupilas y en el fondo  de nuestra mente, es que había mucha calidad y fuerza creativa, ¿ qué pasa en el milenio?
Desde los Power Rangers, o las telenovelas como Cristal, Los ricos también lloran, Huesos (Bones), y otras se caracterizan por ser muy largas, culebrones como se conocen las series en Argentina, o muy violentas en el caso  de las series norteamericanas, o el siglo pasado y ante pasado en el caso de España como Amar en Tiempos Revueltos,  Acacias 38, El Secreto de Puente Viejo, etc.
Siempre el siglo XIX, la guerra civil, las series sudamericanas folletines, con traiciones en las familias, o la tecnología en las series de origen Japonés y el manga como Power Rangers y Dragon Ball, o Picachu y los Pokemon, dibujos violentos como Chico Ostra, Fanboy y Chum Chum, series infantiles como Pepa Pig, lejos quedó Barrio Sésamoábrete Sésamo , La Guagua, La Locomotora, Dabadabadá, un Globo, tres Globos,Tres Globos o los Chiripitiflauticos, La casa del Reloj, El Doctor Sanchestein con Maria Luisa Seco y José Carabias, y Los Teleñecos, eso si eran series infantiles que aportaban cultura y entretenimiento,  el mundo adolescente como el Mundo de La Música, o Los Ríos ,la primera con el gran director Enrique Asensio y la presentadora Mari Carmen Morales en los años ochenta, años noventa con Elisenda Roca  y su famoso programa Cifras y Letras y su hermana  Nuria con Waku waku, o el Un dos tres de Chicho Ibáñez Serrador o su padre con Mis Terrores Favoritos en los años setenta y ochenta. O el gran programa La Clave con José luis Balbín. En el milenio, España lanzó Isabel La Reina, Carlos V y la serie Reinas, actualmente Estoy vivo y Traición.
Series que han marcado nuestras vidas a niños, adultos y adolescentes, años que ya no volverán. Años que no volverán llenos de cultura y creatividad.
Bibliografía:

Recuerdos de la infancia, Acuérdate página web de gran éxito en el Facebook,  o Historia de  la televisión en internet, en You tube y Google.

martes, 12 de diciembre de 2017

El peregrino VI

El autobús paró en medio de este bellísimo pueblo de montaña.

Y aquí estamos, en SJ Pied de Port. Por fin en hemos llegado al principio –dijo Juan-. Y ahora esto del pie. Que mala pata. Y que conste que el viaje lo había consultado con un Hada especial que tengo yo, de esas de los tres deseos. Pero nada, me sucedió lo de siempre. Al tercer deseo la cagué.

-¿Y cuál era el tercer deseo? –preguntó Clara.

-Mi tercer deseo era ni más ni menos que iniciar con buen pie el Camino de Santiago. Y gracias a usted me tendré que quedar un día o más aquí, reponiéndome en el dique seco. Y menos mal que mi deseo había sido éste, que, como supongo sólo me va a suponer un leve retraso. No hay otra solución. Ustedes sigan su camino y déjenme aquí sumido en mi pequeña desgracia.

El albergue esta allí mismo. Así que reservaron la estancia, dejaron sus cosas en las habitaciones y bajaron al bar a tomar algo de cena.

-Nos va usted a perdonar -dijo Jesús-. Le tenemos que contar una decisión que hemos tomado. Hemos estado hablando mi esposa y yo, y es nuestra intención permanecer con usted todo el día de mañana aquí, observando la evolución de su dolencia e incluso si hay que permanecer más tiempo, también permaneceremos junto a usted aquí. Usted nos cae bien y si nos lo permite nos consideramos ya amigos suyos. Además este es el Camino de Santiago, donde habita la esencia de la solidaridad y el buen rollo. No nos puede dar un “no” por respuesta, porque entonces mi esposa y yo nos sentiríamos ofendidos. Además la lesión se la produjo mi esposa y es justo que la pecadora cargue con la penitencia. Así que, lo dicho, nos quedamos con usted. Y ahora prosigamos celebrado nuestra llegada al inicio del viaje y cuéntenos alguna de esas divertidas historias que usted adereza tan sabrosamente para nuestra delicia.

Juan no supo qué responder al ofrecimiento de Jesús. Miró a Clara y ésta también asintió con un encogimiento de hombros y una leve sonrisa de complicidad, que sugería algo así como “y qué menos podía hacer”. Así es el Camino, lleno de solidaridad y buena gente –pensó.

-Lo hemos decidido, y no se hable más del asunto –Dijo Jesús-. Y ahora , venga Juan, entreténganos con algún cuento de esas hadas amigas suyas.

-Cómo que un cuento. Real y verídico como las montañas que tenemos en frente. Vale, si no hay más remedio, tendré que relatarles lo que ella me contó. Pues verán. Tengo una amiga que antes no creía en estas cosas de Hadas, magos y hechicerías. Ella debería hoy ser más millonaria que un Rothschild, de haber creído sinceramente en las hadas. Verán lo que pasó.

Una navidad sintió una corazonada de que era su año de suerte y decidió comprar tres décimos de lotería y, no sabía por qué, pero tenía el pálpito de que ese año le iba a tocar un buen premio, incluso el gordo. Era su año. Para asegurarse su buena suerte ni corta ni perezosa se fue a consultar a un hada de mucho nombre que ella conocía, que acertaba de todo. Su consejo era crucial para asegurarse el número triunfador. El hada habitaba en un bosque cercano a su pueblo y allí fue mi amiga a buscarla, en cuanto se hizo de noche. El hada, en cuanto la vio llegar, aún antes de que mi amiga hablara, le exigió un pequeño pago que debía entregar al primer pobre que encontrara en su camino de vuelta. Como veis era un hada buena llena de bellos sentimientos hacia, sobre todo, los más desfavorecidos.

-Señora hada, no le quepa ninguna duda de que así lo haré. Aquí llevo varias monedas que entregaré como usted me ordena al primer mendigo que encuentre. Pero, querida hada, es que le voy a pedir una exageración de órdago, en la que tendrá que usar todos sus poderes, es que esta adivinación se las trae…

-Hable de una vez, y déjeme a mí calibrar la dificultad y el tamaño de su consulta.

-Necesito que me adivine el gordo de la lotería de estas navidades. Compraré tres décimos y quiero que salgan premiados, claro. Y si es con el gordo, mejor.

-Señora –dijo el hada- me pone usted en un cierto aprieto. Yo suelo tratar más con asuntos de amores, princesas, jóvenes príncipes y cosas de esas. Su propuesta es, efectivamente una gran novedad. Pero acudiré a mi más alta concentración y le sugeriré el número que desea. Eso sí, este supremo esfuerzo de predicción exige tarifa especial. Tendrá usted que donar r, si quiere resultados fidedignos, el importe de la décima parte del premio que obtenga entre los pobres.

-No dude, mi buena hada que así lo haré.

Está bien –dijo el hada-.

Y entornando los ojos, se concentró hasta volverse blanca como la luna llena en medio de la noche- y prosiguió.

-Ahora le voy a adivinar el número que sin duda saldrá premiado con el gordo y lo haré con su ayuda. Le haré tres preguntas, como siempre hacemos las hadas. Y con ellas compondremos el número que desea. Respóndame con sinceridad, buena señora señora y no se equivoque, por lo que más quiera. Comenzamos, pues

- ¿Cuántos años tiene usted?

-Cincuenta y siete –contestó mi amiga- sin quitarse esta vez cinco o seis, como solía.

-Está bien- dijo el hada- Ya tenemos el 5 y el 7. Ahora otra pregunta. ¿Cuántas veces hace usted el amor cada mes?

Mi amiga se sorprendió ante tamaña pregunta y consideró que el hada estaba siendo un poco cotilla y métemeentodo. Pero, como deseaba el gordo, no tuvo más remedio que responder:

-Supongo que unas 12 veces

-Muy bien -dijo el hada- el 1 y el 2. Ya estamos en la tercera y última pregunta y con lo que usted nos diga completaremos el número que le hará inmensamente rica. Y dígame, pues

-¿Cuántas veces ha engañado usted a su marido?

-Pero bueno –dijo mi amiga- indignada. ¿Qué clase de hada es usted? Hasta aquí podíamos llegar. Yo soy una persona decente, como la que más..

-No se altere, querida. Usted, ha venido a mí a consultarme y ya le dije que era una consulta de órdago, así que ¿quiere el gordo o no quiere el gordo? No me haga malgastar mis poderes.

-Ya le he dicho que soy una persona decente –dijo mi amiga bajando la mirada.

-Entonces el último número es un 0. Y ya ha completado usted la adivinanza. Como ve no ha sido tan dificultoso. Con esto hemos anticipado el número que saldrá premiado este año en la lotería de navidad.

Entonces blandió la varita mágica, como hacen todas las hadas, y sentenció. El número premiado será el 57120.

Llegó el día de la lotería y los niños empezaron con la cantinela de números y premios, y mi amiga pegada a la radio toda la mañana, oyó el número del gordo, el 57123, y su rostro se tornó lívido, de color cera. Y se dijo “Maldita embustera ¿ves lo que te pasa por mentirosa….” Mi amiga había comprado los tres décimos del 57120.

Jesús y Clara rieron con ganas al terminar la historieta. Y comentaron, sobre todo, la gran mala suerte que tuvieron los pobres que podrían haber recibido un pastizal con el diez por ciento de tres décimos de gordo. Una desgracia, y todo porque mi amiga no quiso reconocer que había sido un poco pendón en unas pocas ocasiones.

E.V. Calleja

El peregrino V

Claroscuro

Todavía faltaba media hora para que apareciera el autobús que le llevaría por fin a SJ Pied de Port. Juan, como siempre, ensimismado en su mundo. En ese momento pensaba en su Rosa. ¿Qué estaría haciendo en ese a estas horas? ¿Se le habría pasado un poco el enfado? Qué cara se le había quedado cuando la dejó allí plantada rodeada de maletas repletas de ropa y dios sabe cuántas cosas que ella había considerado imprescindibles para su viaje.

Juan no se sentía orgulloso de aquella despedida. Claro que no. Pero ¿qué otra solución tenía? Dejarla quizás llorando de rabia. No, mejor fue así. Un adiós, una puerta cerrada y unos pasos rápidos alejándose de casa. Y ahora estaba aquí, esperando el autobús, y se acordaba de ella y no podía dejar de sentir un cariño profundo por la madre de sus hijos, por la compañera, la amiga, la amante. Nunca había sentido que estuviera casado contra ella, como les pasaba a algunos de sus compañeros. Es verdad que era controladora, pero no manipuladora que es muy distinto. Y su control se limitaba casi exclusivamente a las cosas de la casa y de los hijos. Allí nadie podía interferir. Pero eso era todo. Y quiso reconciliar su conciencia por tan cruel despedida, porque él era un hombre bueno. Pensó que no estaría de más hacerle una llamadita y decirle que estaba bien, que el viaje estaba siendo ameno y que le perdonara al menos un poco por querer hacer este viaje, en solitario, hacia su yo interior, que su intención era únicamente sentirse libre como un pájaro para eximirse de toda preocupación durante un tiempo. Que le dejara gestionar ese espacio privativo que se reservaba para sí mismo en este momento Y eso le contó. Y ella suspiró y no dijo más que “me alegro, cariño, buen viaje”

La verdad es que desde hacía unos meses estaba sintiendo algo extraño por ahí dentro de su cuerpo y de su alma y como que tenía una sensación extraña, algo así como si “esto se está acabando”. Sentía que debía decirle a alguien, aunque fuera a sí mismo, lo que pensaba del mundo, del ser, de la vida, de las cosas, de la materia, de la religión, de Dios, del más allá y del más acá, de las estrellas…. de todo lo habido y por haber, de lo divino y de lo humano, de todo lo posible y lo imposible. Sobre todo debía decir algo del amor que estaba seguro era, al menos par él, su verdadero motor vital.

Y la verdad, sentía una urgencia especial de pensar y relatar cosas y decirlas con frases contundentes y elegantes como si fueran las últimas que fuera a formular en su vida. Y eso era lo que más deseaba en este preciso momento. Sentía la necesidad de decirle al mundo o a quien quisiera oírle, que él había pasado por aquí y que se había dado por vivo, y deseaba contar que el mundo que le había dicho algo especial y tenía que compartirlo con los demás.

Bueno, es verdad que Juan se sentía un poco delicado, pero, una advertencia importante, no es que él se sintiera especial por tener su enfermedad. No irían a pensar los demás que le pasaba como a su amigo Leonardo, el de mantenimiento del colegio, que cuando fue al médico y le dijeron que tenía “hiperplasia prostática quizás benigna o quizás maligna”, que tuviera mucho cuidado, se sintió importante. Era lo más impactante que le había ocurrido hasta entonces en su vida. Los médicos se preocupaban por él y estudiaban su caso. “ Dios, qué sensación!” debió pensar para sus adentros. Se sintió tan importante que estuvo una semana entera viniendo al colegio con traje y corbata y todo el personal extrañado le preguntaba y él con la mayor solemnidad, les explicaba que los médicos le habían diagnosticado” hiperplasia prostática, quizás benigna, quizás maligna”, una enfermedad importante, ¿sabes? –le decía al interlocutor- y luego suspiraba profundamente y seguía caminando por el colegio con la cara alta, sintiendo que por fin, a su gris y anodina vida, le pasaba algo importante.

Y hay muchos viejos que son igual que Leonardo –pensó Juan- ¡Hay que ver como les va fardar de sus enfermedades!. Y se pasan las charlas con amigos, vecinos y conocidos contándose males y consultas médicas y enfatizando lo graves que pueden ser sus dolencias…

Juan estaba tan ensimismado que no se había percatado de que un señor se había parado junto a su banco. Vestía muy parecido a él y había dejado la mochila a los pies del banco. Evidentemente era un compañero de Camino.

-Hola, señor –dijo el caballero, en apariencia de la misma edad que Juan, bien conservado y con modales educados. Sin duda de su mismo gremio laboral, o sea, enseñante-. ¿Le importa si me siento a su lado? Veo por su atuendo que tenemos algo en común. ¿Por casualidad no estará esperando usted al autobús que va a SJ Pied de Port.

-Pues sí, señor. Eso es lo que hago. Y perdone que, al estar un poco distraído, no me haya percatado de su presencia.

-Soy Jesús, para servirle a Dios y a usted. ¿Me puedo sentar con usted y matar el tiempo mientras llega el autobús?

- En absoluto, señor. Mi nombre es Juan. Y si vamos hacer el mismo Camino aquí quedo, de ahora en adelante, a su disposición, para lo que se pueda ofrecer, que son muchos días de Camino y nos podemos necesitar mutuamente, y siendo usted Jesús, o sea El Salvador, me veo desde ya mismo especialmente protegido contra cualquier adversidad estando usted a mi lado.

-Encantado Juan. Lo mismo digo –dijo Jesús riendo la gracia-. Pero no he nacido en Belén, eh… que soy de Canarias y a mucha honra. Y, si no es indiscreción ¿de dónde es usted?

Pues yo de Madrid, aunque , si he decir la verdad, nací en el norte de España, pero llevo toda mi vida en Madrid, así que me considero tan madrileño como el que más, a todos los efectos. Y, dígame Jesús, viaja usted sólo como yo?

No, señor. Creo que a nuestra edad es un poco temerario embarcarse en un viaje tan largo y penoso sólo. Vengo acompañado de mi mujer, que está justo acercándose, la de la mochila colorada. Se llama Clara, y además de mi esposa fue también compañera de trabajo en la docencia.

Enseguida se unió Clara a los dos caballeros. Era una mujer sesentona, como ellos, pero todavía de buen ver. Se notaba que la vida no la había tratado mal. Parecía más llena de energía y vitalidad que ellos. Dejó la mochila frente al banco y al levantar los ojos se tropezó con la mirada escudriñadora de Juan. Ella le mantuvo la mirada un instante fugaz.

Clara –dijo Jesús- Te presento a Juan. Va a hacer el Camino, igual que nosotros. Y es también colega de profesión.

Encantada de conocerle –dijo Clara- y dudó si darle un beso o sencillamente ofrecerle la mano. Le tendió la mano y Juan se la sostuvo un momento más de la cuenta, inclinándose respetuosamente, y haciendo el ademán de besársela, como se saluda a las damas de alcurnia.

Uf, vaya gesto de colegio de pago, tiene este tío -pensó Jesús-. En esto de los detalles, yo debo ser más de escuela pública. Sin duda me faltan unos últimos retoques para llegar a la altura de Juan. Creo que debo estudiar y mejorar mis modales sociales. De todos modos ¿no será ya un poco tarde para cambiar? Olvidemos el asuntito por ahora.

Bueno, -dijo Jesús- para matar este rato, mientras llega el autobús, ¿nos podría hablar un poco de su Madrid? Yo apenas lo conozco. Y mi mujer, aunque es peninsular, se ha pasado la vida conmigo, en Canarias. Así que nos sentiríamos encantados si nos pudiera deleitar contándonos alguna que otra cosilla de su Madrid.

Que conste que yo no soy un guía, eh… -dijo Juan- Pero me encantará contarles alguna de las cosas y lugares que a mí más me interesan de mi ciudad. Empecemos por el centro. Si quieren conocer el Madrid vivo, lo mejor es que se hospeden en algún hotelito de la Gran Vía. Desde allí podrán ir a la Plaza Mayor, a Sol y sobre todo pasear por la Gran Vía. La calle se inicia en La Cibeles, sube hasta el edificio de Telefónica, y luego baja hasta la Plaza de España. Unos dos kilómetros de tobogán. En realidad el edificio de la Telefónica es, justo, la cumbre de la colina. El espectáculo de gentes yendo y viniendo por esas aceras es muy representativo de Madrid. Por la mañana está llena de turistas, a mediodía acude gente a comer en algunos buenos restaurantes. Ahí se encuentra el casino militar, en el que sirven excelente comida y, al ser militar, te tratan como si fueras un general. Yo he tenido la fortuna de comer ahí, atendido “generalmente”, claro. Por la tarde acuden, elegantemente vestidos, no como los turistas que parecen hordas de invasores bárbaros,, los espectadores de los teatros, que en esa zona están los mejores. Por la noche el público es otro, pero mejor no hablemos de de esas sombras que deambulan para las calles a esas horas… Pero eso también es el Madrid en el que nos movemos. Y al amanecer todo volverá a ser lo mismo que el día anterior: bullicio por la mañana, elegancia por la tarde y oscuridad por la noche. Como veis no quiero hablaros de monumentos. Sólo de vida.

-Qué interesante –dijo Jesús. ¿Te gustaría hacer una visita algún día a esta zona, Clara?

-Claro, cariño. Una y cien veces. Pero deja que nos hable Juan, no le interrumpas el relato.

Otra zona que a mí me complace sobremanera –prosiguió Juan-, es la zona Este de Madrid. Ahí se sitúa el Parque de la Naciones. Es un conjunto urbanístico en el que se sitúan los Recintos Feriales de Madrid. Alrededor de este recinto han surgido edificios modernos de oficinas, palacios de congresos y hoteles de cuatro estrellas. Todo funcional y armónico. Y justo al otro lado de estos edificios hay un gran parque, más grande que El Retiro, y mucho más moderno. Un río circular, como el del paraíso del Edén, rodea todo el parque y hace las delicias del visitante. Hay colinas y estatuas modernísimas y gigantescas en las cimas de las colinas. Hay un campo de golf dentro del parque. Además te puedes adentrar en un olivar antiquísimo de por lo menos los tiempos de D. Rodrigo, no del de Vivar, sino el de los tiempos de los Visigodos. Os Juro que es una delicia, sobre todo en primavera.

-Oh Clara-dijo Juan- Este hombre me está poniendo los dientes largos. ¿No te gustaría que visitáramos este lugar en cuanto tengamos oportunidad, Clara?

-Claro marido, claro que me gustaría, una y mil veces. Siga usted, Juan.

-Otro lugar para mí entrañable, es la sierra de Madrid. No hablo de la sierra del Oeste, la de la Carretera de la Coruña. Esa a mí no me interesa. Está tan civilizada que da lo mismo estar ahí que en Madrid. Hablo de la sierra que está al Norte, por la carretera de Burgos. Y no hace falta irse hasta Somosierra. Basta acercarse a la montaña, unos 50 kilómetros, a las estribaciones del la sierra del Pico de la Miel. Allí se encuentran pequeñas urbanizaciones que lindan con el monte puro. Las casas se parecen mucho a las cabañas de las que hablan los americanos en las pelis, cuando invitan a su familia o a sus seres más queridos a viajar a la cabaña y se adentran en el mundo fascinante de la naturaleza. Así es esa zona. Incluso hay un pueblo que se llama Cabanillas de la sierra, Su nombre hace referencia, sin duda, a las cabañas que allí construían los pastores que cuidaban los ganados que pastaban por las cañadas en la época de la trashumancia. Es una zona llena de pequeñas praderas, regadas por el agua de los arroyuelos y manantiales que llegan directos desde la montaña. Hay multitud de encinas, enebros, jaras, tomillos… Dios mío! Qué aroma surge de esa tierra. En el verano por las noches te puedes echar boca arriba en una hamaca y gozar de un hotel, no de cinco estrellas, sino de un millón de estrellas. Si nunca habéis experimentado en vuestro espíritu esa sensación de libertad, de cielo inmenso y de estrellas infinitas, os invito a que no dejéis de acercaros a esta zona.

-Ay Clara –dijo Jesús- ¿no crees que nos estamos perdiendo algo importante y que debemos programar un viaje a estos bellos lugares? ¿No te gustaría disfrutar de esa sierra?

-Claro, tesoro. Una y un millón de veces. Y bajó la cabeza soñando, su mente perdida en una inmensa lejanía.

En ese momento sonó por la megafonía el aviso para los pasajeros de SJ Pied de Port. Nuestros tres pasajeros se apresuraron a recoger sus mochilas del suelo y presurosamente se lanzaron a la mansa carrera que pueden tener los sesentones en busca de su autobús. Todo hubiera ido perfecto si no fuera porque Clara en su apresuramiento le dio un fuerte pisotón a Juan que les machacó todos huesos metatarsianos y tuvo que ser Jesús el que cargara con dos mochilas la suya y la de Juan porque éste, más que caminar se arrastraba a duras penas, sufriendo en su pie derecho todas las penas del purgatorio.

Por fin ya estaban en el autobús. Juan le dio las gracias a Jesús y éste no pudo por menos que reprochar a su mujer su falta de cuidado. Y dijo:

-Mujer, pero ¿por qué no miras el terreno que pisas?

Clara miró al suelo. Se sentó junto a su marido en el asiento de la ventanilla y todos los indicios daban a entender que pensaba pasarse todo el trayecto pegada al cristal, mirando el paisaje.

Evidentemente, Juan no había empezado el viaje con buen pie. Pero, gracias a dios, todo quedó en un problema de metatarsianos magullados, y cuando remitió el dolor, les dijo que no era nada y que el pisotón de Clara había sido producido por el nerviosismo del momento, que los viejos no estamos ya para que nos metan prisas, y que esas megafonías nos aturden.

Esta actitud de Clara enfurruñada y mirando a la nada por el cristal, le creó dudas a Juan sobre la posibilidad de que el pisotón hubiera sido intencionado.

-Acaso he dicho algo inconveniente? -pensó- no tengo la menor idea. O es porque me habré dirigido casi siempre a Jesús y ella se haya sentido ignorada o minusvalorada. Por qué el creador habrá hecho así a las mujeres, tan lindas por fuera y tan enrevesadas por dentro. Nosotros, los hombres, qué distintos a ellas! Somos simples, lo que pensamos lo decimos y ya está, para que lo entienda todo el mundo, sin tapujos, sin segundas intenciones. En fin, ya se le pasará y, en todo caso, tiempo al tiempo. Yo me quedo con el metatarso magullado y ella sigue con su enfado. O sea, los dos jodidos. Jesús se percató del desaguisado y le susurró algo al oído a su mujer. Esta reaccionó dignándose dirigir su mirada hacia Juan y dedicándole una levísima sonrisa, que parecía querer decir "perdón, señor" y volvió a mirar al infinito. Juan aceptó la disculpa con una leve inclinación de cabeza llena de dignidad, y ahí dio por terminado el incidente del pisotón, al menos por su parte.

Eusebio V. Calleja

Los Campos Elíseos españoles



  Hablar de Campos Elíseos nos lleva a Paris, una de las avenidas más conocidas del mundo. Pero, ¿sabíais que en el S.XIX en España también hubo Campos Elíseos?. Por aquel entonces las grandes ciudades demandaban espacios donde sus habitantes pudieran pasar al aire libre sus momentos de ocio, caminar relajadamente o disfrutar de espectáculos teatrales o bailes y se promovió la creación de dichos espacios a imitación del modelo parisino (incluso en el nombre) como ya se había hecho en otros lugares de Europa.


  En Madrid en 1834 se abrió uno de los mas populares de la primera mitad del siglo: el Jardín de las Delicias, ubicado en el actual Paseo de Recoletos, con grutas y un pequeño estanque. Apenas un año después se inauguraba otro en lo que es hoy la Glorieta de Bilbao, un pequeño oasis en una ciudad que no dejaba de crecer. En todos ellos se pagaba una pequeña cantidad para acceder, sentarse a degustar una merienda y luego la conversación con música de fondo. Sin embargo en 1853 en Barcelona se creó uno de los campos elíseos más ambiciosos, con un parque de atracciones y una de las primeras montañas rusas que se vieron en España con una vagoneta de madera que alcanzaba los 50 km/h, una aventura hasta entonces desconocida en la ciudad. A pesar de ir creciendo en atracciones (incluso llegó a haber un circo) poco a poco fue decayendo a causa de la ampliación urbanística de Barcelona que necesitaba de sus terrenos, hasta que en 1872 cerraron definitivamente.

  Volviendo a Madrid, en 1864 se inauguraron otros a imitación de los barceloneses, pero el ayuntamiento aceptó el proyecto por un periodo provisional ya que la ciudad se encontraba en un momento de expansión y en sus terrenos se construiría el barrio de Salamanca, que actualmente ocupa el espacio de los antiguos campos elíseos madrileños. El teatro levantado en el parque, bautizado como "el Rossini" por haber sido allí donde el maestro Barbieri estrenase la ópera de Rossini "Guillermo Tell". Este escenario llegó a competir en prestigio y público con el teatro Real. También tenía una fonda, un café y hasta una plaza de toros. Sin embargo poco duró su fulgor: su decadencia comenzó con la apertura al público del parque del Retiro, hasta entonces espacio exclusivo de los reyes, unido al final de la concesión del ayuntamiento y al propio crecimiento del barrio acabó con el cierre en 1880.

  La ciudad de Bilbao también tuvo sus campos eliseos en la zona de Abando, en el margen derecho de la ría, donde en sus terrenos se construyó un importante teatro, recientemente rehabilitado. Pero los únicos supervivientes en la actualidad están en Lleida abiertos desde 1864, a pesar de que alguno de sus elementos emblemáticos ya no existan, como su espectacular lago.





¿Por qué os cuento todo esto? Hace unos días, leyendo una revista de historia, me resultó muy interesante un artículo donde hablaba de los Campos Elíseos españoles. Particularmente porque nunca había oído hablar de ello y me documenté sobre el tema. Cada día se aprende algo nuevo. Luego me pregunté el porqué de ese nombre y su significado: en la mitología griega era un lugar paradisíaco donde los hombres y mujeres virtuosos podían alcanzar la eternidad dichosa y feliz en medio de paisajes siempre verdes y floridos bajo el sol, algo así como el cielo para los cristianos. Su contraposición es el Tártaro, es decir, el infierno para los condenados. En el cuadro de El Bosco "El jardín de las delicias" están muy bien representados ambos (paraíso e infierno). Podéis contemplarlo en el museo del prado.



P. Santoyo
Diciembre 2017

sábado, 9 de diciembre de 2017

Manual para mujeres de la limpieza. Próxima lectura de la Tertulia Literaria

El martes, 6 de febrero, a las 19h, será nuestra siguiente Tertulia Literaria.


Enlaces:

Babelia. El país. José María Guelbenzu. Olor a verdad. 'Manual para mujeres de la limpieza' es una antología de relatos basados en la vida itinerante de Lucia Berlin, una alcohólica inteligente y valiente que trabajó de todo para mantener a sus hijos'
El mundo. Laura Fernández. Lucia Berlin (Juneau, Alaska, 1936-2004, Los Ángeles) fue mujer de la limpieza, enfermera de Urgencias, recepcionista y telefonista en hospitales y, también, profesora. Tuvo una madre horrible, que las odiaba a ella y a su hermana por el mero hecho de ser más jóvenes que ella y tener, claro, toda la vida por delante. También tuvo tres maridos y cuatro hijos, y un montón de problemas con el alcohol.
La Vanguardia. Laura Freixas. La revelación de las letras estadounidenses del año 2015 es una autora fallecida en el año 2004: Lucia Berlin. La recuperación de una antología de sus relatos, bajo el título Manual para mujeres de la limpieza (que llega a nuestras librerías la próxima semana), ha obtenido el elogio unánime de la crítica y varios reconocimientos como libro del año.
Jenesaispop. 5 razones para devorar ‘Manual para mujeres de la limpieza’ aunque no seas muy de cuentos
The Cult. Caty León. La prosa de Lucia Berlin es sinuosa, palpitante, directa y llena de expresiones curiosas. Lanza un misil con sus interrogaciones, paladea algunas palabras que le son queridas, traza un dibujo concreto de situaciones, lugares y personas. Es un lenguaje que va de dentro hacia fuera. Que parte de un lugar indeterminado del interior y se ofrece íntimo y cabal a los lectores.
El destilador cultural. José Luis Muñoz. Lucia Berlin está entre Antón Chejov y Raymond Carver, es decir, está en las alturas literarias, en el cielo, entre los grandes maestros del género corto. Los 43 relatos (escribió 76 y los empezó a publicar a partir de los 24 años) que conforman este libro exquisito son, exactamente, fragmentos de la vida de la autora. Lucia Berlin, como Paul Auster, como Enrique Vila-Matas, literaturaliza su propia existencia, relativiza las vicisitudes de su azarosa vida (¿se puede escribir desde la felicidad?) mediante una espléndida forma narrativa, siempre en primera persona, porque es ella la que está en cada uno de sus relatos, es ella la que nos está explicando su vida y la de los que la rozan, una vida que seguramente se habría apagado antes de no haber existido la literatura como terapia curativa, y nos habla de sus oficios, múltiples y variados a lo largo de su existencia; de sus adicciones, al alcohol, sobre todo; de sus amores fugaces; de su propia decadencia que la aproxima al fin. Y lo hace con lucidez e inteligencia, con un cierto distanciamiento, sentido del humor, ternura y talento innato como prosista.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

El espiritu de la Navidad


¡Como pasa el tiempo!

Parece que fue ayer cuando celebrábamos la Navidad. Un año más llega la hora del sorteo de la lotería, de las compras, los regalos, las cenas, las comidas, los brindis, la misa del gallo, el discurso del Rey y la Noche Vieja. También llega la hora del adoptado Papa Nöel con su tintineante trineo y sus renos y como no, nuestros queridos Reyes Magos con sus camellos cargados de regalos y el roscón a cuestas.

Son las fiestas más tradicionales y familiares de todo el año, en dónde celebramos el nacimiento de Jesús en Nochebuena, despedimos al Año Viejo avisándonos con sus doce campanadas, damos la bienvenida al Año Nuevo que comienza, haciendo promesas que luego olvidaremos y por último los Reyes Magos, a los que esperamos rezando para que no nos dejen carbón. Son muchas fiestas consecutivas, muchos días para celebraciones en familia.

Cuando era niña, al llegar diciembre, recuerdo como buscaba con emoción el musgo y la escoria de las estufas para empezar a hacer mi belén con su niño Jesús en el pesebre, la Virgen María y San José. Mis padres, cada año, nos llevaban a la Plaza Mayor a comprar alguna figurita más para añadir al belén, una lavandera o quizá un pastorcito con su ovejita a cuestas, y como no, lo más imprescindible, la mula y el buey. Aquel ambiente tan navideño mezclado con el olor a castañas asadas, que siempre venían tan bien para calentarse las manos, despertaban mi espíritu Navideño dormido.

Recuerdo a mi madre en la cocina preparando la cena de Nochebuena con montañas de fuentes, bandejas y cazuelas. La miraba fascinada mientras planchaba el mantel de hilo y daba brillo a la vajilla y a la cristalería buena. Toda la familia nos reuníamos alrededor de la mesa adornada con ramitas de acebo sobre las servilletas, mientras los más pequeños con panderetas y zambombas cantábamos villancicos sin descanso delante de nuestro precioso belén.

Reconozco que la Navidad me produce un sentimiento entrecruzado entre nostalgia y tristeza. Algunos ya no están entre nosotros y los que quedamos, que ya vamos teniendo nuestros años, hemos convertido estas fiestas en algo rutinario y monótono.

Toda esta alegría y emoción que sentía de niña la he ido perdiendo con el paso de los años. Quizá el hecho de que no tengamos niños pequeños en la casa y el gasto que conlleva celebrar la Navidad, que para algunos supone un exceso imposible de asumir, hayan influido bastante en que ya no sintamos la misma alegría de entonces.

A pesar del elevado coste de la energía, las ciudades de España se iluminan con millones de luces multicolores. Los villancicos y adornos navideños invaden, sin compasión, escaparates, tiendas y hogares. No importa el frío ni las aglomeraciones, la gente se abriga con gorros y bufandas y se dirige hacía el centro de la ciudad para comprar, los más tradicionales, sus figuritas para el viejo belén y sus adornos navideños. Otros, en cambio, prefieren comprar el importado abeto, cortado sin piedad, para después decorar el salón de sus casas.

Dejando a un lado a la gente más previsora, este es el mes en el que gran cantidad de personas acude a las tiendas abarrotadas de gente, hacen largas colas y sudan la gota gorda para comprar regalos de todo tipo para todos. No importa el derroche, un año más ha llegado la Navidad y hay que rascarse el bolsillo. Las madres de afanan en el mercado comprando el pavo, el cordero, el besugo y los langostinos que servirán para la cena de Nochebuena, a pesar de los descabellados precios, como si no hubiese durante todo el año más ocasiones para comprar lo mismo sin pagar precios tan exagerados.

Llegan fechas muy de comer y muy de beber, la ocasión es buena para los excesos, aunque sepamos que de las buenas cenas están las sepulturas llenas, y comemos y bebemos más que los famosos peces de nuestro simbólico villancico.

Todo está carísimo, pero no importa, hay que comprarlo. Y que más da que venga Santa Claus y Los Reyes, total es una vez al año, he oído decir a algunos, sin pararse a pensar ni de ponerse en la piel de todas aquellas personas que no tienen ni para encender la calefacción.

Hemos convertido estas fiestas en algo comercial, en puro consumismo. Las cadenas de televisión nos bombardean continuamente con anuncios de juguetes, de turrones y de yo que sé cuantas cosas más, en su afán de hacernos comprar y comprar.

Siempre he pensado que estas fechas, con tan claro significado religioso, deberían ser para todos, que todos pudiésemos pasar por el mercado para comprar la cena sin tener que pasar por delante de los puestos de largo, que todas las familias pudiesen sentarse a la mesa para celebrar la cena de Nochebuena.

Muy poco queda ya de la genuina Navidad, la Navidad de mi infancia, la que yo viví en otro tiempo con tanta ilusión, la de la visita obligada a entregar la carta a los Reyes, la de cantar villancicos con la familia, la de ir a visitar belenes y a los vecinos para felicitarles Las Pascuas.

La sociedad de consumo ha robado el protagonismo a lo que de verdad significa el Espíritu de la Navidad, y eso es algo que no se puede comprar.

En fin, a pesar de todo yo sigo sintiendo algo inexplicable en estas fechas y desde aquí quiero desear a todo el mundo, hombres y mujeres de buena voluntad, una muy Feliz Navidad, y, por si acaso, no os pediré el aguinaldo.

P. Sardinero

martes, 5 de diciembre de 2017

La «mauvaise foi» de Sartre en "Los restos del día"

Stevens es un mayordomo inglés que narra sus vivencias durante el periodo de entreguerras en una mansión inglesa.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, Stevens decide hacer un viaje en coche por la campiña británica y visitar a la anterior ama de llaves, Miss Kenton, con la ilusión de recuperarla para el servicio de la mansión.

Durante esos seis días Stevens rememora las escenas más importantes de su vida y de la vida de su señor, Mr Darlington.

Ignorante de ello, Stevens revela detalles de la posición política del lord que no convienen a la imagen de su señor, y detalles sobre su vida privada que no le convienen a él. El narrador de la novela, Stevens, sabe de lo que cuenta menos cosas de las que sabe el lector. Su señor coqueteó con las altas esferas de la alemania de Hitler en busca de un pacto, pero también se dejó influir por lo menos recomendable del nazismo, como, por ejemplo la discriminación de los judíos. Stevens mantuvo una estrecha relación con el ama de llaves que incluía reuniones periódicas. Miss Kenton tuvo la sensatez de hacerle ver que su padre no podía asumir tantas responsabilidades como le daban debido a la edad. Se puso del lado de las dos criadas judías arriesgando su posición, y se interesó por Stevens hasta que no pudo ir más lejos.

La dignidad. El ideal de Stevens es la dignidad, representada en una historia de un mayordomo que, instalado en la India, descubre que hay un tigre en la cocina mientras su señor toma el té con una visita. El mayordomo acaba con el animal discretamente, y luego se acerca al señor y le indica que puede cenar con normalidad.

Ese ideal de dignidad contrasta con el de un vecino que conoce en su camino, Henry Smith, para el cual, la dignidad consiste en la libertad que ha sido conquistada en la en la guerra contra el fascismo.

Stevens no comparte ese punto de vista porque él antepone la lealtad a su amo a todo lo demás.

El ideal de dignidad y lealtad sirven a Stevens para esconderse de otras dedicaciones habituales en cualquier otro ser humano como, por ejemplo, amar a sus familiares, crear una familia, o, simplemente, tomar una postura personal frente a las opciones de la vida.

Stevens ha vivido una vida de impostura hasta que esa vida se acerca a últimos capítulos, y al día le queda poco de luz, como descubre en el capítulo final, caminando por la escollera.

La autenticidad. Jean Paul Sartre definió lo que él llama la «mauvaise foi», aquella respuesta que uno da cuando no expresa lo que realmente es como ser humano. Sartre pone de ejemplo a un militar que tiene que sacrificar a unos niños, y lo hace porque él es militar. Sartre dice que uno es, siempre un ser humano, no caben excusas. También le sirve de ejemplo un camarero que se comporta como un camarero, en vez de ser el mismo. Ishiguro elige a un mayordomo. Uno se reduce a sí mismo a títere cuando no quiere hacerse responsable de lo que tiene de humano. Todo eso es “mala fe”.

En los años sesenta, Hannah Arendt fue enviada a Israel por la revista Time para cubrir el juicio de un oficial nazi. En su estudio “Eichman en Jerusalem”, Arendt cuenta que Eickman era un hombre común, un vecino cualquiera que decía frases comunes y vulgares, que cumplía sus obligaciones en el ejército distribuyendo a los judíos en campos de concentración. Arendt revela que los peores crímenes no se cometen desde una decisión, los peores crímenes son a veces realizados desde la banalidad, mirar a otro lado, por ejemplo.

Por último, es conveniente nombrar a Martin Heidegger, que fue profesor de los dos filósofos anteriores en Heidelberg, y amante de la segunda durante un periodo de su juventud.

Heideger afirma que nuetras vidas son a menudo inauténticas. Evitamos vivirlas con responsabilidad y nos escondemos en pronombres como “uno” («man» en alemán) cuando decimos “uno no puede hacer nada por ayudar a esa gente”, o “uno hace trampa si le dejan” en vez de decir “yo”. Sin embargo, los hechos fundamentales de la existencia, y sobre todo, la muerte, no admiten pronombres para esconderse. Cuando uno se enfrenta a ella, sólo lo puede hacer desde el sí mismo, desde el “yo”. Stevens ha pasado toda su vida eludiendo su humanidad y su responsabilidad de tomar las riendas de su vida, de decir a Miss Kenton lo que siente. Hasta que se hace consciente de que ya le queda muy poco al día y de que todas las decisiones importantes las dejó en manos de su señor.

La heroína. Los tres filósofos nombrados comparten con el patrón de Stevens, Lord Darlington, su relación cercana con el nazismo. Sartre luchó contra él en la Francia ocupada; Hannah Arendt era judía; Martin Heidegger nunca llegó a condenarlo.

Cuando Lord Darlington, arrastrado por sus amistades nazis decide hacer limpieza entre la servidumbre, Stevens no pone ningún obstáculo, porque su brújula moral es la lealtad, o bien, podemos decir que no existe. La única oposición viene de Miss Kenton que lucha con todas sus fuerzas por lo que cree y que llena la mansión y las horas de Mr Stevens de una felicidad que no es capaz de admitir. Ella, y sólo ella, es la gran heroína de esta historia narrada por un hombre que ha elegido vivir una vida entera encerrado en el vacío de la inautenticidad.

José Contreras

En torno a Rosa


Leyendo el artículo sobre Rosa que público Rafael Lomas, y que agradezco pues demuestra tener una sensibilidad que le honra, pues estos gestos nos hablan de que es fácil acostumbrarse a oír noticias y casos, como lo más normal y verlo como algo lejano que no me influye ni toca de cerca, sin pasársenos por la cabeza lo que hay detrás, cosa que Rafa lo ha seguido y nos informa, con ello denota que le importo Rosa.

Luego pensando según volvía a casa, dando vueltas, pues me toco el alma (lo siento Eusebio, pero yo sí noto de continuo el alma, algún día puedo hablar de ello, pues tengo que confesar, que en cierta parte de mi vida creí perderla tirarla por la borda, y tomar otros derroteros, el que mas y el que menos tiene que afrontar su historia). Tomar decisiones, serias no es fácil, en mi caso era cambiar el todo por nada, o el nada por el todo, pero me encontré con algo, alguien, en algún lugar que si la tenia, y me hizo descubrir porque y para que podía servir mi vida, y que el secreto estaba en descubrirlos, que siempre han estado allí, a mi lado.

Vivimos en un mundo de materialismo, racionalismo, en el que sólo existe lo que se ve, se toca, y hay muchísimas cosas no materiales que pueden colma el ansia del alma y frenar o calmar las del cuerpo.

En mi medio siglo de existencia, he conocido a muchas Rosas, con nombres muy diversos, de hombre, mujer, adolescente, niños. Rosas de la soledad más absoluta al pesar de que su vida social fue muy rica.



Lo que intento siempre que veo a personas que piden, o necesitadas, qué están en la calle y que se ven que son indigentes (y lo pueden ser con muchísima dignidad) me pongo en su lugar y aunque no pueda ayudarles, siempre, puedo regalarles una sonrisa, un gesto amable, para que ellos perciban “ un me importas no me eres indiferente”.

Tengo experiencia con algunas de ellas que por mi trayecto al trabajo, pasaba a su lado, movida de y por amor (bien entendido) al otro, y en cierto sentido pensando que podría ocupar yo ese lugar, interesarme de sus vidas y el porqué de esta situación, y en muchos casos son situaciones muy duras y desgarradoras que como una cadena surgían eslabón tras eslabón uno vinculado a otro, hasta destrozar el alma y el corazón, y tener que salir a pedir para mantener un cuerpo sin alma del que no les importaría deshacerse. En estos casos procuraba, en la medida de mis posibilidades, aliviar las necesidades del cuerpo y dar una chispa de vida también para aliviar las del alma, y no dejar de pasar por su lado a pesar de tener la tentación del rodeo, con la disculpa del tiempo y preguntarle siempre como estas hoy? O por algo que me había contado, darle una rendija de esperanza, pequeños alicientes y muchos gestos que son las palabras del corazón.

He visto durante muchos años la película “Que bello es vivir” aunque hay un personaje alegórico un poco cómico, la moraleja es: todo lo que existe por que tu estabas allí, y por lo que merece vivirse una y mil vidas, y aunque haya situaciones desesperantes siempre hay un rayo de luz al que agarrarse, y en estas Rosas de nuestro camino podemos ser este rayo de luz que ellas necesitan….

Termino mencionando al psicoanalista Vitor Frank en su libro “El hombre en busca del sentido”. El fue superviviente en un campo de concentración nazi, un campo de exterminio seria más adecuado, pues dice en una parte de él libro, en el campo de exterminio no sobrevivían los más fuertes, más intelectuales etc., sino los que tenían un motivo por el que vivir. El suyo, que en otro pabellón estaba su joven esposa de la que no sabia si sobrevivía, pero por la que tenia que luchar y sobrellevar cualquier penalidad, y que ayudaba también los que tenían convicciones fuertes por las que dar sentido a su vida.

Lucía Sanz

viernes, 1 de diciembre de 2017

La familia Julio-Claudia

La Familia Julio-Claudia hasta el Año 41 y sus famosas villanas, Livia, Mesalina, Agripina , Livila y Popea Sabina y Cleopatra VII.

Si ha habido una dinastía, peculiar y famosa, históricamente hablando,  ésta ha sido la más memorable. En la televisión fue inmortalizada gracias al libro de Robert Graves, “Yo Claudio”.

Es cierto que Cleopatra VII, aunque era de la dinastía de los Tolomeos, formaba parte de la dinastía Julio-Claudia. Conquistó a Julio César y a Marco Antonio concibiéndo hijos de los dos. Tras su suicidio mutuo con Marco Antonio, Cesarión, hijo de ella y de Julio César, es asesinado por el emperador Augusto. Salvo Selene se casa con Juba, dando a luz a Tolomeo de Marruecos. Mueren  sus hermanos Tolomeo y Alejandro. Dice la historia que Augusto nunca perdonó a Marco Antonio que repudiara a su hermana Octavia y la dejase por Cleopatra y mucho menos que tuviera tres hijos con ella, pese a todo, la piadosa Octavia cuidó de los hijos de la reina de Egipto, hasta que su hermano Octavio César Augusto los mató. Octavia, la virtuosa, como se la conoce, tuvo con Marco Antonio a Antonia La Mayor y Antonia la menor, ésta la madre de Claudio casada con Druso hijo de la malvada Livia Drusila. Ella concibió a su hijo Claudio I y a su hijo, general y amado en Roma, Germánico.

Claudio se casa con Ungulanila, más alta de estatura que él, matrimonio impuesto por su abuela Livia. La boda se convierte en un circo y se burlan de él, pues él no la conoce. Su tartamudez y cojera no le acompañan. Su madre tuvo un embarazo complicado, se decepcionó y nunca perdonó a su propio hijo esa minusvalía que le impedía hablar bien, y le hacía cojear con pequeñas crisis epilépticas. Su otro hijo, Germánico, apuesto, sano y brillante militar, fue su ojito derecho, dándole muchos nietos, de los cuales los más famosos fueron Calígula y Agripina, hijos de Agripina la Mayor y enemiga del otro hijo de Livia que llegó a ser emperador, el malvado Tiberio, más conocido por La Isla Capri, y el lago Tiberíades de Palestina, y por celebrar orgías famosas con el sobrino de Claudio, Calígula.

Claudio tiene un hijo, Drusilo, con su primera mujer Ungulanila, de la que bromea con su hermano Germánico que sólo la ve cuando consigue llegar a ella por su altura. Este matrimonio no dura demasiado. Se casa con Elia y concede a su hija Antonia. Su hermano Germánico bautiza a su otra hija con el nombre de Drusila por el hijo de Claudio y por su padre que se llamaba Druso. Ésta comete incesto con su hermano Calígula, y él con Lesbia y su hermana Agripina la Menor. Germánico no puede más, y la malvada Libia conspira contra él ayudado por Calígula y Tiberio. Ella  sabe que Germánico aborrece a su hijo y a su vez éste odia a su padre. Contratan a una envenenadora, y destruye papeles y pruebas. Germánico ya no es un obstáculo para que Tiberio sea emperador. Livia también ejecuta a los hijos del general Agripa (amigo de su marido Augusto y marido de su hija Julia), que anteriormente había envenenado a Marcelo y después a Agripa, esposos de Julia. Livia obliga a su hijo Tiberio a dejar a la flaca Vipsania, hija de Agripa y de su primera mujer Pomponia, para que se case con la obesa Julia, hija de Augusto. Los hijos de Julia, Gayo, Lucio y Póstumo,  hijos, también, de Agripa, salvo su hermana Julia la Menor y Agripina La Mayor, mueren a manos de Livia y su biznieto Calígula. Castor, hijo de Tiberio y de Vipsania y Cuñado de Claudio, esposo de su hermana Livila corre la misma suerte. De los hijos de su hermana Livila, Gemelo y Mellizo de Gemelo, con brotes asmáticos, se encarga de matarlos el monstruo de Calígula sin que su abuela Livia lo impida con el fin de favorecer el ascenso de su hijo Tiberio al el trono.

Livia confiesa a Claudio sus crímenes y le ruega que la haga diosa. Él le dice: «¡Que perversa y lista eres abuela!» y ella le responde: «¡Lo he hecho por el bien del imperio, si no, habría habido una guerra civil!». Por eso Livia tiene muchos bustos conservados en el Museo del Capitolio. Otra fase curiosa de esta malvada mujer es cuando dice a su nieto: «¡Sigue haciéndote el tonto y sobrevivirás!» O cuando le dice a su hijo Tiberio: «Hombres, que poca paciencia tenéis, hay que saber esperar. ¡ya llegarás a ser emperador sigue mis consejos idiota!»

Ella le dice que mató a su marido Augusto, tío abuelo de Claudio envenenando los mismos higos del jardín sin arrancarlos, sin dar sospechas, ni culpar a los esclavos. Su anterior marido fue Tiberio Druso Nerón, abuelo de Claudio al que también asesinó para que Augusto se fijara en ella y la llevara a su palacio. Ella sabía que él estaba enamorado de ella. Lo engañó diciendo que se había quedado viuda. Otros cronistas afirman que él la secuestró y la llevó a palacio, y ella se encargó de la muerte de Tiberio Druso Nerón para no obstaculizar la unión con Augusto. Otros dicen que ella lavó el cerebro a Augusto diciéndole que los maltrataba a ella y a sus hijos Tiberio y Druso, y que le había sido infiel. Ella consiguió llevarlos a palacio pese a que no eran hijos suyos.

Augusto sólo tuvo una hija llamada Julia,  fruto de su primera mujer, Escribonia, que se casó con Marcelo,  sin descendencia, nieto de su tía Octavia. Tuvo cinco hijos con Agripa, y su tercer marido Tiberio hijo de Livia Drusila.

Agripina la Mayor, querida por el pueblo romano, muere desterrada en la isla de Pandataria, ya que el tío de su marido Germánico, el emperador Tiberio, se encarga de desterrarla a esta isla del mediterráneo cerca de Sicilia porque cree que ella ha conspirado para matar a su marido Germánico. Su cuñado, el emperador Claudio I, no puede hacer nada. Claudio sufre otro nuevo golpe: su hermana Livila es asesinada por su madre Antonia la Menor ya que ella mató a su marido Druso el joven, conocido como Castor, para fugarse con su amante, Sajano cuñado de Claudio, hermano de su mujer Elia. Antonia, Indignada por la muerte de su yerno, encarga a los guardias de encerrar a su hija en una habitación sin alimento ni agua. Según los cronistas su agonía no fue del todo larga ya que sufrió un infarto, destrozada por la suerte que le esperaba y arrepentida por el mal que había hecho. O bien, ella misma se suicidó encerrada.

Sigue la historia y a continuación entra otra villana, la famosa Mesalina, hija de Barbato Mesala y de Domicia Lépida hermana del Padre de Nerón Gneo Domicio Enobarbo. Aprovecha que Claudio sufre otro fracaso con su segunda mujer Elia, pese a que ella le da una hija llamada Antonia. Su cuñado Sajano, huye por el palacio y el pueblo romano de su famosa conspiración por querer matar a Castor y a su tío Tiberio, perpetrado también por su hermana Livila, y trata de afianzarse en el poder.

Claudio se enamora perdidamente de la bella Mesalina que aprovecha para casarse con él. El destino hace que su marido sea proclamado emperador, ya que un guardia entra en cólera por su sobrino Calígula y ayudado por otros enemigos de él y al igual que julio César muere a cuchilladas, ya que había violado a su mujer también. Calígula llevó al imperio al despilfarro, excesos y excentricidades, orgías y llego a llamar cónsul a su caballo Incitatus. Todo ello se suma a un gobierno de miedo, asesinatos y traiciones.

Claudio es proclamado emperador. Cuando pasa el tiempo, Mesalina le da dos hijos Británico, llamado así porque Claudio conquista Britania, y Octavia, por la abuela materna, la hermana de Augusto. La felicidad de Claudio se ve truncada cuando ella tiene un amante artista, y se casa con él en secreto y llega a oídos de la corte su lujuria y orgías, y hasta una apuesta con una prostituta famosa llamada Escila, con la cual apuesta cual es capaz de complacer a más hombres. Gana Mesalina.

Claudio, enojado, manda degollar a su mujer en una propiedad llamada los jardines de Lúculo que había comprado su marido a un patricio arruinado.

Para colmo, Claudio se casa con su sobrina Agripina La Menor, hija de su hermano Germánico y de Agripina La Mayor. Ella, viuda de Gneo Domicio Enorbarbo, con quien había tenido a su hijo Nerón, al igual que la pérfida Livia, no duda en hacer emperador a su hijo envenenando a Claudio con setas venenosas. Consigue que desherede a Británico a favor de su hijo Nerón, ya que Claudio teme que su hijo Británico sea asesinado. Su hija Octavia se casa con Nerón, pero Nerón se fija en una cortesana llamada Popea Sabina. Ella le seduce, y él mata a Octavia y a su madre Agripina la Menor.

Notas aclaratorias
En la época romana los Pater de Familias, el patriarca ponía los nombres a sus hijos con nombres de sus tíos, hermanos, padres y abuelos, lo que se llamaba Gens-Gentes, porque daba un cierto estatus y poder si se venía de las clases altas llamados patricios, de ahí que Agripina la Mayor llamara a su hija la mala, Agripina la Menor porque descendían del Famoso general Agripa, o Antonia la Mayor tía de Claudio y de su hermano Germánico, hermana de Antonia la Menor madre de Claudio I porque sus abuelos eran los famosos Octavia la virtuosa, hermana de Augusto y Marco Antonio el brillante general que se enamora de Cleopatra VII.

El divorcio en Roma era lo normal, era machista, o masculino, las mujeres no podían pedir el divorcio. El Pater de Familias podía adoptar a sobrinos como hijos propios como el caso de Julio César con su sobrino Octavio César Augusto. Las mujeres hermanas de Patricios los casaban con brillantes generales y hombres poderosos como el caso de Octavia, hermana de Octavio, con Marco Antonio, y también a sus hijas, como el caso de Augusto que casó a su hija Julia con su amigo el general Agripa. El sufijo "ila" como el caso de Livila servía para diferenciarla de su abuela Livia, en el caso de la hermana de Claudio. El hermano de Claudio se le llama Germánico por la famosa batalla ganada a los Germanos. Julila o Julia la menor era nieta de Augusto.

Los historiadores y psicólogos creen que el poder hace a la gente psicópata, y se transmite en los genes o el ambiente, de ahí la esquizofrenia de Calígula, complejo de Edipo por parte de Nerón y Tiberio, y la obsesión de Livia de clase media baja, de dejarse llevar por la ambición y llegar al poder y convertirse en un ser amoral como Cleopatra, Mesalina o Agripina la Menor.

Cuando un hijo nacía, el patriarca se aseguraba que fuera hijo de él y lo alzaba en brazos con testigos, para asegurarse y lo mostraba en público. Esta señal hacía que ya se pudiera considerar hijo suyo y un escriba redactaba el árbol genealógico. Por eso se sabe mucho de la historia de esta familia, porque los romanos lo documentaban todo. Eran excelentes historiadores, y fueron los pioneros del Derecho.

Otra curiosidad, se dice que Cleopatra era muy culta y dominaba muchos idiomas, latín, griego, macedonio y arameo, también que descendía de Alejandro Magno, de los Tolomeos. También se dice que fue obligada a casarse con su hermano Tolomeo XI, según la costumbre egipcia de casarse entre hermanos, y que mató a Tolomeo y a su hermana Arsione, que a su vez querían el trono egipcio, y no querían compartirlo con ella, ni ella, tampoco, con ellos.

Como sabía que era difícil luchar contra Roma, se valió de sus armas de mujer para seducir a Julio César y al general Marco Antonio.


Miguel Ángel Ibáñez