Leyendo el artículo sobre Rosa que público Rafael Lomas, y que agradezco pues demuestra tener una sensibilidad que le honra, pues estos gestos nos hablan de que es fácil acostumbrarse a oír noticias y casos, como lo más normal y verlo como algo lejano que no me influye ni toca de cerca, sin pasársenos por la cabeza lo que hay detrás, cosa que Rafa lo ha seguido y nos informa, con ello denota que le importo Rosa.
Luego pensando según volvía a casa, dando vueltas, pues me toco el alma (lo siento Eusebio, pero yo sí noto de continuo el alma, algún día puedo hablar de ello, pues tengo que confesar, que en cierta parte de mi vida creí perderla tirarla por la borda, y tomar otros derroteros, el que mas y el que menos tiene que afrontar su historia). Tomar decisiones, serias no es fácil, en mi caso era cambiar el todo por nada, o el nada por el todo, pero me encontré con algo, alguien, en algún lugar que si la tenia, y me hizo descubrir porque y para que podía servir mi vida, y que el secreto estaba en descubrirlos, que siempre han estado allí, a mi lado.
Vivimos en un mundo de materialismo, racionalismo, en el que sólo existe lo que se ve, se toca, y hay muchísimas cosas no materiales que pueden colma el ansia del alma y frenar o calmar las del cuerpo.
En mi medio siglo de existencia, he conocido a muchas Rosas, con nombres muy diversos, de hombre, mujer, adolescente, niños. Rosas de la soledad más absoluta al pesar de que su vida social fue muy rica.
Lo que intento siempre que veo a personas que piden, o necesitadas, qué están en la calle y que se ven que son indigentes (y lo pueden ser con muchísima dignidad) me pongo en su lugar y aunque no pueda ayudarles, siempre, puedo regalarles una sonrisa, un gesto amable, para que ellos perciban “ un me importas no me eres indiferente”.
Tengo experiencia con algunas de ellas que por mi trayecto al trabajo, pasaba a su lado, movida de y por amor (bien entendido) al otro, y en cierto sentido pensando que podría ocupar yo ese lugar, interesarme de sus vidas y el porqué de esta situación, y en muchos casos son situaciones muy duras y desgarradoras que como una cadena surgían eslabón tras eslabón uno vinculado a otro, hasta destrozar el alma y el corazón, y tener que salir a pedir para mantener un cuerpo sin alma del que no les importaría deshacerse. En estos casos procuraba, en la medida de mis posibilidades, aliviar las necesidades del cuerpo y dar una chispa de vida también para aliviar las del alma, y no dejar de pasar por su lado a pesar de tener la tentación del rodeo, con la disculpa del tiempo y preguntarle siempre como estas hoy? O por algo que me había contado, darle una rendija de esperanza, pequeños alicientes y muchos gestos que son las palabras del corazón.
He visto durante muchos años la película “Que bello es vivir” aunque hay un personaje alegórico un poco cómico, la moraleja es: todo lo que existe por que tu estabas allí, y por lo que merece vivirse una y mil vidas, y aunque haya situaciones desesperantes siempre hay un rayo de luz al que agarrarse, y en estas Rosas de nuestro camino podemos ser este rayo de luz que ellas necesitan….
Termino mencionando al psicoanalista Vitor Frank en su libro “El hombre en busca del sentido”. El fue superviviente en un campo de concentración nazi, un campo de exterminio seria más adecuado, pues dice en una parte de él libro, en el campo de exterminio no sobrevivían los más fuertes, más intelectuales etc., sino los que tenían un motivo por el que vivir. El suyo, que en otro pabellón estaba su joven esposa de la que no sabia si sobrevivía, pero por la que tenia que luchar y sobrellevar cualquier penalidad, y que ayudaba también los que tenían convicciones fuertes por las que dar sentido a su vida.
Lucía Sanz
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