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Babelia. El país. José María Guelbenzu. Olor a verdad. 'Manual para mujeres de la limpieza' es una antología de relatos basados en la vida itinerante de Lucia Berlin, una alcohólica inteligente y valiente que trabajó de todo para mantener a sus hijos'El mundo. Laura Fernández. Lucia Berlin (Juneau, Alaska, 1936-2004, Los Ángeles) fue mujer de la limpieza, enfermera de Urgencias, recepcionista y telefonista en hospitales y, también, profesora. Tuvo una madre horrible, que las odiaba a ella y a su hermana por el mero hecho de ser más jóvenes que ella y tener, claro, toda la vida por delante. También tuvo tres maridos y cuatro hijos, y un montón de problemas con el alcohol.
La Vanguardia. Laura Freixas. La revelación de las letras estadounidenses del año 2015 es una autora fallecida en el año 2004: Lucia Berlin. La recuperación de una antología de sus relatos, bajo el título Manual para mujeres de la limpieza (que llega a nuestras librerías la próxima semana), ha obtenido el elogio unánime de la crítica y varios reconocimientos como libro del año.
Jenesaispop. 5 razones para devorar ‘Manual para mujeres de la limpieza’ aunque no seas muy de cuentos
The Cult. Caty León. La prosa de Lucia Berlin es sinuosa, palpitante, directa y llena de expresiones curiosas. Lanza un misil con sus interrogaciones, paladea algunas palabras que le son queridas, traza un dibujo concreto de situaciones, lugares y personas. Es un lenguaje que va de dentro hacia fuera. Que parte de un lugar indeterminado del interior y se ofrece íntimo y cabal a los lectores.
El destilador cultural. José Luis Muñoz. Lucia Berlin está entre Antón Chejov y Raymond Carver, es decir, está en las alturas literarias, en el cielo, entre los grandes maestros del género corto. Los 43 relatos (escribió 76 y los empezó a publicar a partir de los 24 años) que conforman este libro exquisito son, exactamente, fragmentos de la vida de la autora. Lucia Berlin, como Paul Auster, como Enrique Vila-Matas, literaturaliza su propia existencia, relativiza las vicisitudes de su azarosa vida (¿se puede escribir desde la felicidad?) mediante una espléndida forma narrativa, siempre en primera persona, porque es ella la que está en cada uno de sus relatos, es ella la que nos está explicando su vida y la de los que la rozan, una vida que seguramente se habría apagado antes de no haber existido la literatura como terapia curativa, y nos habla de sus oficios, múltiples y variados a lo largo de su existencia; de sus adicciones, al alcohol, sobre todo; de sus amores fugaces; de su propia decadencia que la aproxima al fin. Y lo hace con lucidez e inteligencia, con un cierto distanciamiento, sentido del humor, ternura y talento innato como prosista.
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