martes, 10 de abril de 2018

Algunos titulos de libros


                      ALGUNOS LIBROS SELECCIONADOS ( 100 – 200) paginas




– El secreto de mi madre de J. L. Witterick (Nube de tinta. 208 pág.). Interesante y original historia , tanto en la forma como su contenido, de una polaca que esconde durante la contienda en su casa tanto a judíos y como a nazis. Son breves narraciones independientes contadas por sus protagonistas. Muy bueno






 Réquiem por Nagasaki de Paul Glynn (Palabra. 207 pág.). Una biografía novelada de la impresionante historia del médico radiólogo japonés Nagai, sobre quien cayó la bomba atómica en Nagasaki, y sobrevivió. Imprescindible.

Takashi Nagai (1908-1951) fue un científico japonés casado y con dos hijos. Impulsó generosamente la medicina moderna en su país a costa de su propia salud. El ejercicio de la radiología le supuso una leucemia que no le impidió sin embargo continuar con una vida de intenso trabajo. Sobrevivió seis años a la bomba atómica de Nagasaki, la mayor parte de ellos postrado en una cama. Me gusto es fuerte pero es hecho real

 Púrpura y negro de J. P. Gallagher (Palabra. 192 págs.). Roma, II Guerra Mundial. Un jovial sacerdote irlandés, Hugh O'Flaherty, que trabaja en el Vaticano se dedica a cobijar a personas (judíos, aliados, etc.) perseguidas por los nazis. El poderoso Kapler, jefe de la GESTAPO, le pondrá en su punto de mira e intentará acabar con él. Una intrigante historia basada en hechos reales y magníficamente interpretada en el cine (bajo el título Escarlata y negro) por Gregory Peck en 1981.
La Rosa Blanca. Los estudiantes que se alzaron contra Hitler de José Mª García Pelegrín. (Libros Libres. 200 págs.).

«El nombre alemán permanecerá para siempre mancillado si la juventud alemana no se alza para vengar y expiar al mismo tiempo; para aniquilar a sus opresores y construir una nueva Europa espiritual.» Con Alemania inmersa en la Segunda Guerra Mundial, y conscientes de su responsabilidad, un grupo de universitarios de poco más de 20 años de edad y un catedrático, Kurt Huber, se alzaron contra Hitler, bajo el nombre de la Rosa Blanca, con su única arma: la palabra. Las Hojas que repartieron por Munich y otras ciudades alemanas mantuvieron en jaque durante meses a los jerarcas nacionalsocialistas. Los principales miembros de este movimiento fueron condenados a muerte. Con sus vidas dieron testimonio de que el nacionalsocialismo no había conseguido adormecer la conciencia de todos los alemanes.
 Reencuentro de Fred Uhlman (Tusquets. 122 pág.).
Dos jóvenes de dieciséis años son compañeros de clase y amigos inseparables. Hans es judío y Konradin, un rico aristócrata.
Esa amistad finaliza un año después. Estamos en la Alemania de 1933, y, tras el ascenso de Hitler al poder, Konradin formará parte de la fuerzas armadas nazis mientras Hans viaja hacia el exilio Muchos años después, instalado ya en Estados Unidos, donde Hans intenta olvidar el episodio que los separó amargamente, «reencuentra» al amigo perdido.
Esta pequeña obra maestra resurge hoy con la misma capacidad de conmover que cuando se publicó por primera vez en 1960. Pronto fue traducida y leída en el mundo entero.

 La nieta del señor Linh de Philippe Claudel. (Salamandra 126 pág.). Breve y conmovedora novela. Cuenta la llegada de un anciano, refugiado de una lejana guerra que le ha robado todo salvo a su
nieta, un bebé llamado Sang Diu, al que arrulla con una vieja nana infantil que recitaran durante generaciones, las mujeres de la familia. Llega un frío día de diciembre tras un agotador viaje en barco a un desconocido país europeo. Allí no conoce a nadie, y menos que hablen su lengua. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir, hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado y conmovedor desenlace Es muy tierna

Señora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes. Esta puede considerarse la última novela de Delibes. Escrita en recuerdo de su mujer fallecida es una lección de amor humano. Cuenta la historia de un prestigioso pintor que, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detención de dos de sus hijos por motivos políticos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho años. Ana contagiaba una sensación de belleza y plenitud que cobró un verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino, Señora de rojo sobre fondo gris es una profunda lección de humanismo y madurez artística que sólo Miguel Delibes podía ofrecernos.

Kafka y la muñeca viajera de Jordi Sierra i Fabra. (Siruela. 145 pág.).

Recreación novelada de una anécdota de Kafka. Un año antes de su muerte, paseando por un parque en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca. Para calmar a la
pequeña, el autor de La metamorfosis se inventó una peculiar historia: la muñeca no se había perdido, se había ido de viaje, y él, convertido en cartero de muñecas, tenía una carta que le llevaría al día siguiente al parque. Aquella noche Franz escribió la primera de las muchas cartas que, durante tres semanas, entregó a la niña puntualmente, narrando las peripecias de la extraordinaria muñeca desde todos los rincones del mundo. Según cuenta Dora Dymant, su compañera en aquellos días, el estado febril con el que Kafka escribía esas cartas era comparable al de cualquiera de sus inmortales obras. Jamás volvió a saberse nada, ni de la niña, ni de aquellas cartas.


viernes, 6 de abril de 2018

La admiración


                                               
            La admiración

    Por casualidad me tocó pasar a máquina un artículo para la revista del centro Cepa, la letra  me llamo la atención y a  muchos expertos en grafología, les hubiera gustado estudiarla.Yo asistí a un seminario de esta especialidad, hace años y descubrí  detrás de esta letra, una vida interesante, intensa, muy llena. ( Aclaro, que la letra no es la pericia de mi mano, escribimos con el cerebro). Después,  al descubrir  que tenía 99 años y por lo que escribió, con capacidad de admirar y asombrarse de las cosas. Pensé: Somos colegas en esto, será mi próximo articulo.
   Se que entre nosotros hay expertos, especialistas en diversas materias, otros son doctos en recabar información y preparan artículos maravillosos. Otras siguen las noticias y como verdaderas reporteros, se codean con quien haga falta, poniendo los puntos sobre las íes. Pues yo no tengo casi ninguna de estas cualidades, pero soy una persona inquieta, no me caracterizo por ser superficial ante las cosas,  soy firme en mis convenciones, creo que doy importancia a lo que realmente la tiene, y transijo en otras muchas temporales que considero no tienen tanta.
   Soy amante de la naturaleza, la vida, los niños, los animales etc. En cierto sentido tengo capacidad de admirarme, de transcender ante las cosas más pequeñas ordinarias. No tengo estudios superiores,   
pues; como muchas personas de mi generación, y más naciendo en una familia numerosa y humilde (circunstancia que volvería a elegir) mis padres no tenían medios para poder dar estudios a todos. Algunos lo hicieron con gran sacrificio y esfuerzo de ellos, otros consiguieron becas, pero, sin bajar la guardia pues, para mantenerla no permitían un suspenso, y se estigia una nota media alta. Yo hice una formación profesional de primer grado, y comencé a trabajar a los 16 años. Pero creo que nunca he dejado de estudiar las materias que me interesaban; mediante congresos, seminarios conferencias, cursos profesionales,( pues o te reciclas o mueres).Y nunca he dejado de leer.
   Me gusta la filosofía, la antropología, las ciencias. De pequeña tenía el apodo de” POR QUE” es propio de los niños, pero creo que yo lo era en grado superlativo, y agradezco que casi nunca tuve un no por respuesta. De pequeña preguntaba los porqués. Ahora los interiorizo, los medito, los estudio y llego a conclusiones. Pienso en un consejo, miro a los demás no como rivales, con compresión ante actitudes equivocadas. Amo la pluralidad, pero no el subjetivismo y relativismo de ! todo vale ¡ en el que con tanta frecuencia caemos, ajustando la verdad a mi juicio, mayormente para justificar mis debilidades.( Sale otra vez mi vena )  ¡Vuelvo a filosofar!
   Es muy bueno que cada uno explore sus buenas aptitudes y las ponga al servicio de los demás. Esta pluralidad nos lleva a colaborar en un mundo mejor.
La admiración es una cualidad del ser agradecido, pues con facilidad nos acostumbramos  a todo lo que vivimos y poseemos, y no solo esto, nos quejamos y comparamos con los que tienes más o en apariencia les va mejor, y a penas pensamos en quien no tiene nada, ni siquiera la posibilidad de tener.
   Corrió  estas navidades un pequeño vídeo por whatsapp. Un hombre que despierta, no recuerdo, si de una pesadilla horrible. Y todo lo que va descubriendo son regalos, que le hacen llorar de alegría y admiración: A su lado en la cama, está su mujer; envuelta en papel de regalo, entra otro paquetito con piececillos en la habitación  llamando papá. Da el interruptor y se ilumina la habitación; otro milagro. Mira por la ventana, esta nevando, y el paisaje es de una belleza sin igual. Todo eran regalos.
   El problema es que tenemos tantos, que nos acostumbramos, no los valoramos. Es más; incluso los utilizamos mal, como cosas propias , merecidas, no auténticos regalos que podríamos no disponer de ellos. Cuantas personas, trabajan, pelean, sufren y no tienen a penas para mantenerse en pie.
    Es bonito ponerse de vez en cuando en el lugar de un pequeñín que va descubriendo: sus manitas, los pies, se embelesa, no puede transcender pero contempla. Su mirada es limpia transmite paz, no está de vuelta. Se va abriendo a la realidad, cada día descubre cosas nuevas: Abrir cajones, armarios, investigar lo que hay detrás, abrir un grifo, sorprenderse de todo lo que produce cualquier ruido. ( estos descubrimientos suelen traen  consecuencias para los mayores). Pues; lo hacer en silencio, y con una rapidez tremenda, de ahí el peligro del niño callado en estas edades, pues sus investigaciones no tienen límites, ni riesgos.
    " Re-descubramos el mundo encerrado detrás del acostumbra-miento a tantas cosas bellas".
   La admiración para los filósofos griegos, fue la base y origen de la filosofía: pues el sorprenderse, induce a pensar en respuestas ante lo que se desconoce y no se ajusta a lo previsible o dado por cierto, entonces el observador se obliga a buscar razones para aquello que nos desconcierta y verlo desde distintos ángulos.
La admiración es una actividad y cualidad  exclusivamente humana
   Gramaticalmente los signos de admiración o exclamación se usan para destacar alguna palabra, dar énfasis a una frase o palabra, denotar asombro, emoción…

                                                                                                                 Lucia Sanz

jueves, 5 de abril de 2018

Primavera

La primavera despierta mis sueños,
sueños de ilusión, amor, sol, cielo azul
agua clara y mariposas en el estomago.
porque la primavera la llevamos en el corazón.
¡Qué bonita la flor! ¡La hoja del árbol!
¡El trino de los pájaros! y las mariposas
y mosquitos, y el verde de la pradera,
verde esperanza
que mira siempre hacia adelante.

Rosa, Habiba, Charo, Carmen


La primavera tiene flores
Las flores son como rosas
rosas de rosal
rosal de rosas blancas
blancas como las plumas

Carmen

Remembranzas

Ahora que he pasado ya de los 50 siento cierta añoranza de mi pasado. Echo la vista atrás y pienso en la infancia que tuvimos los niños de nuestra generación y, que a pesar de que actualmente los niños lo tienen todo a su alcance, no son más felices que los niños de nuestra época.

A veces creo que no valoramos todas las vicisitudes y experiencias que vivimos. Aún no siendo siempre experiencias buenas, nosotros las vivíamos con mucha intensidad.

Ahora los niños son más solitarios, a la vez, los padres nos independizamos demasiado pronto de nuestros hijos, dejando que los eduque la televisión, los amigos, las cuidadoras. Damos mucha importancia a lo tecnología dejando atrás lo humano y los valores que nosotros como padres podemos inculcarles.

En casa cada cual tiene su espacio y no se traspasa el entorno de cada uno.

Actualmente estamos rodeados de muchas personas pero nos sentimos solos, esto también afecta a los niños.

Somos una sociedad deshumanizada, individualista y egoísta, y eso es lo que le estamos transmitiendo a los niños.

La vida que nuestros padres tenían hace 50 años era muy diferente, más sana, más participativa en la comunidad. Los vecinos eran como parte de nuestra familia, todos sabíamos de todos, estaban dispuestos a ayudarse unos a otros ante cualquier situación y éstas actitudes beneficiaban a la relación de los niños con los demás.

Los niños de entonces éramos muy felices, a lo poco que teníamos le sacábamos mucho partido. Recuerdo que nos pasábamos el día en la calle, cuando llegábamos del cole no recuerdo que entraramos a la casa. Mi madre nos daba el bocadillo que casi siempre era de mantequilla de colores.

Y qué decir de los juegos, ¡eran maravillosos! Teníamos una capacidad impresionante para inventarnos juegos y no nos aburríamos nunca.

Recuerdo con mucho cariño cómo pasábamos tardes enteras, por ejemplo y por citar algunos juegos: a la cuerda, a los duples, a la taba, al pañuelo, al látigo, a churro media manga manga entera, a príncipes y princesas, al escondite y tantos y tantos...o simplemente sentados en el batiente de alguna casa y contar historias inventadas, cuentos y chistes, que por cierto mi primer chiste verde lo escuché de un niño de mi pueblo con 6 añitos.

Recuerdo también cómo era el aseo en mi casa, lo primero es que no teníamos baño, no estaba hecha aún la acometida, con lo cual hacíamos las necesidades en un cubo y cuando estaba lleno mi padre se lo llevaba al campo y allí lo tiraba. Nos lavábamos en un barreño de aluminio. En verano el agua la calentaba el sol y en invierno mi madre calentaba agua en una estufa de picón y el barreño lo dejaba mi madre al lado de la estufa con el consiguiente peligro de poder acabar con alguna que otra quemadura.

Cuando yo le cuento esto a mis hijos no entienden cómo se podía ser feliz en esas circunstancias.

Son recuerdos que han marcado a una generación y me han marcado a mí particularmente. Los niños de entonces éramos ajenos a los problemas sociales o de índole político. Éramos felices sin saber qué significaba la palabra "felicidad". La infancia que viví en la calle y con mis mayores no la cambio por nada. Las vivencias y las experiencias que viví han marcado mi carácter y no cambiaría nada a pesar de las dificultades, a nuestra manera fuimos muy felices.

Me quedo con los buenos recuerdos, remembranzas de una vida, de mi vida.

Maricarmen Prieto 

Destino o decisiones equivocadas



¿Existe el destino o somos nosotros mismos los que lo forjamos? Voy a contar una historia real, y, que cada cual saque sus conclusiones.

María naicó en una familia muy humilde. Sus padres la tuvieron siendo muy jóvenes y sin estar casados. Cuando apenas tenía dos años, su padre desapareció de su vida, y hasta hoy, no ha vuelto a saber de él.

Al quedarse sola, su madre se fue a otra ciudad a buscar trabajo y ella se quedó a vivir con sus abuelos.

Estos trabajaban muy duro y apenas tenían para ir viviendo. Por ello querían que María, además de ser buena persona, estudiara mucho, para que tuviera un futuro mejor que el de ellos y el de su madre. María fue creciendo con ellos, pues su madre decía que no podía ocuparse de ella.

La niña, conforme fue creciendo, comenzó a cansarse de la vida que llevaba con sus abuelos, ya que sólo era estudiar, estudiar, y estudiar. Eso, al menos, es lo que ella sentía.

Cuando llegó a la adolescencia, dijo que quería irse a vivir con su madre, y se fue.

Su madre tenía poco tiempo para ocuparse de ella, se había acostumbrado a estar sola, y su hija era una carga.

María comenzó a hacer lo que quería, ya que pasaba el día sola. Dejó de ir al instituto y se pasaba todo el día en la calle con jóvenes como ella. De nada servían las “charlas” de sus abuelos y las broncas que, a veces, le echaba su madre. ¡Estaba harta de todo y de todos!

Por fin cumplió los dieciocho años ¡Ahora sí que iba a hacer lo que quisiera! Se marchó a vivir de ocupa con sus amigos, a fumar, a beber…! ¡A vivir la vida!

Pero, como para todo eso se necesita dinero y, ninguno estaba preparado para trabajar, la manera más rápida y fácil de ganarlo fue trapichear con droga. Hasta que los cogió la policía y fueron a la cárcel. A María la condenaron a tres años. Al entrar en la cárcel, se enteró de que estaba embarazada de mellizos. El padre era uno de los amigos, un drogadicto que también terminó en la cárcel.

Allí nacieron sus hijos y, mientras estuvo encarcelada, al menos no le faltó comida, ni techo, ni ropa. Pero cuando cumplió la condena se encontró con el problema de que, si no tenía donde vivir, le quitaban a sus hijos.

El único sitio donde podía ir a vivir era con su abuela.

Actualmente, su abuela vive con una pensión mínima en un piso tan pequeño que María y su abuela tienen que dormir en la misma cama, y sus dos hijos en otra habitación, también en una sola cama. María ha vuelto con su abuela a la misma casa de la que se fue cuando era niña. Con esa abuela de la que estaba tan harta porque la obligaba a estudiar y que ahora es la única que la ha recibido a ella y a sus hijos con los brazos abiertos. Viviendo con ayuda de Cáritas y Servicios Sociales, y buscando un trabajo que no encuentra.

¿Nació María con este destino o se lo buscó ella con sus acciones?

Espero que esta historia haga reflexionar a los jóvenes y les haga comprender lo necesarios que son los estudios para poder vivir, y que todas las decisiones que tomen en su momento les afectarán para bien o para mal a ellos y a los que les rodean para el resto de su vida.

Mercedes Gozálvez

Películas norteamericanas de los años noventa


Los años noventa fueron años de gran creatividad y originalidad, el público ya estaba harto de películas de mala calidad, casi siempre películas que copiaban a los clásicos o a otras películas, o con argumentos parecidos, o películas en la que se ganaban los Oscars interpretando a un personaje célebre, pero en éstos años surgieron películas  de gran calidad cómo Pulp Fiction del año 1994 de Quentin Tarantino, en la que el chulo de John Travolta se marcaba unos pasos con la sensual Uma Thurman , o veíamos a una guapísima Demi Moore llorando de amor tras aparecer el fantasma de su pobre marido difunto Patrick Swayze. Éste actor en la vida real murió a causa de un cáncer.
Nos reíamos con los comentarios con su famosa frase de la actriz afroamericana Whoopie Goldberg, (  ¡Tú vete a la tumba, tú vete a tu casa  me tenéis harta…. Harta). En la película” Ghost” del año 1990
La Lista de Schindler, película de Spielberg del año 1993, dejó huella por ser tan dura, pero magistral , un gran Liam Neeson y  otro grande Ralph Fiennes, la película obtuvo varios Oscars. Muy bien ambientada en la segunda guerra mundial.
En el año 1994, Tom Hanks gana el Oscar interpretando a un discapacitado mental cómo héroe de guerra., en la Película” Forrest Gump”
“Uno de los Nuestros”, gran película del año 1990 por la que Joe Pesci nos sorprende pidiendo a su madre que le regale un gran cuchillo de cocina, o que su compañera la actriz Lorraine Bracco, esconde un arma en sus bragas. Éste actor ganó el Oscar al mejor actor secundario.
Cómo anécdotas hay muchas y no quiero aburríos tanto y mucho menos destripar películas, hay una larga lista, mencionaré unas pocas que dejaron huella como “Cadena Perpetua”, en la que nos sorprendió Morgan Freeman y Tim Robbins en el año 1994.
“El Silencio de los Corderos “ llegó en el año 1991,fue muy comercial y un psicópata Anthony Hopkins y una detective llamada Jodie Foster se llevaron el Oscar a los mejores actores.
“El rey León” película de Walt Disney arrasó llevándose dos Oscars por dos canciones como Hakuna Matata y el Ciclo de la Vida también del año 1994.
“Parque Jurásico “basado en el libro de Michael Crihton, Spielberg nos sumerge en un mundo lleno de dinosaurios. El año 1993 multitud de niños pedían  a los padres dinosaurios de goma, y libros.
Kevin Spacey  en el año 1999 ganó el Oscar por “American Beauty, película con fuerte crítica social de la sociedad norteamericana. En éste año su compañera de  la película Annette Bening, inicia un romance con Warren Beatty, mencionemos también la magistral Matrix, del 1999 con Keanu Reeves, película de artes marciales con toque cibernético y de ciencia ficción.
“El club de la Lucha” con Edward Norton y Brad Pitt, nos introduce en el mundo del hampa y las luchas clandestinas, en el año 1999, película atrevida en los diálogos, escenas violentas y cierto sarcasmo, con una sensual Helena Bonham Carter en un triángulo amoroso con los dos atléticos actores.
“Heat” del año 1995 nos sorprende Robert de Niro y Al Pacino en una corrupción policial.
American History X, Edward Norton nos sorprende como un nazi zumbado, en el año 1998, la sociedad americana va rompiendo moldes y temas tabú como el nazismo.
Frances Macdormand casada con uno de los hermanos Cohen, gana el Oscar Por Fargo dirigida por su cuñado y su marido, en el año 1996.
Brad Pitt nos sorprende en” Seven” en el 1995 buscando a un psicópata, y en ese mismo año nos sorprende Mel Gibson con Braveheart sobre la vida del héroe escocés.
Tom Hanks nos vuelve a impresionar en “Salvar al Soldado Ryan “de Spielberg en el año 1998. Linda Hamilton y el culturista actor Arnold Swarzenegger no dejan a nadie indiferente con Terminator2,( el Juicio Final) en el 1991.
El año 1995 los niños se deleitaron con “ Toy Story,” fantasía animada de juguetes de la industria Pixar que cobran vida, con Woody un vaquero y un guerrero espacial.
“Bailando con Lobos” la gran película del año 1990 el galán Kevin Costner nos sorprende con ésta película  ambientada en la guerra de Secesión. La dirige él y se lleva varios  Oscars. La banda sonora es una de las más bonitas según los críticos.
“Titanic” del año 1997, la película de los 12 Oscars,  con Leonardo Di Caprio y Kate Winslet,El último Mohicano “con Daniel Day Lewis el actor  de los tres Oscars y Madeleine Stowe, la actriz más natural de Hollywood según los críticos. La banda sonora de la película del año 1992, todo un icono musical en documentales, y espectáculos, o en Ghost con el famoso tema de Melodía Encadenada del duo Righteous Brothers. O la banda sonora de Titanic cantando el tema central por la canadiense eurovisiva Celine Dion que hace años ganó el festival de Eurovisión.
 Tampoco podía faltar el joven Haley Joel Osment  en el año 1991 con su famosa frase “En ocasiones veo muertos en el “Sexto Sentido”, película en la que el actor de la serie “Luz de Luna,”Bruce Willis le catapultó como actor dramático, en la que el público se cansaba de verle en “ La Jungla de Cristal”, películas que dejaron huella, faltan más pero ya os haré otro artículo para una segunda parte y tengo en mente otras dedicadas al cine clásico y al cine español o europeo.
Miguel Ángel Ibáñez

martes, 3 de abril de 2018

The Greatest Showman

No quedándome satisfecha con la crítica literaria que hice de “Los miserables” (Victor Hugo) quisiera comentar “The Greatest Showman”, independientemente de los aspectos técnicos, coreografías, costes y quien dirige el film. The Greatest Showman es un arrollador espectáculo que nos impacta desde el inicio, cuando se ven a dos niños sorbiendo sopa y se escapan de su hogar en busca de una “ilusión”. Nuestro protagonista Hugh Jackman es un soñador o, más bien, un creador de fantasías que emprende un proyecto que, a pesar de las trabas y dificultades que se encuentra por el camino, lleva a cabo todo un “ideal” de circo que, a más de uno, nos deja boquiabiertos o con ganas de ir a más. La gran convicción que posee el protagonista de The Greatest Showman para atraer a todo tipo de personas, unas por su gran poder de seducción, otras, por su marginalidad nos hipnotiza. No son sólo los números musicales, hay muchos elementos de interés, por ejemplo los bailes, díficiles de describir. Aunque existe una aparente “superficialidad” en la película hay cambios o giros que producen en el espectador emociones muy positivas, y otras no tanto. Es verdad, como afirman algunos críticos, que no hay que confundir lo que es el “Gran Showman” con P.T. Barnum, y la historia real, pues más de uno se podría llevar una gran decepción. Barnum no vivió los dramas que aparecen en escena. La pretensión del que ha realizado el guión es mostrarnos un Hugh Jackman que lucha contra viento y marea y que lo arriesga todo hasta que casi es devorado por su propio sueño para poder dar a su mujer y sus hijos la vida que él cree que se merecen y que desea hacerla realidad. En definitiva “El Gran Showman”es un grandioso espectáculo que nos deja unas buenas dosis de optimismo y colorido y lo realmente importante es que tiene un final feliz… Ya que te conquista por la forma de abordar los hechos y por su magia cinematográfica.

lunes, 2 de abril de 2018

La Virgen de la Cueva

  Haciendo un recorrido por diversos pueblos del norte de la Península Ibérica me sorprendió uno muy bonito y pequeño, no tendría más de veinte habitantes, al pie de los Picos de Europa. Paseando por sus calles, me encontré con un amable anciano con el que entablé una conversación muy amena. Me habló de su pueblo, de sus gentes y sus costumbres.

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  Anochecía, era una tarde fría de noviembre: “Pero… pase adentro que hace frío”, me dijo. Acepté su invitación y una taza de café junto a la chimenea donde ardían unos troncos de leña. Allí, al amor de la lumbre, continuamos nuestra conversación y me contó una leyenda.

  Dicen que allí vivió un ermitaño muy pobre. Un borrico y una cabra eran sus únicas posesiones. Cada mañana subía al monte a lomos de su borrico en busca de castañas, avellanas o alguna otra cosa con la que alimentarse. Con esto y la leche que le daba su cabra, sobrevivía. Siempre hacía el mismo recorrido, pero un día, en la mitad del camino le sorprendió una gran tormenta y se refugió en una cueva que había al pie de la montaña. Allí pasó más de dos horas y se quedó dormido viéndose en sueños al lado de una ermita. Cuando despertó, la lluvia había cesado e intentó salir para reemprender su trayecto pero un gran resplandor le deslumbró y su burro parecía clavado en el barro, negándose a retomar la marcha: pensó que algo sobrenatural estaba ocurriendo.

  A partir de ese momento, día tras día fue subiendo piedras a lomos de su burro y consiguió edificar una ermita con sus propias manos. Desde entonces se la conoce como la ermita de la Virgen de la Cueva. Según mi anciano amigo, allí se encontraba el origen de la canción que todos hemos cantado alguna vez:

“Que llueva, que llueva
la Virgen de la Cueva…”

  En lo alto de su espadaña hay una campanilla y cuando hay tormentas la hacen sonar y las nubes desaparecen, hecho recogido en una coplilla que cantan los lugareños:

“Campanita, campanita
deja de sonar
que a montañas más lejanas
voy a descargar”

  Todos los años, por la fecha en que se construyó la ermita, se celebra una gran romería donde acude mucha gente en peregrinación desde distintos lugares, por costumbre, curiosidad o, tal vez, cumpliendo una promesa.
Resultado de imagen de Ermita de Nuestra Señora de la Flor


  P. Santoyo
  Abril 2018