martes, 3 de abril de 2018
The Greatest Showman
No quedándome satisfecha con la crítica literaria que hice de “Los miserables” (Victor Hugo) quisiera comentar “The Greatest Showman”, independientemente de los aspectos técnicos, coreografías, costes y quien dirige el film. The Greatest Showman es un arrollador espectáculo que nos impacta desde el inicio, cuando se ven a dos niños sorbiendo sopa y se escapan de su hogar en busca de una “ilusión”. Nuestro protagonista Hugh Jackman es un soñador o, más bien, un creador de fantasías que emprende un proyecto que, a pesar de las trabas y dificultades que se encuentra por el camino, lleva a cabo todo un “ideal” de circo que, a más de uno, nos deja boquiabiertos o con ganas de ir a más. La gran convicción que posee el protagonista de The Greatest Showman para atraer a todo tipo de personas, unas por su gran poder de seducción, otras, por su marginalidad nos hipnotiza. No son sólo los números musicales, hay muchos elementos de interés, por ejemplo los bailes, díficiles de describir. Aunque existe una aparente “superficialidad” en la película hay cambios o giros que producen en el espectador emociones muy positivas, y otras no tanto. Es verdad, como afirman algunos críticos, que no hay que confundir lo que es el “Gran Showman” con P.T. Barnum, y la historia real, pues más de uno se podría llevar una gran decepción. Barnum no vivió los dramas que aparecen en escena. La pretensión del que ha realizado el guión es mostrarnos un Hugh Jackman que lucha contra viento y marea y que lo arriesga todo hasta que casi es devorado por su propio sueño para poder dar a su mujer y sus hijos la vida que él cree que se merecen y que desea hacerla realidad. En definitiva “El Gran Showman”es un grandioso espectáculo que nos deja unas buenas dosis de optimismo y colorido y lo realmente importante es que tiene un final feliz… Ya que te conquista por la forma de abordar los hechos y por su magia cinematográfica.
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