Recientemente los medios de comunicación me han proporcionado imágenes o comentarios que me han llevado a preguntarme: ¿Hasta cuándo?
Para conseguir determinados logros, somos capaces, en muchas ocasiones, de desacreditar al prójimo. ¿Hasta cuándo?
Lo habitual es que, si se pretende desalojar de un cargo, destino, etc. a alguien, no sea para poner al más idóneo, sino que se recurra al consabido “quítate tu que me pongo yo”, o quien yo quiera. ¿Hasta cuándo?
Cuando se pretende la igualdad de sexos -cosa muy loable, por cierto-, se suele ir contra el machismo para imponer el feminismo, o viceversa. ¿Hasta cuándo?
Alguien pidió en su día: paz, piedad y perdón. Por el contrario, hay quien contrapone: riña, rencor y revancha. ¿Hasta cuándo?
Decía Antonio Machado:
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Ochenta años después determinadas personas, fundamentalmente políticos, nos siguen recordando las dos Españas. ¿Hasta cuándo?
Durante muchos años los “enemigos públicos números uno” eran los comunistas y los masones. Ahora es así -al menos con idea de insultar- casi todo aquello que termine en …ista: machista, feminista, fascista, franquista, nazista, y algún que otro …ista que quede por ahí. Total, que egoísta o similar van quedando casi como halagos. ¿Hasta cuándo?
Decía Agustín de Foxá que los españoles “estábamos condenados a ir siempre detrás de los curas, con el cirio o con el garrote”. Hay para quien parece sigamos estándolo. ¿Hasta cuándo?
Debiéramos reconocer que el hombre y la mujer somos iguales para unas cosas y diferentes para otras, pero siempre con los mismos derechos y obligaciones. Pero no es así. ¿Hasta cuándo?
Para Unamuno cuando en España se habla de cosas de honor, un hombre sencillamente honrado tiene que echarse a temblar. ¿Hasta cuando?
En palabras de Julio Camba: “la envidia del español no es conseguir un coche como el del vecino, sino conseguir que el vecino no tenga coche”. En muchos casos así lo sigo creyendo. ¿Hasta cuándo?
Aquel que puede robar y no lo hace por honrado, es tonto. El que dice que su palabra vale tanto como un documento, es idiota. El que se las da de patriota es facha. Para el que se tiene por progresista el otro es retrogrado. Si alguien habla de honor, como mínimo provocará alguna risita. De izquierdas, mínimo rojillo. De derechas, mínimo fachilla. ¿Hasta cuándo?
¿Llegaremos algún día a alcanzar un nivel cultural que nos permita evitar tanto interrogante?
Durante muchos años los “enemigos públicos números uno” eran los comunistas y los masones. Ahora es así -al menos con idea de insultar- casi todo aquello que termine en …ista: machista, feminista, fascista, franquista, nazista, y algún que otro …ista que quede por ahí. Total, que egoísta o similar van quedando casi como halagos. ¿Hasta cuándo?
Decía Agustín de Foxá que los españoles “estábamos condenados a ir siempre detrás de los curas, con el cirio o con el garrote”. Hay para quien parece sigamos estándolo. ¿Hasta cuándo?
Debiéramos reconocer que el hombre y la mujer somos iguales para unas cosas y diferentes para otras, pero siempre con los mismos derechos y obligaciones. Pero no es así. ¿Hasta cuándo?
Para Unamuno cuando en España se habla de cosas de honor, un hombre sencillamente honrado tiene que echarse a temblar. ¿Hasta cuando?
En palabras de Julio Camba: “la envidia del español no es conseguir un coche como el del vecino, sino conseguir que el vecino no tenga coche”. En muchos casos así lo sigo creyendo. ¿Hasta cuándo?
Aquel que puede robar y no lo hace por honrado, es tonto. El que dice que su palabra vale tanto como un documento, es idiota. El que se las da de patriota es facha. Para el que se tiene por progresista el otro es retrogrado. Si alguien habla de honor, como mínimo provocará alguna risita. De izquierdas, mínimo rojillo. De derechas, mínimo fachilla. ¿Hasta cuándo?
¿Llegaremos algún día a alcanzar un nivel cultural que nos permita evitar tanto interrogante?
David Díaz
David, me ha gustado mucho tu articulo, pues resalta los problemas actuales.
ResponderEliminarTenemos un pais maravilloso, somos gente buena, creo que todavía se nos puede calificar con valores, sociables etc
Pera nos empeñamos de continuo en los extremos, en lo que divide no en lo que nos une. Derechas o izquierdas. Ataques continuos a la iglesia.(cuando en estos momentos tantos y tantos son ayudados por personas anónimas) No somos respetuosos.No valoramos tantas cosas buenas que poseemos.
Si toda la fuerza que ponemos en destruirnos, la utilizamos en construir juntos.
Me da la sensación, que amamos muy poco a nuestro pais y nuestra gente. Estamos levantando la costra de heridas cicatrizadas. Es mas facil levantar barreras que construir muros
Podriamos dejar de tirar piedras sobre nuestro tejado
David, me ha gustado mucho tu articulo, pues resalta los problemas actuales.
ResponderEliminarTenemos un pais maravilloso, somos gente buena, creo que todavía se nos puede calificar con valores, sociables etc
Pero nos empeñamos de continuo en los extremos, en lo que divide no en lo que nos une. Derechas o izquierdas. Ataques continuos a la iglesia.(cuando en estos momentos tantos y tantos son ayudados por personas anónimas) No somos respetuosos.No valoramos tantas cosas buenas que poseemos.
Si toda la fuerza que ponemos en destruirnos, la utilizamos en construir juntos.
Me da la sensación, que amamos muy poco a nuestro pais y nuestra gente. Estamos levantando la costra de heridas cicatrizadas. Es mas facil levantar barreras que construir muros
Podriamos dejar de tirar piedras sobre nuestro tejado