domingo, 31 de mayo de 2020

Sobre el coronavirus



Algo terrible cuyo final nadie es capaz de anticipar con exactitud, que se ha llevado por delante tantas vidas, con situaciones muy dramáticas; véanse las imágenes del Palacio de Hielo con colas de coches fúnebres... Se ponen los pelos de punta.

En nuestra familia, mi cuñada (mi hermana) lo ha pasado, y nosotros hemos sufrido bastante, pues ella ha estado sola y creíamos que se iba, solo con las indicaciones médicas a través del teléfono. Gracias a Dios, ahí está con 80 años y muchas ganas de vivir.

Nosotros aquí seguimos, sin salir. Nos da reparo, viendo la irresponsabilidad de la gente según imágenes de los medios. Da miedo volver atrás. De momento estamos bien, con ganas de abrazar a los hijos y los nietos, aunque nos vemos por videollamada y jugamos al bingo.

Por lo demás, un apunte político: la triste imagen que proyectan en medio de la tragedia humana, sanitaria y económica.

Bartolomé y Josefa

martes, 26 de mayo de 2020

Coronavirus 2020

Todo comenzó allá por el mes de febrero, mientras hacíamos vida normal, ajenos a lo que se nos venía encima. Nadie nos informó de la grave situación hasta el 14 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma. A partir de ese día cambiaron nuestras vidas.

El domingo 15 de marzo regresaba de Segovia, donde había pasado el fin de semana, como suelo hacer. ¡Quién nos iba a decir que íbamos a vivir esta experiencia! ¡Perdimos nuestra libertad, lo más preciado, y a día de hoy todavía no la hemos recuperado! ¡Quién sabe cuándo!

Desde entonces se acabaron las reuniones familiares y de amigos, con la preocupación de que alguien cercano enfermara, aterrorizados por las cifras de enfermos y fallecidos. Seguro que todos tenemos personas cercanas que lo han vivido. Hemos tenido que cambiar temporalmente nuestro estilo de vida y vivir en aislamiento. Esto hace que muchas personas nos sintamos inquietas, deprimidas, con insomnio y muchísimo miedo a salir para ir, por ejemplo, al supermercado, y ver a tantas personas esperando para entrar. Tanto es así, que el primer día no esperé; regresé a casa, tropecé, y me caí. Una persona me ayudó a levantarme y me vi con heridas en manos, rodillas, codos...

Es una gravísima situación, tanto sanitaria como económica, la que estamos viviendo, aunque parece que esto empieza a cambiar… Pero el escenario ha sido apocalíptico, con un miedo caótico a contagiarnos, sobre todo los primeros días. ¡Qué sufrimiento el de aquellas familias que han perdido a sus seres queridos sin posibilidad de poder acompañarlos en esos momentos tan difíciles!

Si algo hemos aprendido, es el valor de lo pequeño.

Me uno al dolor de sus familias.

Descansen en Paz.
Ana María López

domingo, 24 de mayo de 2020

Reflexiones sobre el COVID-19

José Luis López Saura

Maricarmen Prieto

Día 10 de marzo de 2020

—La empresa me ha dicho que os comunique que mañana se cierran los colegios durante 15 días en toda España; los casos de coronavirus han aumentado mucho y hay que proteger a los niños —dijo la coordinadora del colegio donde estaba trabajando de monitora.

Para mí todo empezó ese 11 de marzo. Luego, dos días después, el presidente del gobierno Pedro Sánchez anunció que se decretaba el estado de alarma por 15 días y que comenzaría el 14 de marzo. Era la segunda vez que se implantaba en España en 42 años de democracia.

Muchas personas de mi entorno y yo misma creíamos que, efectivamente, en 15 días estaba solucionado el problema, y todo se quedaría en poca cosa; y más cuando nos decían desde el Ministerio de Sanidad y los científicos especialistas en pandemias que nuestra sanidad era fuerte y sabría atajar esta crisis sanitaria. La verdad es que los casos iban creciendo muy deprisa, y no fue nada sencillo. La situación estaba siendo muy complicada, y es que estábamos inmersos en una grave pandemia global, y la sanidad no daba abasto, hacían falta muchos profesionales, se contrataba a muchísimos profesionales de la sanidad, y a auxiliares como celadores, para atender los numerosísimos casos que se estaban produciendo. Fueron unas semanas muy duras. En estas circunstancias tan críticas nos dimos cuenta de cuán frágil es la sanidad de cualquier país ante una pandemia de estas características. Pero a pesar de todo, los profesionales sanitarios han dado todo lo que estaba en su mano, se han dejado la piel, la mayoría de las veces han trabajado sin el material de protección adecuado, y eso les ha causado muchos casos positivos por la COVID-19. Hay un porcentaje muy alto de afectados, y es que han estado trabajando por encima de sus posibilidades, trabajando sin descanso, con mucho estrés, y eso ha hecho mella en su estado anímico y en sus fuerzas, por lo que les tendremos siempre que agradecer toda su entrega. Los ciudadanos, en agradecimiento a todo su esfuerzo, salíamos a los balcones a aplaudir para darles mucho ánimo y transmitirles el apoyo de la ciudadanía a toda su labor. Los aplausos también eran para los no sanitarios, los transportistas, los farmacéuticos, todas las personas y empresas esenciales que trabajaron en esos días tan caóticos en España. Ellos nos hicieron la vida más fácil mientras se jugaban sus vidas.

Evidentemente, ante esta situación de crisis sanitaria el presidente del gobierno ha tenido que proponer más estados de alarma, los cuales han salido adelante con una mayoría en el Congreso de los Diputados, a veces con un sí unánime, y otras veces con abstenciones.

Ya han pasado setenta días desde la primera proclamación del estado de alarma, y aquí seguimos. Aún no hemos recuperado del todo la vida que teníamos antes de la pandemia. El país va entrando poco a poco en la llamada “nueva normalidad”, por fases; estamos inmersos en una desescalada. Creo que el Gobierno la está haciendo de manera lenta y progresiva para evitar que haya rebrotes y que se puedan volver a colapsar los hospitales y las UCIs.

Esta pandemia va a dejar una crisis global muy fuerte a nivel económico. España lo va a acusar muy especialmente, ya que la mayoría de sus ingresos vienen dados por el turismo y es ese sector el que está más afectado, y a corto y medio plazo va a ser difícil que se pueda volver a los niveles de visitantes de fuera de nuestras fronteras.

Solo en España hay millones de personas que han sufrido un ERTE, hay muchas familias que no tienen ingresos y tienen que acudir a los bancos de alimentos. Antes de la grave crisis sanitaria ya había familias que tenían que acudir a estos organismos a pedir ayuda, pero ahora se han multiplicado por cuatro las familias que necesitan de ella.

Este gobierno ha aprobado el ingreso mínimo vital, que por lo menos paliará un poco la necesidad económica por la que están atravesando muchas familias, al menos hasta que volvamos a la normalidad, y la economía vuelva a resurgir con fuerza en nuestro país.

A estas alturas de la pandemia, los partidos de la oposición se han implantado en el "no" a todo lo que propone el Gobierno. No están mirando por los ciudadanos, no están siendo objetivos con lo que está sucediendo en el país. La clase política tendría que estar a la altura de las circunstancias tan graves de salud pública, deberían arrimar el hombro y dejar de hacer oposición; ya habrá tiempo de eso.

Por decir algo positivo de esta pandemia, es maravilloso cómo la naturaleza ha salido beneficiada de este parón en la vida de los habitantes de este planeta. La especie humana somos los destructores de este hermoso planeta, nos han llegado imágenes de cómo se ha regenerado el agua de los ríos, de los canales de Venecia, cómo la contaminación ha desaparecido casi al completo... Se ha respirado un aire más limpio, y hasta los animales han hecho suyas las ciudades. Hemos tenido preciosas imágenes de la transformación del planeta en pocas semanas de confinamiento.

Ahora que ya podemos empezar a salir de este confinamiento, debemos ser más prudentes y conscientes de que no nos podemos relajar, de que cualquier error nos llevará otra vez a una situación insostenible para las urgencias y UCIs de los hospitales, y no nos lo podemos permitir por lo que ello supone para todo el país.

Ha sido una experiencia muy fuerte para esta generación. Este parón nos ha tenido que valer para algo, cuando menos para que haya un cambio a nivel personal y social. Quiero creer que esta pandemia ha sacado lo mejor de las personas. Ha habido una gran generosidad por parte de muchas personas, organismos y colectivos profesionales.

Somos un gran país y necesitamos unos políticos que estén a la altura.

sábado, 23 de mayo de 2020

Biografía de mi querida abuela


Por Jean William Molenthiel

Mi abuela se llamaba Rose Saña. Nació el 22 de marzo de 1932 en la capital del Senegal, que es Dakar, y falleció el 10 de abril de 2013 en la misma ciudad. Sobre su fecha de nacimiento en 1932 podemos decir que vio la Segunda Guerra Mundial pero no estuvo en la guerra; estuvo su marido, que sí era un militar.

Cuando ella era joven estudió en Costa de Marfil y volvió a Senegal para ser costurera en un hospital que se llama "Dantec". Mi abuela era una persona ambiciosa y trabajadora; por eso empezó una carrera política junto a su marido. Pero su marido era un contable financiero, y ella activista en un partido político llamado PS (Partido Socialista) durante la primera legislatura del primer presidente del Senegal Leopold Sedar Senghor.

Rose Saña, mi abuela

Léopold Sédar Senghor

Poeta, ensayista y político -presidente de Senegal entre 1960 y 1980-, Léopold Sédar Senghor fue el primer africano en ocupar un asiento en la Academia Francesa y fundó el partido "Bloque Democrático Senegalés". Tenía una tienda de alimentos y participó en la construcción de una iglesia muy famosa en mi país llamada "Mártires de Uganda", uno de cuyos creadores fue un español que se llamaba George. Había dedicado toda su vida a la Virgen María -por eso estaba en un grupo de oración que habla solo de las maravillas de la Virgen María- y, para terminar, fue en peregrinación a Jerusalén en 2007.

Léopold Sédar Senghor, primer presidente de Senegal



viernes, 22 de mayo de 2020

Serafín Morales Bodas

Retrato familiar. Serafín aparece detrás de su padre Juan.



Por Marta Mena

Sirvan estas líneas como pequeño homenaje a una de tantos de millones de personas que murieron por culpa de la barbarie del hombre contra el hombre. Es un pequeño homenaje a mi tío abuelo Serafín Morales Bodas, que sirvió y luchó por su país, viéndose obligado a emigrar a Francia, donde la sinrazón del nazismo le arrebató lo más querido, que es la vida…

Un homenaje que he de agradecer a mi tío Guillermo, quien, durante muchos años, ha ido recopilando toda la información, para que por lo menos no se quede en un cajón, y nos sirva para conocer y no olvidar esa parte siniestra y trágica de nuestra historia.

Mi tío abuelo Serafín Morales Bodas nació en Talavera de la Reina (Toledo) el 12 de noviembre de 1917, en una familia muy humilde.

Desde muy pequeño empezó a trabajar en el campo junto a sus padres para ayudar a subsistir a la economía familiar.

En septiembre de 1936, ante el avance hacia Talavera de la Reina de las tropas franquistas, él y muchos talaveranos huyen a Madrid.

Es en Madrid donde se alista en el ejército gubernamental de la República, entrando a formar parte como guardia de asalto con destino en Barcelona.

Foto vestido de uniforme

El 1 de abril de 1939, con la derrota militar de la República, huye a Francia, donde es ingresado en un campo de concentración en Compañías de Trabajadores Españoles (CTE), como tantos y tantos exiliados que huyeron por la frontera francesa.

El 4 de septiembre de 1939 se encontraba en Bourg-Saint-Maurice, al este de Francia, en los Alpes, muy cerca de la frontera con Suiza, desde donde escribe una carta a la familia con una foto suya.
Transcribo las líneas de la carta:
Con pruebas del cariño que hacia vosotras mis queridas hermanitas siento, os dedico este pequeñín recuerdo. Creo lo recogeréis con el mismo cariño con que vuestro querido hermanito os lo dedica, y lo es Serafín Morales.
Bourg Saint Maurice 4-9-39 (Francia)


El 10 de abril de 1940 Alemania ataca a Francia. Los españoles presos en las CTE son obligados a ingresar en el ejército francés. Serafín es uno más de todos los republicanos españoles que comienzan a luchar en la Segunda Guerra Mundial formando parte del ejército francés.

Es el 21 de octubre de 1940 cuando el nombre de Serafín Morales Bodas figura en la “Liste officielle nº 34 de PRISONNIERS FRANÇAIS” como prisionero del ejército alemán, proveniente de la 2ª CTE. Se encuentra recluido en el Campo de Belfort (Francia), cerca de las fronteras con Alemania y Suiza.

Recorte del listado oficial de prisioneros donde aparece el nombre de Morales Bodas (Serafín)



El 23 de octubre de 1940, Franco se reúne con Hitler en Hendaya. Es entonces cuando los españoles son trasladados al norte de Alemania, al campo de concentración STALAG XI B de Fallingbostel, situado al norte de Hannover. Serafín tendría el nº 87057.

Los alemanes mandan una carta al gobierno español diciendo que tienen unos 2.000 prisioneros españoles, preguntando qué hacer con ellos. Al no obtener respuesta, mandan una segunda carta. Entonces la respuesta fue tajante: no eran españoles, que hicieran con ellos lo que quisieran. Esta respuesta supuso una sentencia de muerte para la mayoría de ellos, no sin antes sufrir la extrema crueldad del sistema de reclusión nazi.

El 27 de enero de 1941 es trasladado al campo de concentración de MAUTHAUSEN, en Austria, donde pasaría a ser el prisionero nº 5636. Era lo que lo alemanes denominaban «Rotspanier», rojos españoles, apátridas y enemigos públicos. Fue un prisionero republicano más en Mauthausen, donde sería obligado a trabajar en su tristemente famosa cantera de granito, en unas condiciones infrahumanas, debiendo subir esos 186 peldaños de la escalera de la muerte.

Como curiosidad, ingresa en el campo el mismo día que Francisco Boix, fotógrafo de Mauthausen, que tuvo la fortuna de sobrevivir a aquel infierno y cuya aportación en forma de fotografías y testimonio en los juicios de Núremberg, sirvió para incriminar a altos jerarcas nazis. Su experiencia es llevada al cine en 2018 en la película “El fotógrafo de Mauthausen”.

El 29 de marzo de 1941 es trasladado al Campo de GUSEN (un subcampo de Mathausen) con el Nº 11355.

El 27 de noviembre de 1941, Serafín Morales Bodas fallece a las 00:30 horas de pleuresía (según el parte oficial) a los 24 años de edad.
Registro Civil Oficial de la República Alemana, fechado el 18 de febrero de 2002, donde se consigna la muerte el 27 de noviembre de 1941 en Gusen.


Carta de la Cruz Roja Internacional, con los últimos datos del traslado y muerte en Gusen, con las causas y fecha de incineración. Aparece como Schutzhaft (persona peligrosa para el Reich por su ideología, religión o raza)


El 30 de noviembre de 1941 su cuerpo es incinerado en los hornos crematorios de Mauthausen-Gusen.

El 25 de enero de 2018, el ayuntamiento de Talavera de la Reina aprueba colocar una Placa Homenaje con el nombre de los talaveranos muertos en Mauthausen.


Para saber más, haz clic aquí

jueves, 21 de mayo de 2020

Confinada

José Luis López Saura

Voy a contaros cómo está siendo la experiencia del confinamiento. La verdad es que es una situación rarísima... Durante estos días ha habido ratos de pensar mucho en mi familia, por lo que les pudiera pasar, aunque afortunadamente no tenemos que lamentar ninguna pérdida. Yo me siento muy afortunada, porque mis hijos han estado y están muy pendientes de mí. Otros ratos han sido más angustiosos, porque ha fallecido un vecino con el que siempre nos hemos llevado muy bien, y la impotencia de no poder acompañar a sus hijos y darles un abrazo ha sido muy dura y triste.

Quiero deciros una cosa realmente rara que me ha pasado: yo tengo por costumbre leer bastante; pues bien, durante este tiempo me ha sido imposible hacerlo, no me concentraba, ¡no podía!. Terminaba una página y no sabía lo que había leído.

Ahora estoy mejor, ya puedo salir a pasear, y esto es otra cosa, aunque os digo que también me ha costado un poquito reiniciar la marcha, porque hace dos meses yo andaba cerca de dos horas aproximadamente, de diario. El primer día que salí a caminar, no tuve en cuenta el tiempo transcurrido, y claro, los dolores musculares al día siguiente fueron de campeonato; en fin, que yo hice como Fray Luis de León: “Y decíamos ayer...” (guardando las distancias, por favor).

Otra de las cosas que estamos sufriendo es la incertidumbre de no saber qué va a pasar con todo esto, porque no es lo que ha pasado (que ya es bastante), sino lo que tiene que venir, la situación económica, el paro, la enseñanza... Pero sobre todo la salud, porque como no encuentren pronto una vacuna, va a ser muy complicado salir adelante. A pesar de que la gente piense que con la desescalada se va a terminar todo, están muy confundidos.

No quiero daros la impresión de ser pesimista, ni mucho menos, no lo soy. Esto es una reflexión que me hago, y por supuesto, creo que de esto vamos a salir, con toda seguridad.

También he trabajado mucho con el ordenador durante estos días. Me ha servido de entretenimiento para matar las horas. Nunca estaré lo bastante agradecida al CEPA Pablo Guzmán y a todos sus profesores de lo mucho que he aprendido asistiendo a clase. Espero, el curso que viene, poder reiniciar las clases y volver a ver a profesores y compañeros.

Conchi Castellanos

Ana de Peralta


Ana de Peralta fue una mestiza nacida en Huachi (Ambato, Tungurahua, Ecuador) que decidió levantarse contra una Cédula Real, dictada por los Reyes de España, en la que se prohibía que en la Real Audiencia de Quito las mujeres mestizas pudieran vestir prendas propias de las mujeres indígenas, por considerar que atentaban contra la decencia, y así mismo se prescribía que no debían utilizar la ropa propia de las mujeres españolas, por no ser dignas de llevar estas prendas. Estamos hablando del siglo XVII o XVIII.

Fue la creadora del primer movimiento de mujeres en la Real Audiencia de Quito, y su presencia se inscribe con la de otras grandes rebeldes anónimas que enseñaron a luchar por la libertad y los derechos de la mujer. Cuentan que fue capaz de movilizar a 30.000 mujeres.

En su vestimenta portaba una prenda color azul cielo que fue tomada como signo de rebeldía y se le llamaba “La Peralta”.

Se desconoce su propio apellido y solo se cita el de su esposo, que era comerciante. Desde aquí la reivindicamos como mujer luchadora por el derecho a vestir como ella quería, dado que el problema por el que se publicó la Cédula Real fue porque se quería controlar el apetito sexual de los hombres obligando a las mujeres a ir más tapadas, además del tema de exclusión por clase social.

Se le atribuyen estas palabras: “Si no somos dueñas de nuestro vestido, pobre prenda que cubre nuestro cuerpo y la cual adquirimos con el esfuerzo del trabajo diario, entonces ¿de qué somos dueñas, si no podemos tener la mínima libertad para escoger lo que va a cubrir nuestra desnudez? ¿Qué podemos escoger, si es un pecado sentirnos bien, presentarnos adecuadamente ante los demás? ¿De qué otro pecado no se nos podrá acusar?”

Cristina Coronel

miércoles, 20 de mayo de 2020

¿Tú citas o corta-y-pegas?



Te han mandado un trabajo en el cole y no tienes ganas de hacerlo. Buscas en Internet y copias una entrada completa de la Wikipedia sin leerla, ¿te mereces una buena nota? Sabes que no. Sin embargo no te falta tanto para hacer las cosas bien… Piénsalo. Si hubieras leído ese texto seguro que te habría provocado más de una idea, lo habrías hecho tuyo, habrías reflexionado y entonces sí, te merecerías esa nota. Lee unos cuantos consejos.



1. Justifica lo que copias. Los profesores te suelen dar a elegir cuando haces tus trabajos. ¿Por qué elegiste ese tema en particular y no otro? ¿Es cercano a ti? ¿Te importa por alguna razón? Antes de abordar un tema, explica al lector que te ha llevado por ese camino y no por otro.

2. Relaciona las ideas. Todos los textos plantean un tema principal. Si descubres el fondo de la cuestión, también puedes contraponer otros textos que hablan del tema. Puedes iniciar un debate con una idea contraria, o añadir otras que la apoyan. No importa si prefieres argumentar o no, pero es bueno que demuestres que sabes cuál es el fondo de la cuestión.

3. Valora. Nunca copies nada sin añadir algo tuyo. Es como una conversación; si tu amigo cuenta algo, tú respondes para que sepa que estás al otro lado y que no está hablando con la pared. Los textos científicos y humanísticos son como ese amigo, lanzan ideas y esperan que tú respondas, comentes, observes, objetes, o aplaudas. No te quedes callado como un pasmarote. Aunque parezca que tu opinión no importa, en realidad, es lo que importa.

4. Atribuye. Sea lo que sea, si no es tuyo, no lo copies como si lo fuera. Los autores de la Wikipedia no escriben su nombre, pero es bueno que digas siempre que es de la Wikipedia. Si el autor es importante, su nombre realzará tu trabajo. Cuando citas, pones las cosas en su sitio. El que te lee sabe de dónde viene la información y puede acudir a la fuente para comprobar, para copiar o para ampliar. Así pues, cada uno de tus trabajos debe ir acompañado de una lista de fuentes que diga bien claro de dónde sacaste la información.

Es así de sencillo, el mismo texto copiado puede ser un robo si lo publicas como tuyo, o bien, una bella cita de otro autor que dará más valor a lo que has escrito. No tengas miedo de copiar siempre que lo hagas con criterio.

lunes, 18 de mayo de 2020

Ecuatoriana




Les voy a hablar un poco de mi país, Ecuador:

Ecuador tiene cosas maravillosas, y la principal es su gente. Los ecuatorianos son muy alegres y respetuosos. Es un país que tiene mucho que ofrecer, aunque sus políticos no estén siempre a la altura... Destacamos en muchas especialidades, como la exportación de cacao, uno de los mejores en cuanto a flor y frutos. También tenemos de especial la naturaleza: la Amazonía y las Islas Galápagos, con su fauna tan peculiar. Me encanta mi país.

Ahora les hablaré un poco sobre mi vida:

Soy melliza, y la mayor de mis hermanos (tengo 50 años). Mi infancia no fue ni buena ni mala, hasta donde yo recuerdo... Solo terminé mis estudios primarios, y luego me separé de mis padres, porque mi hermano mellizo era muy peleón conmigo, y les pedí a ellos que me dejaran ir a la ciudad a vivir con una hermana de parte de madre. Nunca pensé que me iba a ir mal con mi hermana y mi cuñado, pero bueno, el tiempo pasó y me fui a trabajar a una casa. Allí me trataban como si fuese de la familia, pero me explotaban con el trabajo.

Luego conocí al padre de mis hijos y me fui con él. A los tres años de estar juntos empezó mi calvario, pues comenzó a sacar todo lo malo de él. Mi vida en pareja fue muy mal. Tuve cuatro hijas, lo soporté durante diecinueve años, hasta que llegó el momento en que decidí dejarlo, y me dediqué a trabajar para sacar adelante a mis hijas. No me arrepiento de haberlas tenido, y estoy muy tranquila, pues ya son todas unas profesionales. Aunque me costó muchas lágrimas sacarlas adelante: hacer el papel de papá y mamá es muy duro. Pocas mujeres pueden soportar una carga familiar así.

A mi edad he vivido una bonita experiencia: conocer a un español. Por él estoy en este país, y al mismo tiempo aprovecho para conocer su cultura. Los españoles son muy “majos”, como ellos dicen.

Por ahora me estoy formando en el centro de adultos, donde todos los profesores y compañeros me han tratado muy bien. Tienen mucha paciencia.

Gracias por todo, mis queridos profesores.

Sigan así siempre.
Cristina Coronel (Secundaria N2)

Biografía de mi abuela

Mi abuela se llamaba Isabel y nació en 1891, más o menos (no lo recuerdo muy bien), en un pequeño pueblo llamado Sabiñánigo, un municipio de la provincia de Huesca (Aragón). Mi abuela tuvo catorce hijos. Uno lo perdió en la Guerra Civil española, en el año 1936, y otro lo perdió antes de nacer. Quedaron doce, y mi madre era la pequeña. Vivieron todos la Guerra Civil española, una época muy mala. Pocos recuerdos tengo de ella, pero nos cantaba y contaba muchas historias. Mi abuela murió en mis brazos. Fue muy triste. Yo tenía 19 años y la cuidaba. Era maravillosa. Siempre la recordaré.

Cuando nació mi abuela ocurrieron muchos acontecimientos, como las Elecciones Generales del 1 de febrero de 1891, que fueron convocadas en España durante la minoría de edad de Alfonso XIII, siendo regente su madre María Cristina de Habsburgo-Lorena.

A raíz del cuarenta aniversario de las primeras elecciones democráticas en España (1977) después de las celebradas en febrero de 1936, se nos recordó la campaña institucional para enseñar a votar a muchos españoles y españolas que nunca lo habían hecho, o para aquellos que habían podido hacerlo en el pasado y se encontraban ante una legislación electoral muy distinta. Pues bien, no fue la primera campaña para enseñar a votar. Cuando se reconoció el derecho al sufragio universal masculino en 1891, los socialistas publicaron en “El Socialista” unas instrucciones para que los obreros pudieran ejercer su derecho.

El 26 de junio de 1891 es una fecha importante en la historia electoral española, ya que se aprobó el sufragio universal masculino, gracias al Gobierno de Sagasta, dentro de su programa reformista liberal en el llamado "Parlamento Largo". La discusión sobre el sufragio universal provocó una gran polémica en las Cortes. El proyecto se inició con su lectura por parte de Moret en el Congreso a comienzos de diciembre de 1888. La polémica estaba servida, aunque tardaría en producirse la discusión parlamentaria como tal, ya que no tuvo lugar hasta mayo del año siguiente.

Las primeras elecciones generales con la nueva legislación se celebraron el 1 de febrero de 1891. En estas elecciones, como en las anteriores y en las sucesivas, se impuso la manipulación electoral propia del sistema de la Restauración. En relación a este fraude los socialistas hicieron multitud de denuncias que se reflejaron en las páginas de “El Socialista”, cuestión que merecería un estudio monográfico.

Mercedes Raposo


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Vincent Van Gogh


Vincent Willem Van Gogh fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del “postimpresionismo”. Nació el 30 de marzo de 1853 en Zundert, creció en Holanda, en una familia religiosa con su padre siendo un ministro. Cuando terminó sus estudios, Vincent siguió la profesión de su tío, se convirtió en comerciante de arte. Tuvo éxito, pero se cansó del negocio del arte.

Trabajó como misionero en una comunidad minera de carbón, donde vivía con los pobres trabajadores. Estancado como predicador, su vida de artista empezó ahí.

En 1880, a los 27 años, Van Gogh entró en la Académie Royale des Beaux Arts.

El invierno siguiente se enamoró. Su corazón se rompió y empezó a pintar.

En 1885 pintó su primera gran obra: “Los comedores de patatas”. Por este tiempo tuvo dificultades para encontrar el amor.



Sus pinturas eran difíciles de vender. Su hermano, Theo, comerciante de arte, le comentó que debería haber más color en sus obras, pues Van Gogh pintaba campesinos y paisajes rurales usando tonos de tierra oscuros. En ese tiempo, el impresionismo, con sus colores vivos y brillantes, se hacía popular. Al año siguiente se trasladó a París, donde se haría famoso discutiendo de arte con algunos de los artistas más vanguardistas e influyentes de su tiempo.


Su sueño como artista fue iniciar una colonia de artistas en Arlés, al sur de Francia. Lo consiguió, acompañado de Gauguin. Es cuando empezó a pintar su famoso “Girasoles”. Sin embargo, también fue una época de gran agitación, comenzando con un periodo de estancia en el hospital para enfermedades mentales y deterioro físico. Llegó al punto de mutilarse su propia oreja. Vincent entró en un manicomio. Aquí sus pinturas se volvieron un torrente de actividad y creó “La noche estrellada”, que se convirtió en su obra más popular.



En 1890 salió del manicomio. Trabajaba tanto que creó casi una pieza cada día. Vincent consideraba su vida una pérdida horrible, un fracaso personal e imposible. Intentó suicidarse pegándose un tiro en el pecho. Sobrevivió, pero días después murió de las heridas.

Su hermano Theo reunió la mayoría de sus obras, pero murió seis meses después de Vincent. La viuda de Theo llevó la colección de Van Gogh a Holanda y dedicó su vida a obtener el reconocimiento que merecía. Su reputación ha crecido desde entonces.

Jessica Sevillano

domingo, 17 de mayo de 2020

Esta situación nueva

—Jolines, ya está mamá otra vez con la musiquita —le dice Héctor a su hermano.

—¿De dónde habrá salido eso… tan horroroso?

—Pues igual que todos los días —le contesta Iván—. Oye, ¿te has fijado que ahora parece que nos dan muchos besos, parece que nos quieren más?

Pepita entra en la habitación y les dice:

—Venga niños, arriba, a levantarse que ya son las ocho y media.

—Mami, ¿qué es eso que suena y que es tan feísimo? —le pregunta Héctor.

—Es una música maravillosa —le contesta la madre—. La llaman la Ópera Chica y se llama Zarzuela, es nuestra música y es preciosa, debéis y tenéis que conocerla, porque, aunque sois pequeños, poquito a poquito os iréis acostumbrando a ella. Valoradla y algún día me lo agradeceréis.

—¿Y esto tiene que ser todas las mañanas?

—¡Pues vaya una forma de despertarnos! ¡Esto no es justo! —contesta Iván.

—A ti te gusta porque eres vieja, y nos quieres fastidiar el día —le contesta Héctor. Pepita hace que no los oye.

—Venga niños, venid al balcón que hoy hace un día precioso y veréis lo bonita y lo limpia que está la mañana hoy. Hacía mucho que no la veíamos con esa claridad —les anima su madre—. Hay que empezar el día dándole las gracias a Dios y pidiendo un deseo: que se muera pronto el “bichito”.

—Ya… —contesta Héctor—, y también cuando llegue la tarde.

—Como todos los días —replica Iván—, que sí… que tenemos que salir al balcón a aplaudir también por esas personas tan buenas, que se están sacrificando tanto, curando a todos esos enfermos que están tan malitos.

Así comienza una de las muchas mañanas. Los niños se dirigen al aseo y, a continuación, entre codazos y zancadillas, se encaminan a la cocina para ver quién de los dos se toma el trozo de bizcocho más grande; para continuar luego, como hace ya un tiempo, la misión de todas las mañanas. Pepita les apremia para que hagan las tareas del “cole”.

—Venga, que papá y yo también tenemos deberes que hacer, igual que vosotros.

Héctor e Iván no replican y se dirigen a su dormitorio, pero van comentando:

—No contábamos con esto ¿eh…? Nos han engañado un montón —le dice Héctor a su hermano.

—¿Te acuerdas del día que nos dijeron que no íbamos a volver al “cole”?  Lo contentos que nos pusimos, porque nos iban a dar vacaciones. Y sí, sí… Nos están mandando más deberes que antes, estamos madrugando igual. ¡Vaya fastidio! Por lo menos allí teníamos el recreo. 

La madre los oye y calla. Luego le comenta a su marido:

—Qué buenos son nuestros niños y cómo lo están llevando de bien; les hemos contado mitad verdad y mitad mentira.

Ya en el almuerzo, cuando están todos juntos, el papá les pregunta:

—¿Cómo lleváis la mañana, chavales? Que me ha dicho un pajarito que os ha oído quejaros...

—No… lo que pasa es que preferiríamos estar en el “cole” —contesta Héctor.

—¿Y eso? ¿Por qué? —pregunta el padre.

—Pues… Es que Diego me ha engañao con los cromos, el último día en el recreo, y se la tengo jurada, estoy deseando ir, porque ese se va a enterar...

—¿Solo por eso?

—Eso es una bobada, hijo, porque en este momento nos ha surgido un problema muy importante y hay que saber esperar, llegará el día en el que lo puedas resolver. Veréis, os voy a aclarar algo: una niña llamada Greta, algo mayor que vosotros, se ha dedicado a recorrer muchos países, avisándonos a los adultos, igual que muchos expertos también y jóvenes ecologistas, nos advirtieron que estábamos estropeando el planeta. No les hicimos caso y seguimos actuando igual, las mismas barbaridades, estropeando la Tierra, nos amenazaron con “tsunamis” en diferentes países, para escarmentarnos. Y como no rectificamos, el planeta nos ha enviado a este “bichito” que se nos ha colado por todo el mundo. Ha venido a castigarnos. El mundo se había convertido en muy materialista, solo nos importaban las cosas, no las personas, nos estábamos deshumanizando, y solo valorábamos lo que nos podía proporcionar el dinero. Nos faltaba humanidad, olvidando el contacto con las personas; nos mirábamos únicamente nuestro ombligo, y cuando el mundo salga de este confinamiento al que nos tienen sometidos, del que vamos a salir, descubriremos a las personas, que nos habrán dado una lección muy importante. Necesitamos muy poquito para ser felices. ¡Que no somos nada! ¡Que todos somos necesarios, y que nos necesitamos los unos a los otros! Pero, sabéis, lo peor, lo más triste, es que hemos defraudado a nuestros mayores, porque se nos ha quedado en el camino toda una generación. A nuestros abuelos y abuelas les debemos mucho, les tenemos que agradecer que trabajaran y se sacrificaran tanto, para que nosotros vivamos como lo estamos haciendo, y para que a vosotros no os falte de nada. Pero cuando este confinamiento se termine, ya nos encargaremos tu madre y yo de recordároslo.

Amelia González Luengo