José Luis López Saura |
Voy a contaros cómo está siendo la experiencia del confinamiento. La verdad es que es una situación rarísima... Durante estos días ha habido ratos de pensar mucho en mi familia, por lo que les pudiera pasar, aunque afortunadamente no tenemos que lamentar ninguna pérdida. Yo me siento muy afortunada, porque mis hijos han estado y están muy pendientes de mí. Otros ratos han sido más angustiosos, porque ha fallecido un vecino con el que siempre nos hemos llevado muy bien, y la impotencia de no poder acompañar a sus hijos y darles un abrazo ha sido muy dura y triste.
Quiero deciros una cosa realmente rara que me ha pasado: yo tengo por costumbre leer bastante; pues bien, durante este tiempo me ha sido imposible hacerlo, no me concentraba, ¡no podía!. Terminaba una página y no sabía lo que había leído.
Ahora estoy mejor, ya puedo salir a pasear, y esto es otra cosa, aunque os digo que también me ha costado un poquito reiniciar la marcha, porque hace dos meses yo andaba cerca de dos horas aproximadamente, de diario. El primer día que salí a caminar, no tuve en cuenta el tiempo transcurrido, y claro, los dolores musculares al día siguiente fueron de campeonato; en fin, que yo hice como Fray Luis de León: “Y decíamos ayer...” (guardando las distancias, por favor).
Otra de las cosas que estamos sufriendo es la incertidumbre de no saber qué va a pasar con todo esto, porque no es lo que ha pasado (que ya es bastante), sino lo que tiene que venir, la situación económica, el paro, la enseñanza... Pero sobre todo la salud, porque como no encuentren pronto una vacuna, va a ser muy complicado salir adelante. A pesar de que la gente piense que con la desescalada se va a terminar todo, están muy confundidos.
No quiero daros la impresión de ser pesimista, ni mucho menos, no lo soy. Esto es una reflexión que me hago, y por supuesto, creo que de esto vamos a salir, con toda seguridad.
También he trabajado mucho con el ordenador durante estos días. Me ha servido de entretenimiento para matar las horas. Nunca estaré lo bastante agradecida al CEPA Pablo Guzmán y a todos sus profesores de lo mucho que he aprendido asistiendo a clase. Espero, el curso que viene, poder reiniciar las clases y volver a ver a profesores y compañeros.
Conchi Castellanos
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