Algo terrible cuyo final nadie es capaz de anticipar con exactitud, que se ha llevado por delante tantas vidas, con situaciones muy dramáticas; véanse las imágenes del Palacio de Hielo con colas de coches fúnebres... Se ponen los pelos de punta.
En nuestra familia, mi cuñada (mi hermana) lo ha pasado, y nosotros hemos sufrido bastante, pues ella ha estado sola y creíamos que se iba, solo con las indicaciones médicas a través del teléfono. Gracias a Dios, ahí está con 80 años y muchas ganas de vivir.
Nosotros aquí seguimos, sin salir. Nos da reparo, viendo la irresponsabilidad de la gente según imágenes de los medios. Da miedo volver atrás. De momento estamos bien, con ganas de abrazar a los hijos y los nietos, aunque nos vemos por videollamada y jugamos al bingo.
Por lo demás, un apunte político: la triste imagen que proyectan en medio de la tragedia humana, sanitaria y económica.
Bartolomé y Josefa
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