Creo que a muchos de nosotros, después de esta catástrofe, la vida nos marcará con un antes y un después.
Parecía una película de terror, una de tantas que hemos visto a lo largo de nuestra vida. Quién nos iba a decir que seríamos los propios protagonistas… Me impactó aquel fatídico día, cuando por primera vez oímos: "cien muertos en China debido a un tipo de virus llamado coronavirus". Cada día que pasaba, la cifra de muertos aumentaba de una forma bárbara. Yo pensaba con cara de asombro: ¡Por Dios, somos personas, no números! Era como si la noticia no fuese con nosotros…
Hasta que llegó. Ya no era China. Ya era… ¡Mil muertos en España! Y así un día y otro... Desde entonces para mí los días se volvieron grises, pues el virus, tan expandido, se llevaba la vida de miles de personas… Amigos, hermanos, padres, madres… Aunque no fuesen nuestros, los sentíamos como tales.
Y cómo olvidarnos de los más afectados, nuestros mayores, esas personas que lucharon por lo que hoy tenemos construido. ¿Por qué no se luchó por ellos? ¿Por qué tenían preferencia personas más jóvenes o sin patologías? No pararía de hacer preguntas… No por buscar culpables, ni juzgar a nadie. Sé que nos vino grande este virus. Nadie estaba preparado, pero ya se veía venir…
Nunca os vamos a olvidar. Sois las estrellas que cada noche nos iluminan.
Siempre estaréis con nosotros.
Jessica Sevillano (Secundaria N2)
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