Trabajó como misionero en una comunidad minera de carbón, donde vivía con los pobres trabajadores. Estancado como predicador, su vida de artista empezó ahí.
En 1880, a los 27 años, Van Gogh entró en la Académie Royale des Beaux Arts.
El invierno siguiente se enamoró. Su corazón se rompió y empezó a pintar.
En 1885 pintó su primera gran obra: “Los comedores de patatas”. Por este tiempo tuvo dificultades para encontrar el amor.
Su sueño como artista fue iniciar una colonia de artistas en Arlés, al sur de Francia. Lo consiguió, acompañado de Gauguin. Es cuando empezó a pintar su famoso “Girasoles”. Sin embargo, también fue una época de gran agitación, comenzando con un periodo de estancia en el hospital para enfermedades mentales y deterioro físico. Llegó al punto de mutilarse su propia oreja. Vincent entró en un manicomio. Aquí sus pinturas se volvieron un torrente de actividad y creó “La noche estrellada”, que se convirtió en su obra más popular.
En 1890 salió del manicomio. Trabajaba tanto que creó casi una pieza cada día. Vincent consideraba su vida una pérdida horrible, un fracaso personal e imposible. Intentó suicidarse pegándose un tiro en el pecho. Sobrevivió, pero días después murió de las heridas.
Su hermano Theo reunió la mayoría de sus obras, pero murió seis meses después de Vincent. La viuda de Theo llevó la colección de Van Gogh a Holanda y dedicó su vida a obtener el reconocimiento que merecía. Su reputación ha crecido desde entonces.
Jessica Sevillano
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