De repente, apareció una niebla de la nada, y… ¡El señor desapareció!
Marta pensó que era un mago practicando un truco de magia. Marta se tranquilizó. Cuando… ¡Ah, un fantasma! "Tengo que llamar a la policía", pensó, pero… "¿quién ha cortado los cables del teléfono?"
De nuevo volvió a oír otro trueno enorme y se volvió a asomar por la ventana. Vio un coche y otra vez volvió a aparecer la niebla. ¡El coche también desapareció!
Marta estuvo dando vueltas y vueltas hasta que se le ocurrió una idea. ¡Todo aparece cuando suena el trueno y desaparece cuando aparece la niebla! La niebla solo puede ser cosa de fantasmas. Tengo que llamar al atractivo detective Spit Jackson para que resuelva el caso. Pero… ¿Como voy a llamarle si están cortados los cables? Si no lo puede hacer Spit Jackson lo tendré que hacer yo.
Llamó a su perro. ¡Rex vamos!. Salieron a la calle, pero Marta fue lista y cogió un bote de cristal. Cuando salieron oyeron el trueno. ¡Rex es el momento! Apareció la niebla y Marta abrió el bote de cristal y la niebla entró en el bote. Cerró éste rápidamente y entró en su casa. Con su ordenador analizó la niebla. En el ordenador ponía que esa niebla no existía.
A ver, ¡Ésta niebla es de un fantasma!. Entonces… ¿Cómo va a existir? Rex lamió su cara y Marta se dio cuenta que todo era un sueño.
Ya entiendo, ese sueño era imposible que ocurriera en la realidad
(Cuento de mi nieta Noemí)
Noemí Vargas Pinzolas
Genial....!!!
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