Primero de todo, y antes de seguir, quiero deciros que hablo desde un total respeto hacia todas las personas que puedan leer esto. Mi intención es no ofender a nadie.
Hay personas que creen que los animales han sido creados para servir al hombre. Si bien esto es cierto a medias, la cruda realidad es que, gracias a ellos, a los animales, el hombre ha podido realizar todas las faenas más tediosas, imposibles y pesadas que nadie pueda imaginar. Para su desgracia, en ocasiones, a fuerza de golpes, latigazos, e infinidad de bestialidades más. Con esto no quiero decir que todo el mundo se comporte de igual manera, gracias a Dios.
Con ellos hemos labrado las tierras, con ellos hemos transportado las cargas más pesadas, con ellos hemos guardado nuestras casas y nuestros rebaños, con ellos nos alimentamos, incluso a veces nos sirven de espectáculo. Y que decir sobre la ayuda que nos prestan con las personas invidentes y discapacitadas, o el papel que desempeñan en situaciones de máximo riesgo rescatando a gente atrapada en fenómenos naturales como los terremotos, inundaciones, tsunamis, etc.
Otros piensan que, al ser de una naturaleza inferior al hombre, ni sufren, ni piensan, ni padecen. Nada más lejos de la realidad. Quien no ha leído, vivido o visto algún caso de fidelidad animal. Yo creo que todos sabemos cómo hacer feliz a un animal y todos sabemos cuándo están sufriendo.
Por supuesto que existen maltratos mucho peores, como el maltrato a niños, mujeres y ancianos, pero no por ello debemos justificar en lo más mínimo el maltrato animal.
Las leyes de la naturaleza son muy claras y contundentes cuando nos indican que unos sobreviven gracias a otros, pero, ¿por qué el ser humano las distorsiona, las intensifica y las retuerce? Ya que somos tan inteligentes ¿no deberíamos entender el verdadero significado de estas leyes?
A lo largo de la historia de la humanidad siempre han existido y existen, individuos sin corazón que disfrutan haciendo daño a otros seres sin darse cuenta de que todos somos o formamos parte de una gran familia.
Todos somos criaturas de Dios, necesitados de amor, lo último que deseamos es que se nos inflija maltrato, dolor y sufrimiento.
Ellos, los animales, solo nos piden cariño, y a cambio ellos, los animales, se entregan hasta la muerte.
Seámosles fieles como ellos lo son con nosotros.
Paloma S.
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