martes, 7 de marzo de 2017

Hidden figures

Hay un hermoso paralelismo entre los logros de la carrera espacial y los de la población negra de los Estados Unidos en la consecución de los derechos civiles. Pero en la reclamación de igualdad de estas tres mujeres negras de la película, que hicieron una labor impagable en la agencia espacial, hay de todo menos un mensaje subversivo.


Katherine Johnson tiene que repasar los cálculos de sus compañeros matemáticos si bien le dan casi todos los datos tachados, o bien, clasificados. Para ir al baño debe caminar un kilómetro bajo la lluvia, porque, en su edificio, los baños son para mujeres blancas, y bebe café en una cafetera aparte.

Dorothy Vaughan hace las labores de jefa de personal, pero no cobra el sueldo porque una negra no puede aspirar a esa categoría profesional. Cuando la máquina de IBM sustituye a su departamento, nadie sabe usarla, salvo ella que ha aprendido fortram. En la biblioteca le negaban el manual del lenguaje porque no estaba en la sección para negros. Pero lo robó porque ella paga sus impuestos.
Mary Jackson quiere ser ingeniera, y vale para el puesto, pero no puede porque el título requiere ir a un centro donde sólo pueden ir blancos. Va a juicio para reclamar el derecho a estudiar su ingeniería.


De las tres historias, la más palpitante es la de Dorothy. Su papel es crucial en el vuelo de John Glen al espacio. Y en su vida personal se las ve con otro tipo de discriminación, tiene que ganarse el respeto del chico que le gusta. No podemos engañarnos con el logro de las libertades civiles de los negros en EE.UU. Los negros vivieron su odisea para llegar al reconocimiento de unos derechos que nunca deberían haberles faltado. Es como si alguien te roba todas las mañanas y el día que deja de hacerlo lo eleva al rango de hazaña por su parte.

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