La soledad, como definición, es la elección de estar solo o en compañía.
Hay personas que piensan que la soledad es algo negativo, o síntoma de andar algo deprimido, pero bajo mi punto de vista creo que esto no siempre es así.
La soledad se ha utilizado y se utiliza en muchas ocasiones como un modo de castigo. También, en ocasiones, se la elige como forma alternativa de vivir la vida.
La soledad como castigo se utiliza en cárceles y penales sometiendo a un largo periodo de aislamiento a presos violentos. También se utiliza este sistema de aislamiento en instituciones para personas con problemas mentales.
Otros, en cambio, han optado por la soledad como una alternativa de vida. Podemos fijarnos en las personas que se recluyen en monasterios o conventos y no tienen contacto alguno con el exterior.
Hay personas que eligen, en ocasiones, la soledad, el aislamiento más profundo, porque necesitan su propio espacio, conversar consigo mismos, tener sus propios pensamientos, ordenar ideas, oír su música favorita, conocerse a sí mismos o simplemente mirar al horizonte dejando ver a su alma.
Otros en cambio, necesitan de la soledad para crear. Estas personas, con gran capacidad creativa, sienten la necesidad de aislarse, de estar en la más absoluta soledad.
Músicos y compositores necesitan de la soledad para inspirarse con sus notas, y crear melodías y sinfonías. Escritores y poetas se retiran para redactar sus novelas y poemas. Todos necesitan de la soledad y es estando solos cuando se dejan en manos de sus musas.
Otras personas eligen voluntariamente la soledad y hacen de ella su forma de vida, saltándose todos los estereotipos sociales establecidos, lo que no implica que tengan contacto con otras personas.
Evidentemente, el sentido negativo de la soledad puede llegar a ser perjudicial o peligroso emocionalmente. Esta situación de soledad implica frustración, angustia, desesperación y sensación de incomprensión. Muchas veces es nuestra propia aptitud la que nos lleva a aislarnos y a sumirnos en una profunda tristeza y apatía. Las causas pueden ser de muchos tipos, bien por la pérdida de un ser querido, bien por haberse sentido heridos por otras personas, como, una pareja, o amigos, o quizás simplemente se hayan sentido rechazados socialmente.
Todos hemos experimentado alguna vez la soledad, aunque a mi juicio sentirse solo es muy diferente a estar solo. El ser humano es un ser sociable por naturaleza, todos necesitamos relacionarnos con otras personas, todos necesitamos compartir nuestros sentimientos, debemos aprender a no callar, y también a escucharnos a nosotros mismos. Todos necesitamos abrir nuestro corazón hacia las personas que nos rodean y a estar en compañía, lo que no quiere decir que de vez en cuando necesitemos de un ratito de soledad. Un poco de tiempo en solitario nos permite recargarnos emocional y mentalmente.
Paloma S.
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