Pero según un estudio que he leído sobre las fuertes emociones éstas pueden ocasionar en el peor de los casos enfermedades y éstas son algunas de ellas:
El exceso de pena daña los pulmones, el exceso de alegría daña el corazón, el exceso de miedo daña los riñones, el exceso de ansiedad perjudica al estómago, entre otras consecuencias.
Con lo cual y a colación de esta información, las emociones extremas no son sanas, a veces tenemos una pena muy grande, una alegría desbordante, miedo, una ansiedad extrema, esto por lo visto a la larga no hace bien a nuestro organismo.
Es verdad que a veces no podemos evitar sufrir tristeza, miedo, enfado, ansiedad, pero deberían ser sentimientos que sintiéramos de pasada y no alimentarse de lo negativo continuamente. Tampoco hay que ocultar lo que se siente , pero hay que poner el límite cuando notamos que nos está dañando; ya que reprimir las emociones es malo también, y cuando las personas se guardan todo y no exteriorizan sus emociones también se refleja en la salud, pero debemos de hacerlo de manera saludable.
Ante una enfermedad grave o una pérdida muy importante, deberíamos gestionar mejor nuestras emociones, y así al pensamiento negativo darle la vuelta y ver qué de positivo tiene la situación dolorosa, seguro que si lo analizamos , de toda situación negativa podemos sacar algo que nos pueda aliviar.
También, cuando sintamos que alguna emoción no la podemos controlar, debemos relajar nuestra mente, con ejercicios de relajación profunda, también practicar yoga ayuda.
Esta ayuda es importante pero lo más importante es lo que cada uno podemos hacer para cambiar ese estado, sería muy saludable pensar en cambiar la actitud hacia la vida, por nuestra salud mental y física.
M.C. Prieto
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