Durante el mes de noviembre, como todos los años, se está celebrando en Madrid el Festival Internacional de Jazz. Por este motivo, hay todos los días grandes conciertos en el Centro Cultural de la Villa y en el Centro Conde Duque, así como proyecciones de películas y conferencias relacionadas con el tema. También, en los centros culturales de nuestro distrito podemos disfrutar del jazz todos los viernes.
Hasta hace pocos años no había puesto mucho interés por este tipo de música, pero ahora soy una humilde aficionada, que sin ser una gran entendida en la materia la escucho con gran placer. Pero, "¿te gusta eso?", me dicen algunas personas de mi generación; pues sí, me gusta y siempre que tengo ocasión me escapo a algún concierto.
El jazz tiene sus orígenes en Nueva Orleans a finales del siglo XIX. Al igual que el blues, proviene de los clases sociales más bajas de Norteamérica, entre los esclavos afroamericanos que empezaron a hacer música durante su trabajo en los campos de algodón partiendo de los sonidos que conocían de su África natal. Estas melodías fueron el origen de las primeras canciones de blues (como desahogo de su dura vida) que, con el paso de los años, fue evolucionando hacia música mas espiritual (Gospel) o hacia un género nuevo llamado jazz. Tuvo su época dorada en los clubs de Nueva York y Chicago en los años 20 y 30 con intérpretes como Louis Armstrong. A mediados del siglo XX llegó a España y se hizo muy popular en círculos intelectuales. Experimentó una decadencia en los años 60, pero llegó a resurgir con gran fuerza llevándolo a otros géneros de la música como el flamenco o el pop, aunque algunas personas opinan que este tipo de experiencias no se pueden encuadrar dentro del jazz auténtico. A mí me entusiasma escuchar el piano de Bebo Valdés acompañando la voz de Diego El Cigala y, aunque no me gusta mucho el flamenco, aquí hacen un "maridaje" casi perfecto.
La música es una buena amiga para cualquier momento y pocas veces defrauda.
Pilar Santoyo Lora
Noviembre 2017
Las hermanas Santoyo son únicas. Muy interesante el artículo
ResponderEliminar